Sergio Medina Vila, el joven de 17 años que vive en la localidad valenciana de Carcaixent y que desapareció el pasado 6 de diciembre, hoy cumple más de una semana desde la última vez que alguien le vio en persona. La investigación sigue en curso, con pocas novedades, salvo las objeciones y matices que la madre ha ido proporcionado, donde un posible amor se lleva la mirada inquisidora de la sospecha.
El mismo día que se le perdió la pista, Sergio había quedado en la feria de Navidad de Alzira, un encuentro al que nunca asistió, tal y como confirman sus amigos. Las últimas personas en verlo fueron sus abuelos maternos, antes de que su nieto saliera por la puerta de su casa. Desde entonces, la incógnita de la ubicación del joven se puso sobre la mesa. Después de varias horas sin saber nada sobre su hijo, Rebeca, la madre, le llamó a las 23:16 horas de la noche del seis, aunque sus intentos fueron en vano. Sergio le colgó el teléfono y posteriormente lo apagó para no recibir más llamadas.
Esta no es la primera vez que Sergio le da un susto a sus más allegados, es la segunda ocasión en la que desaparece. La última vez fue en septiembre, aunque tan solo una hora más tarde de que su madre pusiera la denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent, apareció. El joven también apagó el móvil, el mismo patrón que ha seguido en este caso.
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El camino de migas
Sergio salió de su casa solo con la ropa que llevaba puesta, la descripción que ha facilitado la familia consta de un pantalón y zapatillas blancas, una camiseta y gorra rojas y una chaqueta negra. No se sabe dónde está, aunque a lo largo de los días se ha le seguido un rastro con las pistas que ha ido dejando.
El primer indicio de la ubicación de Sergio fue en Xàtiva, una localidad cercana a Carcaixent. “Sabemos que desapareció de ahí porque a las once de la noche del 6 de diciembre sacó dinero desde un cajero de ese pueblo”, afirma su madre en declaraciones a El Cierre Digital. Tres días más tarde, en la madrugada entre el 9 y el 10, Rebeca acude a la comisaría de Carcaixent tras recibir una llamada de la Guardia Civil. Allí le enseñaron una foto de su hijo con una chica que poco antes de la desaparición era su novia.
El domingo 10 se vuelve a saber sobre el paradero de Sergio, cuando el joven realiza un pago con tarjeta en un bar de carretera de Huesca, más o menos a tres horas de Sabadell. Una vez con la información del local, Rebeca hizo una llamada. Esta vez sí tuvo respuesta, los camareros vieron a su hijo, iba solo y tenía un patinete; tan solo se tomó una Coca Cola.
Una posible fuga de amor
La foto con su supuesta novia ha removido el pozo de las razones para una presunta huida, ya que se podría tratar de un caso de carácter sentimental. Aunque supuestamente la joven pareja lo había dejado, la foto que sacaron del estado de WhatsApp de ella, el 9 de diciembre en Sabadell, lo pone en entredicho. La huida de Sergio podría tener un motivo amoroso, aunque no se sabe con certeza; pero que ha brindado un poco de luz sobre la situación del joven y sobre las líneas que los investigadores tienen que seguir, es indiscutible.
A raíz de esta nueva pista la Guardia Civil se puso en contacto con la chica, pero negó que Sergio estuviera con ella. En septiembre fue el primer contacto que tuvo Rebeca con la novia de su hijo, una relación que no entendía por la distancia que se encuentra entre las dos provincias. Pocas semanas después de este primer encuentro, la llamada ya no era de la novia de su hijo, sino de su madre, “empezó a decir que quería que Sergio se fuera con ellos porque le iban a dar trabajo y casa. Obviamente le dije que no, que me mandara a su hija para conocerla”, argumenta Rebeca Vila.
La madre del desaparecido cree que lo están reteniendo, ya que Sergio cada vez que está fuera, lejos de ellos, los echa de menos. “Alguien le ha tenido que convencer para que se vaya de casa. Esto estaba preparado porque mi hijo llevaba unos días raro”, resalta.
Los Mossos d’Esquadra también han participado en esta operación. Se presentaron en la casa de la joven, pero sin orden judicial, el acceso a la misma era imposible. Sin embargo, pudieron identificar a las personas que se encontraban en el interior de la vivienda, y Sergio no estaba entre ellas. Ese mismo día, Rebeca recibió un audio de la chica en el que le decía que “les dejara vivir tanto a ella como a ellos”. Todas las madres tienen un instinto maternal, una intuición, al usar ese plural la madre de Sergio intuye que se refiere a su hijo, que está con ellas por mucho que lo nieguen a las autoridades. “Esta familia está obsesionada con mi hijo”, concluye.
La otra opción que tampoco se descarta es que los jóvenes vayan por su cuenta, que se hayan ido a la aventura. A la hora a la que sacó dinero Sergio ya no pasaba más trenes, por lo que Rebeca piensa que vinieron a buscarle en coche a la estación Xàtiva, donde solía venir la madre de la chica a recogerla cuando venía a su casa. La madre de Sergio tiene argumentos para pensar que está con ellas y solo espera que “dé un paso en falso y podamos encontrarle”.
La salud del joven y los apoyos
La falta de conocimiento sobre el estado de salud de su hijo tiene muy preocupada a su madre. Sergio padece anorexia y desde 2019 sigue un tratamiento crónico que requiere de la ingesta diaria de medicación, pero el joven de 17 años no se la llevó cuando salió el pasado miércoles 6 de diciembre. En la foto que sale junto a su supuesta novia Rebeca puntúa que su hijo aparece muy “demacrado”.
Como forma de apoyo emocional a la familia, el ayuntamiento de Carcaixent y los vecinos se reunirán hoy a las 20:00 de la noche en la plaza mayor de la localidad. También la Asociación SOS Desaparecidos proporciona sus números de teléfono +34 642 650 775 o +34 649 952 957, así como el correo electrónico: info@sosdesaparecidos.es para cualquier tipo de aviso. Por el momento no se sabe nada nuevo sobre el paradero de Sergio Medina Vila, las autoridades siguen investigando el caso.