La Policía Nacional investiga la difusión de unos vídeos en un canal de Telegram en el que se aprecian peleas grabadas con teléfonos móviles entre menores de edad y adolescentes. Las imágenes, en las que se aprecian escenas de violencia explícita, recogen patadas, puñetazos, insultos o amenazas. "Vuélveme a decir algo que te mato", "dale como en clase" o "reviéntala de la paliza que se ha meado" son algunas de las expresiones que se escuchan.
Algunos de los vídeos fueron grabados en Valencia, pero la Policía ha confirmado que existen agresiones grabadas en otras ciudades españolas y del extranjero. La investigación abierta trata de determinar el origen de las grabaciones, localizaciones y si existen detrás casos de acoso escolar, además de identificar a la persona que ha subido las imágenes, según han confirmado fuentes policiales a EL ESPAÑOL.
Los vídeos se están difundiendo en un canal público de la red social Telegram, con sede en Rusia. El canal fue creado en enero de este año y en apenas 24 horas ha multiplicado su número de suscriptores, pasando de unos 700 miembros el lunes a más de 1.200 este martes. Cualquier persona, adulta o menor de edad, puede acceder a los vídeos a través de su teléfono y no se requiere de ninguna autorización expresa por parte de la compañía para verlos y difundirlos.
[Brutal pelea a machetazos entre bandas latinas en San Blas: 15 detenidos, 11 de ellos menores]
Se desconoce la fecha exacta de las grabaciones. La mayoría de las peleas son presenciadas por grupos de menores, chicos y chicas, que jalean a los agresores para que continúen dando golpes o patadas. Aparecen divirtiéndose mientras pegan una paliza a un compañero o quedan en un parque para golpearse. Algunas de las peleas juveniles han tenido lugar en las plazas del Ayuntamiento de Valencia y de Alfonso El Magnánimo, en pleno centro de la ciudad.
Por el momento, no se ha presentado ninguna denuncia formal por estos hechos y la Policía trata de impedir ahora que los vídeos acumulen más visitas y que se sigan viralizando.
Uno de los vídeos es especialmente violento y humillante para la víctima. Al parecer, se grabó en un municipio valenciano, pero todavía no se ha identificado la fecha de la pelea. En las imágenes se ve como una adolescente golpea con fuerza a otra joven que apenas puede defenderse. Mientras, el resto del grupo anima a la agresora a seguir pegándola porque la víctima se ha meado encima: "Reviéntala de la paliza que se ha meado".
En algunos casos los vídeos esconden casos de acoso escolar. Según la información avanzada este martes por Levante-EMV, unos padres de la provincia de Valencia han reconocido a su hija, de 14 años, como víctima de una de las agresiones y han denunciado que intentó quitarse la vida el verano pasado por las vejaciones que sufría por parte de un grupo de compañeras.
Los padres se dirigieron por su cuenta al administrador del canal para que eliminara el vídeo de su hija, pero las imágenes se siguen difundiendo a través de otros canales. Los padres finalmente no interpusieron por temor a que los problemas se agravaran, según ha informado este medio.
La primera dificultad con la que se han encontrado los investigadores para conocer el origen de los vídeos e identificar a posibles víctimas de acoso escolar es que no se ha presentado ninguna denuncia formal. Además, Telegram se encuentra localizada en Rusia. Esta circunstancia supone un problema añadido para dirigirse a las autoridades judiciales u ordenar el cierre del canal, según han apuntado fuentes conocedoras de las diligencias.
Grupos violentos
A principios de mes, la Policía Nacional informó de la detención de 21 jóvenes, 18 de ellos menores de edad, por peleas juveniles en Valencia y su área metropolitana. La Policía no ha confirmado si estas peleas aparecen en los vídeos y por el momento se investigan por separado.
Se trata de grupos juveniles de carácter violento, que en la última quincena de enero y la primera de febrero de este año, protagonizaron diversos robos violentos en los alrededores de zonas de ocio del distrito valenciano de Patraix y la localidad de Mislata, así como diversas agresiones con arma blanca en los alrededores de la plaza del Ayuntamiento de Valencia.
Estos jóvenes actuaban en grupos de entre 10 y 15 personas, ataviados con pasamontañas, bragas de cuello y mascarillas con la intención de evitar ser reconocidos. Se desplazaban a zonas de ocio, discotecas, plazas o bocas de metro donde suelen concentrarse los adolescentes, generalmente en horario de tarde-noche. Mediante amenazas y violencia, acorralaban a sus víctimas, en la mayoría de los casos menores de edad, para robarles las pertenencias, generalmente dinero y terminales móviles.
Los detenidos supuestamente hacían uso de armas blancas u otro tipo de objetos contundentes y peligrosos "ante la mínima negativa a obedecer sus exigencias", además de incrementar innecesariamente la fuerza utilizada
Peleas campales
En julio de 2021, un informe de la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana alertó del "repunte" de la violencia juvenil tras los periodos de confinamiento que impedían la apertura de locales de ocio.
El informe recogía que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado detectaron que grupos de jóvenes, fundamentalmente del área metropolitana de Valencia, quedaban para pegarse, grabarse y difundir los vídeos a través de redes sociales. En muchos casos no existían enfrentamientos previos entre las personas que participan en estas peleas. Simplemente quedan varios grupos de personas a través de redes sociales para pegarse como una forma de diversión.
Los convocantes fijan una hora determinada y, en algunos casos, cada grupo usa un tipo de vestimenta para diferenciarse de la banda rival. En Paiporta, un municipio cercano a Valencia, la Guardia Civil abortó en 2021 una de estas peleas que tenía como fin un enfrentamiento multitudinario entre dos supuestos bandos: los vestidos de rojo y los de negro. El objetivo de los participantes era conseguir seguidores y likes en redes sociales.
Este fenómeno se ha extendido por otras ciudades españolas. En las campales, así es como las denominan muchos adolescentes, han estado involucrados grupos de entre 50 y 200 personas.