Como todos sabemos, el momento de pasar la ITV es horrible, esos segundos se hacen eternos, y más si se enciende algún indicador, decide dejar de funcionar un foco o la ventanilla se estropea. Es una condición obligatoria que todos los vehículos que tengan más de cuatro años de antigüedad pasen por la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) que certifica que el automóvil tiene buenas condiciones para circular por la carretera de manera segura. Sin embargo, esta no siempre es de carácter obligatorio, ya que diferentes empresas del sector están comenzando a ofrecer este servicio como un complemento a la compraventa y/o compra de un automóvil.
Se trata de un tipo de inspección técnica que puede ser completa (si así lo solicita el interesado), como la que se realiza de forma obligatoria y periódica a todos los vehículos, o parcial, lo que quiere decir que únicamente se comprueba el correcto funcionamiento de algún elemento o sistema específico del vehículo, por ejemplo, el de frenos, dirección o emisiones.
Asimismo, desde la AECA apuntan que este tipo de inspecciones suelen tener un coste menor al de una ITV periódica y obligatoria y no afecta su fecha de caducidad. Además, permite al conductor conocer si su vehículo se encuentra en las condiciones correctas para poder emprender un viaje por carretera de forma segura.
Aunque en la mayoría de ocasiones que compramos o vendemos un coche aparentemente todo esté perfecto, hay ocasiones que pueden presentar problemas complejos que no se detectan a simple vista y que únicamente se pueden identificar a través de una comprobación completa como la que realizan las estaciones de ITV que incluye: el motor, el alumbrado, los frenos, las emisiones de gases, entre otros sistemas. También, a través de este tipo de inspecciones, se puede detectar, por ejemplo, si el vehículo tiene alguna reforma no legalizada.
Por ello, este recurso resulta muy útil. Si invirtiéramos un poco de tiempo y unos pocos euros llevando el vehículo a realizar una ITV voluntaria nos garantizaría, tanto al comprador como al vendedor, que el vehículo se encuentra en un estado óptimo.
Eso sí, hay que tener en cuenta que en caso de que en la inspección se detecte un defecto grave o muy grave, tendríamos que actuar exactamente igual que en las ITV obligatorias: tendríamos que resolver el problema y volver para verificar el buen estado general del coche.
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