"La percepción general es que había que cargarse a Pablo Iglesias". La lectura es interna y no es ninguna novedad. Lo cuentan a EL ESPAÑOL varias fuentes de solvencia de Podemos, para comenzar a explicar el auge y caída de un partido que en solo nueve años ha pasado de asaltar los cielos apoyándose en unos círculos participativos que se quedaron por el camino a pasar prácticamente a la extinción representativa. De gobernar, a restar. Para subsistir, diluirse en Sumar.
Todo ha ocurrido durante nueve años, como nueve son otros círculos, los del Infierno deLa Divina Comedia de Dante Alighieri. La obra de Pablo Iglesias ha sido Podemos. Él es su líder indiscutible, aunque ahora esté en la sombra mediática.
En su trayectoria ha habido, según miembros de su partido, muchos infiernos, tanto políticos como personales. Como el último de la obra de Alighieri, para Iglesias ha sido la traición. Siempre en clave interna, ésta, la estocada final, viene de Yolanda Díaz, designada por él mismo.
Iglesias funda Podemos en 2014 y ese mismo año es elegido eurodiputado. En aquellos años, y también anteriormente, disfrutaba de las mieles de poder aparecer en televisiones nacionales en horario de máxima audiencia. Una cobertura inédita y excepcional para difundir el ideario de un partido político recién nacido que, además, daba respuestas al desencanto. La cuadratura del círculo.
"Fue también porque Podemos y Pablo llegaron sin mochilas, y hacía propuestas muy cabronas para el resto de políticos tradicionales", valora otra fuente. La casta, los privilegios. Tras ganar las primarias, Iglesias accede al cargo de secretario general y al concurrir a las elecciones generales de 2015 obtiene 44 escaños. Ahí comienza el primer infierno. El del limbo. Es el más amplio de todos y en él los prados son verdes. Fue un coladero, según valorarán más adelante en este reportaje.
Luego llegaría el segundo: la lujuria. Su relación con Tania Sánchez y, posteriormente con Irene Montero, también sirvió de ariete contra él. "Desde el principio había que cargarse a Pablo. Y lo han hecho los medios de comunicación. No los periodistas, sino los poderes fácticos. Y nos guste o no, Pablo Iglesias va a pasar a la historia: desde el movimiento del 15M al primer gobierno progresista de verdad de la historia de España".
[Quién es quién en Sumar: la guía para conocer los partidos que forman la coalición de Yolanda Díaz]
-Alguna autocrítica habrá, ¿no?
-Eso no quiere decir que no haya cometido errores. Pero no tiene la culpa de todo. Ni ha robado, ni ha hecho nada.
Que Iglesias renunciara a la vicepresidencia del Gobierno de coalición para medirse con Isabel Díaz Ayuso en las elecciones a la Comunidad de Madrid fue "su último compromiso político. Porque, ¿quién quiere irse dejando una vicepresidencia? ¿Por qué no se va María Jesús Montero a Andalucía, o Margarita Robles? Porque nadie quiere irse. Y en Podemos lo hemos visto como un acto de compromiso con su partido y con la militancia, para que Podemos no desapareciera de Madrid. Pablo lo salvó por los pelos, pero lo salvó. Y la gente lo ve como que gracias a él, no desapareció entonces Podemos de Madrid".
La historia de Galapagar
En poco tiempo, Iglesias pasó de justificar los escraches como jarabe democrático, justificando en cierto modo la violencia que perpetraba su formación a otros políticos, a sufrir "un acoso sin precedentes. Porque un escrache es un acto puntual. Yo no estoy de acuerdo con ellos, y a Pablo por supuesto se le pueden hacer. Pero otra cosa es pasar casi 10 meses de acoso en la puerta de su casa". Otro círculo del infierno. "Victimizarlo así ha hecho que Podemos haya hecho mucha más piña con él", advierte otro dirigente del partido.
Aquel acoso al que alude esta fuente tuvo lugar cuando se muda al chalé que adquiere con su pareja, Irene Montero, en Galapagar, en 2018. "Pero el detonante para decidir marcharse de su barrio es que Pablo Iglesias sufre un intento de agresión en un bar cuando vivía en Vallecas".
Pablo Iglesias no quería irse de la capital ni de su barrio. "Pero cuando ocurre eso en un bar, le advierten de que no pueden garantizarle la seguridad. Es que no podía salir a la calle. Y Seguridad" -esta fuente no precisa si esta seguridad era del partido o de alguna institución- "le insta a que se mude cuanto antes".
Lo hace a Galapagar, aconsejado por Carolina Bescansa, cuando ésta aún estaba vinculada al partido. "Ella vivía allí y le cuenta que está tan sólo a 40 minutos de Madrid. Le dice que no le va a molestar nadie, que es un pueblo tranquilo, con pocos habitantes, con mucho verde, colegios y guarderías para los niños... y Pablo se compra el chalé buscando tranquilidad".
Cuando la noticia saltó a los medios -615.000 euros, 30 años de hipoteca- solo hizo falta tirar de hemeroteca: cuando en 2012 censuró al ministro de Economía, Luis de Guindos, por adquirir un ático de 600.000 euros.
Fuera de su órbita, aquella compra fue interpretada como otro círculo del infierno para Iglesias: la avaricia. "¿Que hubo falta de coherencia por criticar una cosa y hacer lo mismo? Pues sí. Pero desde luego, con él ha habido una doble vara de medir por los ataques que recibió. No hizo nada ilegal. Y se puso a buscar y es que en Madrid un apartamento de una habitación cuesta 200.000 euros. En el resto de España, donde quizá la vivienda es más barata, no se entiende que una casa en Madrid cuesta 600.000 euros".
La impresión es que a Pablo no se le perdonaba nada. "Y ojo, que aquí (en el partido) también molestó, al entender que podría haber comprado una vivienda más humilde. Pero coño, que del PP y del PSOE hay gente en la cárcel por corrupción. Y no, eso no lo llevó bien". En resumen, "lo que tiene Podemos y su militancia con Pablo es un vínculo emocional. Nos sentimos muy unidos a él".
-Se fue, pero quien parece que tiene las riendas del partido sigue siendo Iglesias y no Ione Belarra.
-A lo mejor lo más inteligente habría sido apartarlo, pero la gente no ha querido. Aquí no hay debate, y ahora, menos todavía. Y claro que Pablo ha metido la pata. En muchas cosas.
Otra voz del partido morado precisa que "ha habido un excesivo presidencialismo que creo que ha pasado factura". No sólo actualmente, sino en estos 9 años. De la transversalidad teórica a la verticalidad práctica. Porque Iglesias también ha dejado víctimas: Ramón Espinar, Teresa Rodríguez, José María González 'Kichi', la misma Carolina Bescansa... "Y ahora se debería haber dado alas mucho antes a otras voces del partido. Pero de presidencialismo también está pecando ahora Yolanda Díaz, con su cara en las papeletas".
¿Más errores? "En los nombramientos". ¿Errejón? "Le ganó en Vistalegre. Pablo ha ganado todos sus procesos internos. Hizo un trabajo excepcional con la militancia".
Pero sin duda, el nombramiento que más le pesa hoy a Pablo Iglesias ha sido el de Yolanda Díaz. Otra fuente subraya que "las negociaciones (con Sumar) han sido duras. El veto a Irene... eso ha sido demoledor. Aquí ha habido una estrategia ya de última que ha sido que, o íbamos, o desaparecíamos. Y si no íbamos, nos iban a acusar de restar".
La suma y la resta
Pablo Iglesias considera, según esta fuente, que en 2015 aquel Podemos que pisaba la moqueta por primera vez "era gente variopinta. Dos jueces, un exJemad, un guardia civil, médicos... eso fue único en la historia". ¿Los que siguen fieles de aquella mezcla? José Julio Rodríguez, el exJemad y actual secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid. Juan Antonio Delgado, actualmente en el Parlamento andaluz, o la jueza Victoria Rosell, entre otros.
"Pero también vino mucha gente vino a aprovecharse. Como Tania Sánchez. O Yolanda Díaz. Lo peor para Pablo Iglesias y el partido que fundó ha venido desde dentro".
Porque Podemos, en estos años, "ha ido mutando, aunque tiene una militancia muy activa. Que 52.000 personas voten en 20 horas si quieren que nos unamos a Sumar... eso no lo hace ni uno de la sopa de partidos que lleva Yolanda Díaz. Los quince partidos que lleva no existen, son como los reyes magos".
Otro político morado subraya que "con Yolanda Díaz, el PSOE no tiene miedo. Porque representa a una izquierda obediente, de la de toda la vida, con los sindicatos vendidos. ¿Alguien recuerda algo en 40 años que haya hecho IU? Porque del partido de Pablo Iglesias quedará la Ley Trans, la Ley de Vivienda y la Ley del Sí es Sí, aunque sea mala".
-¿No cree que fue un error no haber dado marcha atrás con ella mucho antes?
-Sí. Pero (a Irene Montero) la habrían machacado igual. Ni a Bildu se le ha machacado tanto.
¿El paso por tanto círculo infernal haría que Pablo Iglesias pudiera plantearse volver a la política con Podemos para reconducirlo? "No. La situación de Podemos no quiere decir que vaya a volver. Él está en su canal y hará política desde ahí".
En Podemos tienen claro que el noveno y último círculo, el de la traición, comenzó en Andalucía, donde anteriormente Iglesias cercenó el liderazgo independente de Teresa Rodríguez, la líder del sur rematada luego por IU. "Aquello, lo de éstas últimas autonómicas, fue el campo de pruebas para borrar al partido del mapa. Fue como el Guernica, un bombardeo experimental del ejército alemán de cara a la Segunda Guerra Mundial. Andalucía puso a prueba la estrategia exterminar a Podemos", el sueño político de Pablo Iglesias Turrión. "Todo estaba orquestado y planificado".