Los vinos de Valdepeñas llevan en el foco de la justicia, al menos, desde 2020. Aquel año, varias agrupaciones agrarias denunciaron ante la Fiscalía de Ciudad Real que había bodegas que estaban incurriendo en presuntos fraudes en la comercialización de las bebidas. No tardaron en aparecer los nombres de dos reyes mundiales del vino: Felix Solís y García Carrión.
Al primero se le conoce como el primer exportador del vino español. Oriundo de Villanueva de los Infantes, en Ciudad Real, aterrizó a los 18 años en la bodega que fundaron sus padres. En Madrid, Solís capitaneó la delegación de la bodega, donde se hizo cargo de una veintena de empleados. Hoy, tras seis décadas en la compañía y ya como consejero delegado y presidente del Consejo de Administración de las bodegas que llevan su nombre, la empresa factura más de 360 millones de euros y cuenta con más de 300 trabajadores.
Al empresario se le atribuye una decisión clave en sus bodegas –en Valdepeñas, en Ribera de Duero, en La Rioja o en Toro, entre otras–, como es la apertura de la delegación en Shanghái. Después de aquella decisión, Felix Solís ha conseguido estar presente hasta en 130 países. Sus exportaciones, de hecho, suponen más de la mitad de sus ventas. Del otro lado, su enemigo natural: García Carrión. Natural de Jumilla, en Murcia, aterrizó en Valdepeñas en 2006. Hasta entonces, su familia contaba con otras bodegas en su localidad natal, además de en La Rioja, Ribera del Duero, en La Mancha y el Toro.
A un todavía joven Pepe le costó convencer a su padre. Se había fijado en cómo compraban las mujeres en el supermercado, y colocar un brick era más cómodo que una botella de cristal que además había que devolver. Y así fue como, a su entrada en la empresa, se condecoró como el artífice de meter el vino en cartón con Don Simón. Una mina de oro que incluyó una importante pata del negocio con los zumos y los caldos, y que ya consigue una facturación unos 940 millones de euros al año.
Pero el empresario es conocido por algo más que por su imperio en el mundo del vino. García Carrión ha protagonizado algunos desencuentros en los tribunales. Uno de los más conocidos fue la batalla legal que emprendió contra cargos de su propia empresa. Demandó a Félix Villaverde, ex director financiero; Carlos Villaverde, su hijo; junto a Goldman Sachs, BNP, Bankia y Deutsche Bank por operaciones fraudulentas no autorizadas y ajenas a su actividad. Un episodio que acabó con un acuerdo entre las partes.
[El eterno grito de guerra de García Carrión: a mí la Justicia que los arrollo]
Ahora bien, el verdadero embrollo legal es el que envuelve a los magnates del vino de Valdepeñas. En 2020, asociaciones de agricultores como ASAJA y UPA se personaron ante la Fiscalía de Ciudad Real para denunciar un supuesto fraude con los vinos de Valdepeñas. A esta denuncia no tardó en sumarse García-Carrión, una decisión que le situó en el ojo del huracán. Acusaba directamente a Felix Solís de delitos de estafa, publicidad engañosa y falsedad documental.
Fue una bala con efecto boomerang. Cuando el fiscal ciudadrealeño revisó las denuncias, advirtió que también existían posibles irregularidades en las bodegas de García Carrión. Previamente, la Consejería de Castilla-La Mancha mantenía expedientes que indagaban en las sospechas de fraude en el envejecimiento del vino. Había que investigarlas.
De esta manera, el fiscal de Ciudad Real, en febrero de 2020, dicta un Decreto de remisión a la Fiscalía de la Audiencia Nacional. ¿Qué quiere decir esto? Que, a partir de ese momento, sería el Ministerio Público el que se encargaría del caso. Y ahí no acaba todo. El lío judicial continúa años después.
Más allá de las lindezas que se han dedicado unos y otros, la guerra Solís-García Carrión cogía de nuevo carrerilla en septiembre de este año, cuando un juzgado de Murcia admitía una nueva demanda de Solís, dueño de la marca Viña Albali –entre otras–, contra el Grupo García Carrión.
Le acusaba de competencia desleal por, según él, usar cifras engañosas en una publicidad comparativa entre finales de 2022 y principios de 2023: los vinos de Solís se mostraban un 30% más caros que los de Pata Negra, una conocida marca de García Carrión. Por estos hechos, la demanda no exige indemnización. Solís quiere que se emita una rectificación en horario de máxima audiencia en las cadenas de TV y radio en las que aparecieron los anuncios engañosos.
Los dos reyes del vino, imputados
No ha sido hasta este mes de octubre cuando la guerra Solís-García Carrión parece haber llegado a un punto de no retorno. El enfrentamiento de estos dos empresarios está poniendo en riesgo la supervivencia del vino de Valdepeñas y el imperio millonario que han erigido y que ya alcanza la friolera de 1.400 millones de facturación al año. Y todo tras la notificación del juez de la Audiencia Nacional, José Luis Calama.
Como se ha publicado en EL ESPAÑOL, en el auto conocido este miércoles, cita a García Carrión para el próximo 4 de diciembre y a Solís, una semana más tarde, el día 11. En la causa se investigan posibles delitos de publicidad engañosa, estafa y falsedad documental. Entre otras cosas, por la comercialización, entre 2017 y 2019, como crianza, reserva y gran reserva de vinos que supuestamente no cumplían los requisitos de elaboración ni en periodo de envejecimiento ni en la permanencia en barrica de roble ni en botella. Una causa que se admitió a trámite en abril de 2021.
Según el juez, en base a la documentación obtenida del Consejo Regulador, además del incumplimiento de los requisitos de elaboración del vino, “los datos puestos de manifiesto evidencian un insuficiente número de barricas para el necesario envejecimiento del vino comercializado, lo que constituye otro importante indicio de la comisión de los hechos imputados".
En el auto, Coloma imputa también, como personas jurídicas, a las entidades certificadoras Sohiscert y Liec Agroalimentaria, ya que "podrían ser responsables en calidad de cooperadores necesarios". En concreto, el juez les atribuye la "emisión de certificados de aptitud a sabiendas de que los datos en aquellos contenidos no se ajustan a la realidad".
Felix Solís, en un comunicado compartido este miércoles, indicaba que la empresa “realiza adecuadamente las declaraciones de aptitud para todas las cantidades de vino producidas para su comercialización. Las cantidades comercializadas anualmente por nuestra compañía son siempre comunicadas debidamente a los organismos oficiales”.
Además, añade que “las supuestas discordancias que se investigan entre las cantidades de vino comercializadas entre 2017 y 2019 y lo reflejado en las declaraciones de aptitud de dicho periodo, se justifican, entre otros motivos, por no haber tenido en consideración las existencias de vino en almacenes, extremo que será acreditado en el proceso de instrucción”. Según Solís, después de mantener en todo momento su colaboración con la Justicia, acudirá a declarar ante el juez instructor en la fecha indicada.
Por otro lado, en otro comunicado remitido este miércoles, García Carrión vuelve a la carga. Asegura que fue él quien denunció junto a los agricultores los hechos que investiga la Audiencia Nacional. Como tal, niega cualquier participación y responsabilidad en los hechos investigados, y ejercerá todas las acciones que le asisten para constatar que toda su actividad se ha realizado al amparo de la legalidad vigente. La guerra entre los reyes del vino continúa.