Si la Policía Nacional detenía esta mañana en Pinto (Madrid) a un hombre por agredir sexualmente a su propia hija de pocos meses, a ofrecerla a terceros y a difundir pornografía infantil, la Justicia ha hecho su trabajo en Cádiz, condenando a un hombre. J.T., a 16 años de prisión y a 6 de retirada de la patria potestad por violar reiteradamente a su hijo de 4 años. Además, permitía que su pareja, condenado por exhibicionismo en la misma sentencia, grabase con su móvil una de las agresiones sexuales.
Nada hacía presagiar que esta historia arrancaría en el año 2012, cuando la mujer de J.T. vuelve del trabajo antes de lo previsto y lo sorprende en la cama con otro hombre, un compañero de trabajo en un centro comercial de la provincia de Cádiz. Rápidamente se incian los trámites de divorcio. El matrimonio tenía una niña, nacida en 2007, y un bebé de un año, que tres después se convertiría en la víctima de su propio padre.
Luego de ser testigo de esa escena la ira de la mujer no conoció límites: fue al centro comercial donde trabajaba su todavía mujer y contó a todo el que quiso oírla el motivo por el que le había pedido el divorcio a su marido. A partir de entonces, a J. se le apodó 'El Donete'.
[Detenido por agredir sexualmente a su hija de pocos meses y ofrecerla en redes sociales a terceros]
En verano de 2015 empiezan a suceder cosas. La sentencia, avanzada por Diario de Cádiz, estima que cuando el padre se lleva a los dos hijos a una zona concreta de la playa, donde es habitual la práctica del cruising, y los dejaba solos para mantener relaciones sexuales con otros hombres escondiéndose entre las dunas. 'El Donete' llegó a masturbarse delante de sus hijos y a pedirles, incluso, que le sujetasen la toalla si advertía presencia policial en la playa.
La exmujer y madre de los niños debió intuir que algo raro estaba pasando, pues contrató a un detective privado que grabó al padre en la playa, desnudo, bien masturbándose o bien con el pene erecto, con los niños a escasa distancia. Ese video fue visionado y presentado como prueba en el juicio oral.
El 'juego del perrito'
Fue ese verano, y hasta marzo de 2016, cuando el hombre aprovecha el régimen de visitas y comienza a violar a su propio hijo. Recoge la sentencia que "lo desnudaba y lo forzaba a jugar a lo que él condenado llamaba el 'juego del perrito', a veces, en presencia de su hija", entonces de ocho años de edad.
Una de esas veces fue con su amante, desnudo, de testigo. No llegó a participar de la agresión, pero sí fotografió o grabó al menor siendo agredido por su padre. Esa agresión fue interrumpida por niña, de tan sólo 11 años. Se llevó a su hermano "y lo lavó", detalla el rotativo gaditano.
"En todas estas ocasiones (en las que era agredido sexualmente), el menor protestaba, lloraba o se negaba". Para acallar a los dos hermanos y asegurarse su silencio, 'El Donete' les amenazaba con enviarles como internos a un colegio.
El tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz ha considerado en la sentencia, que no es firme, que el padre es culpable de un delito continuado de agresión sexual y también de un delito de exhibicionismo. En ambos delitos ha concurrido como agravante el parentesco. La Fiscalía pedía para él 17 años de prisión, que han quedado finalmente reducidos a 16.
[El 'pederasta de Grindr' se hacía pasar por policía para acosar a menores: amenazó con detenciones]
El padre logró consumar las agresiones sexuales, según la resolución judicial, por la minoría de edad del hijo, la relación de dependencia del niño hacia su padre, por las amenazas de llevarlo a un internado si contaba lo que estaba pasando, y por la indefensión del menor, pues el padre aprovechaba el domicilio familiar para consumar las agresiones.
El amante del padre que grabó con el teléfono la agresión, quien también trabaja en el centro comercial, ha sido condenado a una pena de 11 meses de cárcel por otro delito de exhibicionismo. La Fiscalía pedía para él 9 años de prisión por cómplice, no estimada por el juez al no quedar probada la tesis de que su presencia redundase facilitar la agresión a través de la intimidación del niño.
Para el juez han sido suficientes las testificales de los dos hijos, que han sido "claras y coherentes". Hasta el punto de que los niños reconocían que, cuando el padre mantenía relaciones con otros hombres en la playa "éste no sabía que ellos lo podían ver y que de hecho lo veían, lo cual implica una ausencia de intencionalidad o dolo" en el testimonio de los hijos. Por ello, ha rechazado la tesis de la defensa sobre que la madre podría estar frustrada por el abandono de la relación y que habría manipulado a los menores.
En el centro comercial la historia al completo no se ha sabido hasta días antes de que comenzara el juicio. "Era un tío normal, agradable en el trato. Simpático", explica un compañero de trabajo. "Sabíamos los motivos de la separación, y que mantenía relaciones en la playa, pero no esta atrocidad" cuenta a EL ESPAÑOL otro compañero de trabajo, quien también pide anonimato y subraya que el hombre "lleva más de un mes de baja psicológica".