Amadeo Anca tenía 53 años cuando murió desangrado después de que le colocaran unos implantes dentales en Valencia. Era una intervención compleja y que implicaba ciertos riesgos, pero es habitual en las clínicas dentales porque el implante es considerado por los expertos como uno de los tipos de cirugía bucodental más seguros y fiables.
La historia de Amadeo comienza este año, cuando finalmente da el paso y decide someterse a esta intervención para reponer una decena de piezas dentales tras consultar a varios especialistas. Natural de Bilbao, trabajaba y vivía junto a su mujer, Liliana da Conceicao, y su hija de 7 años en Benidorm (Alicante).
La fecha de la operación se fijó para el pasado 16 de mayo y la clínica derivó a Amadeo a otro centro de Valencia. Allí iba a estar mejor atendido y disponía de más recursos asistenciales. Ese día la familia se levantó a la seis de la mañana y puso rombo a la capital valenciana para someterse a una operación que iba a mejorar su calidad de vida y las relaciones sociales.
La cirugía arrancó a las ocho en punto de la mañana y en teoría finalizó sin ninguna complicación. Pero horas después de entrar en sala, empezó a sentir mucho dolor en el pecho y a sangrar abundantemente por la nariz y la boca. Los profesionales que le atendieron tardaron siete horas en llamar a una ambulancia, según denuncia su familia.
Amadeo acabó falleciendo a última hora de la tarde por un shock hipovolémico tras sufrir tres paradas cardiorrespiratorias en el hospital La Fe de Valencia.
"Nunca piensas que te vas a morir por ponerte unos dientes. Era un día feliz y me sentí muy impotente sin saber qué estaba pasando", explica Liliana en una entrevista con EL ESPAÑOL.
Un juzgado de Valencia ha abierto diligencias para determinar las circunstancias en las que se produjo el fallecimiento y la mujer de Amadeo acusa a los responsables de un supuesto caso de negligencia médica. Su abogada, Pilar Marí, pedirá que sean condenados por un homicidio imprudente y por un delito de omisión del deber de socorro.
Mientras, desde la clínica han emitido un comunicado en el que aseguran que "en todo momento se ha actuado de acuerdo a los estándares de calidad que respaldan nuestra actividad desde hace 24 años".
"Tras más de 25.000 intervenciones jamás se ha sucedido incidente alguno. La única intención de esta compañía es esperar a que el proceso finalice para conocer todos los detalles del mismo", añade la nota.
La intervención
Amadeo y su familia llegó a Valencia desde Benidorm el 16 de mayo en torno a las ocho de la mañana para someterse al tratamiento
"Eran tres horas de intervención, así que nos dimos a dar un paseo y sobre las 11:00 horas regresamos a la clínica para ver cómo estaba. Nos dijeron que todo había salido muy bien, pero que debíamos de esperar un poco más de tiempo antes de verlo para que se le pasara el efecto de la anestesia".
Liliana regresó más tarde y, cuando vio a su marido, el mundo se le cayó encima. "De repenete me encuentro acompañándolo al baño y ahí es cuando me empiezo a preocupar. Mi marido era un hombre muy fuerte, portero de discoteca, que jamás había tenido un problema de salud".
Amadeo salió del baño como pudo y por primera vez después de la cirugía se encontró con su mujer. "Le vi la cara muy mal. Me miró a los ojos y con la cabeza me hizo una señal porque sabía que algo no iba bien".
"Pero insistían en que todo estaba bien y que la reacción era normal. El propietario me dijo que 2 de cada 100 personas tienen este tipo de reacción a la anestesia y que no me preocupara".
La clínica le pidió tranquilidad y que "en unas horas" mejoraría. "El azúcar lo tenía muy bajo porque llevaba desde la noche anterior sin comer y me mandaron a comprar un helado para que se lo tomara y le bajara la inflamación".
"Le di la primera cucharada, pero empezó a salir mucha sangre por la nariz. En ese momento me explicaron que podía ser que los tornillos le presionaran el tabique y que era normal". Liliana propuso trasladar a su marido al hospital, pero el equipo médico no avisó a emergencias.
"Tenía la tensión muy baja y le pusieron glucosa para hidratarle. En ese momento me explicaron que iban a ponerle unos implantes provisionales, pero al tumbarlo se empezó a ahogar. Lo intentaron, pero me negué". Eran las tres de la tarde y Liliana tomó fotografías y vídeos para certificar el estado en el que se encontraba su marido.
Hasta las 19:30 horas, según denuncia, la clínica dental no llamó a la ambulancia. "Primero me pidieron que me lo llevara en el coche, pero me negué". "O llaman a una ambulancia o llamo a la Policía", les dijo.
"Mi marido quiso salir caminando por su propio pie para que nuestra hija lo viera bien. Le susurró algo al oído, la niña empezó a llorar y nos fuimos hacia el hospital". A las 20.20 horas del 16 de mayo, Amadeo falleció y los médicos le comunicaron a Iliana el trágico desenlace.
"Me sentaron en una sala y me lo dijeron. No podía creerlo. Era un día feliz y no pensábamos que podía acabar así", lamenta.
La investigación
Liliana nació en Portugal y lleva muchísimos años residiendo en Benidorm. Ha perdido a su marido con 36 años recién cumplidos. "Mi situación ahora es complicada. Mi hija y yo necesitamos atención psicológica y no nos quitamos de la cabeza su sufrimiento".
Según su testimonio, Amadeo no llegó a perder la conciencia hasta que lo trasladaron al hospital. "Me dijo tres veces que se iba a morir", recuerda.
La mujer de la víctima ha confirmado que el responsable de la intervención y el anestesista se presentaron en el hospital tras conocerse el fallecimiento.
"Ni el anestesista, que no lo había visto en ningún momento mientras mi marido empeoraba, ni el dueño de la clínica que llegó después, se acercaron a decirme nada y una de las enfermeras del hospital se molestó por su comportamiento".
"No me dejaron tocar el cuerpo de mi marido porque todo era prueba. No sabía qué hacer y ahí es cuando me explicaron que el caso había sido puesto en conocimiento del juzgado de guardia. Había que seguir un procedimiento y tenía que ir a declarar a la mañana siguiente".
Amadeo sufrió una hemorragia masiva y falleció a las 20:20 horas. La abogada Pilar Marí dirige la acusación y la familia confía en el procedimiento para saber qué pasó durante la cirugía. La clínica reitera que la "única intención de esta compañía es esperar a que el proceso finalice para conocer todos los detalles del mismo".