Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde. En Ciudadanos ahora lo entienden perfectamente. A un paso de la nada, sin líderes reconocibles, sin proyecto, sin votos y sin elecciones, el único poder que les queda está en manos de un puñado de ediles que se presentaron en sus municipios con el único aval de su personalidad, independientemente de marcas electorales. Como si el nombre de Partido de la Ciudadanía volviera a cobrar un sentido literal.
Pese al descalabro histórico, han obtenido la mayoría en 62 localidades de España. En algunas, sus candidatos ni siquiera son políticos profesionales, al igual que en esas selecciones de fútbol casi aficionadas en las que el portero era a la vez carnicero y el extremo izquierdo, repartidor de Correos. Lo importante es gozar de la confianza de los tuyos. Si alguna vez tuvo sentido la dichosa frase de Rajoy, hay un pueblo del norte de la Península donde se cumple a la perfección.
Se llama El Astillero, está en Cantabria y allí casi todos los vecinos han querido que Javier Fernández Soberón sea su alcalde. “La verdad es que estamos sorprendidos con este resultado tan abrumador”, reconoce al teléfono. De los 17 escaños en liza, 15 han ido para su candidatura, uno para el PSOE y otro para el PP. Con un 70% de los votos, no hay otro pueblo en toda España de más de 18.000 habitantes donde un alcalde haya obtenido mejores resultados.
“Nuestro secreto es la cercanía con la gente. En esta legislatura pusimos a disposición de todo el mundo el ‘whatsapp del alcalde’. Es decir, que los vecinos me escribían con sus reclamaciones y yo les respondía personalmente”, sostiene. Soberón presidió las Nuevas Generaciones del PP hasta 2018, fue concejal por ese partido y en 2019 se presentó con una nueva lista ya bajo la marca de Ciudadanos. Consiguió la Alcaldía al obtener un concejal más que el PSOE o el PRC, el partido de Miguel Ángel Revilla, pero cuatro años más tarde los ha barrido del mapa.
Dice que en política municipal “no importa tanto la situación del partido como la persona”. “Cuando entramos a formar parte de Ciudadanos, era un proyecto ilusionante, fresco. Pero seguramente los electores no terminaron de comprender ese momento en el que se frustró el pacto de Gobierno entre Albert Rivera y Pedro Sánchez. Un partido de centro debe sumar apoyos a un lado y a otro”, subraya.
Es jueves y hace escasa media hora que Inés Arrimadas acaba de anunciar que también lo deja. “Bueno, ella ya no estaba al frente y es momento de repensarlo todo. Nuestro compromiso es con los vecinos, pero las próximas generales marcarán el rumbo”, señala el alcalde.
Soberón considera que son “una isla dentro de la situación del partido”. Tras el pasado domingo Ciudadanos se quedó fuera de todos los parlamentos autonómicos y de los 2.787 ediles que consiguió en 2015, con un 8,7% de los votos, solo conserva 392 concejales. Poco más de 300.000 personas apoyaron al partido, un 1,35% de los electores. El Astillero es el buque insignia de esos 62 islotes, que son apenas pequeños puntos naranjas en un mapa dominado por el azul.
Andalucía, del Parlamento a la nada
Otro de ellos es Porcuna, en Jaén. Su alcalde, Miguel Moreno, es también miembro del Comité Permanente nacional, el órgano del que surge la propuesta de no presentarse a las próximas generales, que el pasado martes comunicó oficialmente el secretario general del partido, Adrián Vázquez. “Nos hemos quedado muy diezmados, pero es el momento de rearmarse, recuperar las esencias y salir adelante”, defiende el alcalde.
Porcuna cuenta con unos 6.000 habitantes y es el municipio más grande de Andalucía en el que se ha impuesto Ciudadanos, por delante de Arjonilla (Jaén), Quéntar (Granada) y Lúcar (Almería). Moreno coincide con su colega de El Astillero en que a su partido le penalizó haber mirado siempre a la derecha, en lugar de abrirse a pactos a ambos lados del espectro político, y “haber apoyado al PP en lugares donde no había motivos”. Mientras, en clave autonómica considera que “Ciudadanos no supo rentabilizar la acción de Gobierno en Andalucía”.
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“Un socio se dedicó a trabajar en los almacenes y el otro, salió a la calle a vender el producto. Así que cuando se disolvió la sociedad, uno se quedó con todos los clientes y al otro no lo conocía nadie”, agrega. Tras una primera experiencia de Gobierno conjunta entre el PP y Ciudadanos en la Junta de Andalucía, el popular Juanma Moreno revalidó el cargo en 2022 con mayoría absoluta. El alcalde de Porcuna, que también ostentó el bastón de mando de la Alcaldía durante tres legislaturas al frente del PP, cree que “hay compañeros que han destruido Ciudadanos desde dentro al marcharse al Partido Popular”. Él, dice, no se plantea el camino de vuelta.
Miguel Moreno es abogado de carrera, pero político de profesión. Primero con el PP y después con Ciudadanos, no se ha movido del asiento desde 2007. Sin embargo, escarbando en el resto del poder territorial del partido naranja, esta circunstancia es casi una excepción. El resto de alcaldes pertenecen en su mayoría a pequeñas poblaciones, donde perciben una escasa o nula compensación económica.
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Aragón y Burgos
Los dos principales polos en los que Ciudadanos ha conseguido ser el partido más votado son Aragón -especialmente en la provincia de Zaragoza- y en Burgos. Sin embargo, en Aragón la cuenta es algo tramposa. Allí el partido se presentaba en coalición con Tú Aragón, una pequeña formación escindida del Partido Aragonesista, y de las 29 localidades en las que ganaron las municipales, sólo cuatro aspirantes a alcaldes eran de Ciudadanos.
Una de ellas es Pilar Lleyda, de Estadilla, una población de apenas 800 habitantes de la provincia de Huesca. “En pueblos como éste se premia a las personas, la cercanía y el proyecto que presentes. Nosotros hemos construido un velatorio y hemos trabajado para que el colegio siga prestando servicio”. Es una de las zonas más representativas de la España Vacía y en el que ha irrumpido a nivel autonómico un nuevo partido que abandera esa idea: Aragón Existe.
Lleyda tiene 28 años, repite como alcaldesa y es empleada de banca: “Lo de la Alcaldía se hace de forma altruista”. En su pueblo tan solo están representados Ciudadanos y PSOE, ellos en este caso serían algo así como la derecha. Aunque la alcaldesa matiza que en su equipo hay gente que venía del PSOE y otros del PP. “Ciudadanos nació como un partido transformador y creo que en España debe seguir existiendo una opción de centro liberal, pero no sé si C’s puede seguir ocupando ese espacio o no”, reflexiona.
En otros lugares ocurre justo lo contrario, Ciudadanos representaría una opción más progresista en consistorios en los que sólo están ellos y el Partido Popular. Es el caso de Pancorbo, en Burgos, el otro (mini)caladero que conserva el partido naranja. El pueblo acoge a unos 400 vecinos y es de los más grandes de la docena de municipios burgaleses en los que ha ganado Ciudadanos.
Su primer edil, Javier Cadiñanos, trabaja también en una empresa siderúrgica que da empleo a más de un centenar de personas de la zona. “Pertenecemos a un municipio muy pequeño, no es que seamos de izquierdas o de derechas. En nuestro programa decíamos que formamos parte de un partido moderado que debe servir como punto de encuentro, que evite la crispación que vemos a nivel nacional”, asegura al teléfono. También él repite en el cargo.
La sensación, como ocurre con el resto de alcaldes consultados para este reportaje, es que el tiempo no ha pasado para ellos. O ha pasado de forma distinta. Aislados en sus municipios, lejos del ruido de Madrid, donde se deciden las políticas y se tritura a sus representantes, ellos siguen presentando su partido como una vía intermedia, moderada y tranquila. “Es que el barro al que han llegado PP y PSOE no es admisible, creo que no me representan ni a mí ni a nadie”, sentencia Cadiñanos.
La vida en una central nuclear
Luego están los casos excepcionales, como el de Valdecaballeros (Badajoz), donde la polémica por la posible demolición de una presa, sobre la que el Gobierno dio después marcha atrás, terminó por otorgarle la mayoría a Ciudadanos en detrimento del anterior alcalde del PSOE. O el de Cofrentes, en Valencia, donde la mera presencia de una central nuclear, cuyo cierre está previsto para 2030, determina por completo la vida de sus 1.200 ciudadanos.
En Cofrentes los socialistas dejaron de tener representación en el consistorio hace más de una década y desde 2015 gobierna Ciudadanos. Su alcalde, Salvador Honrubia, trabaja, por supuesto, en la central nuclear. “Aquí estamos para resolver los problemas de la gente, lo que de verdad les preocupa, y eso no son los eslóganes y el populismo de la campaña. Estamos en una comarca en la que hay poco trabajo y la única prosperidad nos la ha dado la central”, sostiene. Su puesto se lo debe, probablemente, a una postura firme a favor de la energía nuclear, contraria a la posición del PSOE y mucho más definida que la de sus rivales del PP.
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Para él, el fracaso de Ciudadanos se debe a que “Rivera y Arrimadas dejaron de tener credibilidad. Perdieron el contacto con la gente y el electorado se fue a otros partidos”. Los cargos de la formación centrista que aparecen en este reportaje coinciden de forma unánime en que la política de pactos, por la que sus dirigentes miraron solo a su derecha, y la oportunidad malograda por Albert Rivera de haber llegado al Gobierno con Pedro Sánchez explican la debacle. Todo después fue cuesta abajo.
Una encuesta rápida
La pregunta, por tanto, es obligada. ¿Se ve dentro de cuatro años repitiendo bajo las mismas siglas? ¿Cree que habrá entonces un partido llamado Ciudadanos?
- Miguel Moreno, Porcuna: “Mi partido está enfermo, pero si mi mujer enfermara, no la abandonaría. No tengo motivos para irme, es momento para rearmarnos”. Oficialista, es miembro del Comité Ejecutivo.
- Pilar Lleyda, Estadilla: “No sé qué pasará en cuatro años, pero mucha gente buscará alternativas”. Quien quiera entender, que entienda.
- Salvador Honrubia, Cofrentes: “Si apareciese un líder capaz, con un discurso serio, el votante sigue estando ahí. No me veo en otro partido, otra cosa es que las circunstancias me lleven a ello”. Combinación de las dos anteriores.
- Javier Cadiñanos, Pancorbo: “No hay futuro, Ciudadanos está abocado a la desaparición. En el momento en el que dejas de ser útil a la ciudadanía, no tiene sentido seguir”. Derrotado.
- Javier Fernández Soberón, El Astillero: “Ya ocurrió en 2011, que nos presentamos a unas municipales y no obtuvimos un buen resultado. Después encontramos un rumbo y crecimos. Si ahora apareciese un icono, un nuevo liderazgo, podemos salir a flote”. Ilusionado, acaba de obtener un gran resultado en las urnas.
Todos ellos están ahí tras ver refrendada su gestión. Pocas candidaturas nuevas de Ciudadanos han conseguido ilusionar. Fernández Soberón cree que la historia puede ser cíclica, pero en la época de la política acelerada y de quemar gasolina para pasar a la siguiente fase, ya sería casualidad que se repitiera dos veces en tan poco tiempo.