Courtney Tillia es un nombre que seguramente no capte mucho la atención. Sin embargo, su historia está siendo noticia en Estados Unidos y, poco a poco, en todo el mundo. Esta docente americana ha pasado de ser una profesora anónima a convertirse toda una celebridad en redes sociales y en un reclamo físico para muchos hombres y mujeres. El porno vuelve a tomar el control de la situación.
Todo se debe al enorme cambio de vida que ha adoptado. Decidió dejar de dar clases para pasarse al cine para adultos y a la comercialización de contenido sexual exclusivo. Sin duda, un cambio que ya es sonoramente llamativo. Pero este sorprendente aún más cuándo se conocen cuáles han sido las razones que le han llevado a tomar esta impactante decisión.
Según la propia Courtney Tillia explica, no se ha producido por una cuestión de dinero o de querer acercarse al mundo del porno: ha sido porque ha recibido la llamada de Dios. Por ello, ahora ha pasado a ser conocida como la actriz cristiana que rompe moldes en el universo de los contenidos para adultos.
¿Cuál era la vida anterior de Courtney Tillia?
Courtney era, como ella misma se define, una profesora anónima. Llevaba una vida relativamente tranquila ligada al programa educativo de Estados Unidos. Junto a su pareja, tenían construida una estabilidad que un día saltó por los aires. Para nada imaginaba lo que iba a ser de su nueva carrera profesional solo unos años después.
Llegó a un punto en el que se sintió estancada y decidió buscar nuevos horizontes y alicientes. Cambiar algo que le permitiera sentirse más realizada y motivada. Por eso, dejó las aulas y cambió la enseñanza por el contenido par adultos. Finalmente, y con el apoyo de su marido, dejó su trabajo de profesora para en 2016 comenzar a grabar vídeos sexuales y a posar como modelo para adultos, tal y como explica ahora en una entrevista para Daily Star.
¿Cómo fue su conversión?
Sin embargo, lo más extraño de su caso, incluso por encima de esta decisión tan polémica como impactante, fue el motivo que ella alegó para adoptar este cambio. Recibió la llamada de Dios y decidió cambiarlo todo. "Me sentía desconectada, de mí y del propio Dios. No sabía cuál era el propósito de mi vida ni cómo ayudar a los demás".
Aunque resulta difícil de creer, Courtney tuvo claro desde el primer momento lo que consideraba que Dios quería para ella. Su conversión no iba a implicar vestir los hábitos ni hacerse monja. Y probablemente tampoco acercarse más a la iglesia, pues siempre fue creyente y practicante. Su salto iba a ser llegar al porno.
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"El mensaje de Dios fue muy claro: estoy aquí para ser una estrella porno. Esta es mi forma de servirle". Sin embargo, su camino tuvo que librar muchas barreras, ya que no todo fue tan fácil como pasar de un colegio a una pasarela de posados y contenido para adultos. Todo conllevó un proceso de aprendizaje y de adaptación a su nueva naturaleza.
"Tenía mucha vergüenza sexual propia al principio. Recuerdo estar en una sesión de fotos con varias estrellas del porno y estaba angustiada. Podía sentir los juicios que la sociedad y la religión me habían inculcado y era muy consciente de ello. Esa parte de mí sentía que sus elecciones y expresiones sexuales eran incorrectas e inmorales".
Ahora considera que su mayor justificación para hacer lo que hace y lo que constituye su nueva forma de ganarse la vida es el amor de Dios: "Ahora rechazo cualquier enseñanza o institución que represente a Dios como una entidad que deba ser temida o juzgada. Dios es amoroso, no temeroso. Y acepta, no juzga".
¿Cómo es su vida en el porno?
Courtney Tillia ha construido en los últimos años una nueva vida. Dejó la enseñanza y se pasó al porno. Ahora es toda una celebridad, tanto en redes sociales como en páginas como OnlyFans donde comercializa con sus propios contenidos sexuales. A sus 35 años, está construyendo poco a poco un gran imperio que lleva de la mano de su fe cristiana.
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Siempre se consideró una persona muy devota. Sin embargo, ahora está viviendo la religión desde un punto de vista totalmente diferente. Un giro que seguramente nunca hubiera imaginado y que ahora considera el pilar de su vida porque, sobre todo, le ha permitido conectar de una manera totalmente diferente con Dios.
Sin perder la fe ni alejarse de la religión, se ha convertido en una estrella del pecado y de la lujuria. No obstante, ella defiende a ultranza que el placer y la atracción sexual no tienen por qué estar reñidas con una vida cerca de Dios: "No estamos destinados a suprimir o negar cosas como nuestro placer y expresión sexual. Al contrario: estamos destinados a disfrutarlos y encarnarlos completamente, como Dios lo ha dispuesto".
Mientras reflexiona sobre su cambio y todo lo que ha dejado atrás, está creando una nueva vida y un nuevo camino en el que ya cuenta con decenas de miles de seguidores, por ejemplo, en la red social Instagram. Mientras hace las veces de modelo gracias a su espectacular físico, se codea ya con grandes estrellas del porno.