En 2015 Gonzalo Pérez Jácome protagonizó su primera gran campaña, a bordo de una autocaravana desde la que iba repartiendo licor café y bizcocho a sus simpatizantes. En la siguiente, acompañaba a un pequeño robot que iba repitiendo con voz metálica por las calles de Orense: “Fuera caciques”. Era 2019 y José Manuel Baltar, hijo de José Luis Baltar, perpetuaba al clan familiar del PP al frente de la Diputación Provincial de Orense desde hacía tres décadas. Democracia Ourensana, el partido de Jácome, consiguió entonces los votos necesarios para desbancar al “cacique”, pero en un sorprendente giro de los acontecimientos, pactó con el PP para que estos le entregaran la alcaldía a cambio de que Democracia Ourensana permitiera que Baltar siguiera al frente de la Diputación.
Fue la primera de sus traiciones. Las siguientes se resumen en cuatro años en los que el hombre que prometía limpiar la ciudad de corrupción se ha visto salpicado por mil escándalos que apuntan a una supuesta financiación ilegal. Los últimos los recogen varios audios en los que se escucha al alcalde presumir de lo fácil que es camuflar como donaciones ciudadanas lo que serían sospechosos ingresos en negro. El contenido de esas conversaciones lo ha publicado el periódico local ‘La Región’.
“Y digo yo, ¿cómo vas a hacer? Porque, joder, tanto dinero en B… ¿Cómo lo vas a blanquear para poder gastarlo en la campaña?”, pregunta alguien al otro lado del teléfono. “Pues con donaciones de la gente. Yo a nivel fiscal controlo”, responde el alcalde. En otros mensajes habla de la forma de conseguir dinero de compañías que han obtenido grandes concesiones, de contratar a un conseguidor que ha servido de intermediario o de que dos funcionarios del Concello asuman una multa que le han puesto a su coche oficial.
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Sus rivales en las urnas ya han llevado las pruebas a la Fiscalía, que lo investiga por malversación de caudales públicos, prevaricación, cohecho o tráfico de influencias, entre otros delitos. Él, a su vez, ha denunciado a los medios que han difundido las conversaciones por revelación de secretos.
En un vídeo tan estrambótico como los que ha protagonizado en los últimos años, Jácome asegura que los audios están “manipulados, adulterados y son ilegales”. En un pleno municipal saca su móvil, graba un mensaje y tras utilizar supuestamente un sencillo programa de edición, cambia el contenido de su propia grabación. “Coges el audio, quita eso de ahí, ahora ponlo otra vez y ya está. Atención, señores, a Gonzalo Jácome lo han cachado”, dice.
La tribuna del Concello se ha transformado en su particular plató, donde este show es solo el último de una larga lista. Antes, se había entrenado en la televisión local Auria TV, de la que es dueño, en la que protagonizaba tertulias a voz en grito mientras se vaciaban en directo unas cuantas botellas de vino.
"Woodstock en Ourense"
Jácome, un pequeño empresario que heredó de su familia un negocio de instrumentos musicales en Orense, se convirtió en 2019 en el alcalde más populista de España. Uno de esos vestigios de otra época que todavía circulan o que, mejor dicho, han vuelto para ganar elecciones. Consiguió gobernar con Democracia Ourensana, una plataforma ciudadana que ya había sido la segunda fuerza más votada en los anteriores comicios, gracias a ese pacto inesperado con el PP. Y sus primeras promesas fueron construir escaleras mecánicas en las zonas más altas de la ciudad -curiosamente, las primeras obras están al lado de su tienda de música-, un parque acuático inspirado en la Antigua Roma y unas fiestas municipales de categoría.
Vestido con camisas floreadas festivaleras se hizo un habitual de los conciertos y el pasado Día de las Letras Gallegas subió al escenario junto a la Orquesta Panorama, todo un emblema en la Galicia de las verbenas. Con la presencia recurrente de la banda en las fiestas locales, el alcalde presumía de haber organizado un "Woodstok en Ourense".
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Jácome pregonaba música y alcohol para todos, mientras en el Concello el número de asesores de libre designación se multiplicaba. Según el Portal de Transparencia de la Diputación, nombró a más de una veintena, casi tantos como ediles hay en el consistorio. Uno de ellos era Bruno Blanco Tourón, quien ya había participado en las campañas de Democracia Ourensana “haciendo un poco de todo”.
“A mí me prometieron un contrato de media jornada, que nunca fue así porque siempre hacíamos más de ocho horas, y me dijeron que tendría que aportar algo para ayudar al partido. No especificaron cuánto, pero cuando llegó la primera nómina no me lo podía creer”, asegura. Cobraba unos 1.800 euros, pero algunos meses la formación le retenía sin previo aviso un 60% de su salario.
“Jácome decía que su televisión tenía una deuda de 50.000 euros y que había que ayudar a saldarla. Pero la televisión no tiene trabajadores, solo figura él como contratado, por lo que todo iba para él. Primero nos pedía el dinero en sobres, aunque yo insistí para que me diera un número de cuenta, por lo que se pueden comprobar todas las operaciones”, afirma al teléfono.
“Donó” unos 5.000 euros durante varios meses y, finalmente, llevó el caso a la Audiencia Provincial de Orense, que terminó archivando la querella. “No sé cómo lo hace porque se ha librado de todas las denuncias, debe controlar algo que se me escapa. Una cosa es ser un mal jefe y otra ser un delincuente, ha robado a los suyos”, remacha.
Mordidas e intentos de compra
Bruno Blanco asesoraba a la concejal de Seguridad Ciudadana. Pero había otros que, según declararon ante la Policía, ni siquiera acudían a su lugar de trabajo. El método era sencillo: contratar al mayor número posible de cargos de confianza para después pedirles una especie de impuesto revolucionario para la causa. Para su causa. En conversación con EL ESPAÑOL, José Manuel Palacios, que fue secretario de organización del partido y era quien controlaba las cuentas, calcula que el alcalde pudo desviar hacia su televisión unos 800.000 euros.
La mayoría de los asesores fueron cesados cuando Pérez Jácome llevaba un año en el cargo y, en paralelo, cinco de sus siete ediles también se marcharon. María Dibuja era la concejala de Seguridad Ciudadana junto a la que trabajaba Bruno Blanco. “Esto fue como cuando un equipo va mal, que echan al entrenador. Nosotros no lo conseguimos, así que nos fuimos todos los jugadores”, apunta ella.
El PP rompió también su alianza, por lo que Jácome se quedó en una situación de extrema fragilidad, gobernando con dos ediles y cinco asientos vacíos. De este modo, el alcalde intentó que los concejales volvieran o que al menos devolvieran sus actas para poder nombrar a otros afines.
“A mí me intentó comprar. Primero a través de amigos y cuando vio que la respuesta era negativa, lo hizo a través de mi marido. Me ofrecía 30.000 euros y un cargo para mi hijo a cambio de que me marchara y dejara el acta libre”, agrega. Durante años, quienes eran sus concejales se han mantenido en el Concello haciendo oposición desde dentro. Ahora María Dibuja encabeza las listas de un pequeño partido, Coalición de Centro Democrático, al que ha arrastrado a varios de los díscolos.
El primo asesor
Entre los asesores no sólo había compañeros de campaña que se sintieron traicionados, también nombró a amigos íntimos, antiguos socios o familiares. Félix Álvarez es primo de Jácome, fue uno de sus cargos de confianza y el hombre a quien María Dibuja señala como el intermediario de ese intento de compra. “Bueno, algo así ocurrió”, reconoce Álvarez a EL ESPAÑOL. Recalca que ha rechazado todas las entrevistas desde entonces, que ésta es la primera que acepta, aunque se considera una víctima: “Fueron injustos conmigo, mataron al mensajero”.
“Yo en ese momento dependía de otra área, ni siquiera estaba en la Casa Consistorial, y no fui consciente de lo que estaba ocurriendo. Pensé simplemente que querían cambiar a un asesor por otro y me limité a trasladar el mensaje. Esta persona que yo pensé que era mi amiga [María Dibuja] me señaló y posteriormente fui cesado”, asevera.
Álvarez confiesa que, como ocurría con el resto, también una parte de su sueldo quedaba en manos del partido. Ahora trabaja como asesor de comunicación y relaciones públicas en Contigo Ourense, una formación minoritaria que dice ser “ni de izquierdas ni de derechas, sino de Ourense”. Exactamente el mismo lema que tenía Democracia Ourensana. El objetivo de Democracia Ourensana, cuyo líder es un antiguo dirigente de Vox, es entrar en el Concello.
Resultado ajustado y corrupción
Ni siquiera en los momentos de mayor debilidad nadie pudo, o nadie quiso, desbancar a Jácome. PP y PSOE amagaron con sendos intentos de mociones de censura, frustrados antes incluso de formalizarlos. Ahora las elecciones se presentan como una carrera reñida, marcada por las acusaciones de corrupción, en la que los dos partidos mayoritarios rechazan pactar con el actual alcalde. En plena campaña, el candidato del PSOE, Paco Rodríguez, indica al teléfono que “la situación en Ourense es preocupante, porque se ha revelado que quien gobierna no ejerce el poder, sino que es un tirano”.
“Jácome llegó para acabar con fórmulas caciquiles, pero terminó haciendo lo mismo practicando además la antipolítica. Mientras que desde el PP, a quienes acusaba de todo, lo hicieron alcalde y blanquearon su legislatura. Han sido cuatro años de completo desastre, por lo que la intención es recuperar la autoestima perdida, que la gente deje de sentir vergüenza por ser de Ourense después de la imagen que se ha proyectado de la ciudad”, declara.
Rodríguez ya fue alcalde entre 2007 y 2012, cuando fue detenido por un supuesto delito de tráfico de influencias en el marco de la llamada 'Operación Pokemon', una trama de corrupción que implicó a varios políticos gallegos. El año pasado un juez de Orense archivó la causa contra Rodríguez y ahora éste aspira a formar mayoría junto a los concejales nacionalistas del BNG.
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Mientras, el presidente de la Diputación de Orense, el popular José Luis Baltar, también está pendiente de juicio por un delito contra la seguridad vial, al conducir a 215 kilómetros por hora en una vía limitada a 120. En las últimas semanas se ha negado a declarar en un par de ocasiones, con la intención de que una hipotética sentencia antes del 28-M pudiera perjudicar la campaña de su partido. El candidato del PP al Concello de Ourense, Manuel Cabezas, que también ejerció como alcalde y fue juzgado -también absuelto- por un delito de malversación, ha declinado responder a las preguntas de este medio tras toda la polémica de la recta final de campaña.
Jácome también ha rechazado hacer declaraciones para este reportaje. La previa de las elecciones no se presenta en esta ocasión tan festiva como las anteriores, acosado por otro tipo de declaraciones, las que tiene en su mano la Fiscalía. El parecido físico con el político que encarna Javier Cámara en la serie 'Vota Juan' ha terminado trascendiendo a otros ámbitos.
Su anterior secretario de organización, José Manuel Palacios, considera que “está como una puñetera regadera, se le ha ido la olla”. Mientras que el exasesor Bruno Blanco lo define como un “psicópata sin escrúpulos”. Precisamente “psicópata” es lo que Jácome le llamaba a Baltar poco antes de pactar con él. Ahora él es el cacique y el resto quienes pugnan por desalojarlo.