La Rioja es mucho más que sus viñedos y bodegas, también tiene pueblos encantadores y parajes naturales de ensueño. No obstante, no conviene menospreciar el potencial de esta tierra con el vino, ya que goza de ejemplares de gran calidad y renombre.
Esta comunidad está escondida entre los montes de Toloño y la sierra de Cantabria, dos sierras que protegen al territorio y le permiten gozar del clima mediterráneo que hace la tierra fértil y ayuda al crecimiento de la vid y el cereal.
Toda ruta por La Rioja puede comenzar en su capital, Logroño, donde se puede dedicar un día para visitar esta versátil y pequeña urbe, donde resalta la calle Laurel y sus colindantes, ya que en ellas se pueden encontrar y degustar los productos típicos de la tierra. Además, hay que ver la Concatedral de Santa María de la Redonda, el Paseo del Espolón, la calle Portales, el Paseo de la Florida, el Puente de Piedra y el Puente de Hierro, así como el Teatro Bretón de los Herreros o el mercado de Abastos de Logroño, entre otros.
Pueblos que ver en La Rioja
Aunque su capital es una bonita y acogedora ciudad, La Rioja tiene otros territorios sorprendentes que conviene visitar. Pueblos y terrenos que crearán un escenario precioso para viajar por él, ofreciendo unas vistas de interior de lo más bonitas. Así, a continuación se indican algunos de los pueblos más bonitos y curiosos que ver en tierras riojanas.
La lista debe comenzar con Briones, pueblo situado a unos 35 kilómetros de Logroño e incluido en los más bonitos de España. Está situado sobre una colina, con callejuelas preciosas y unas vistas panorámicas al río Ebro impresionantes. Su importancia como fortaleza llega a nuestros días a través de los restos de su castillo, del cual solo se conserva parte de la que fue su torre del homenaje. Además, este pueblo resalta por estar rodeado de viñedos y es famoso por acoger las monumentales bodegas de Vivanco, así como el museo de la Cultura del Vino.
Sajazarra también es un pueblo que se encuentra entre los más bonitos de España. Este pueblo parece teletransportar a uno a la Edad Media gracias a sus preciosos rincones y construcciones de lo más curiosas, como su castillo, del siglo XV, o la muralla gótica de la que se conserva la puerta del Arco.
Haro conviene visitarlo para vivir la esencia de su casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural. Además, es el pueblo considerado capital del Rioja y por ello por lo que cada verano se celebra en este pueblo la Batalla del Vino, una celebración en la que se mezcla lo religioso con lo pagano con un bien tan preciado como es el vino. Destaca entre su patrimonio la Basílica de Nuestra Señora de la Vega, la iglesia de Santo Tomas y la Plaza de la Paz, sin olvidar la importancia de las diferentes bodegas. No hay que olvidar San Felices, en Haro, el santuario entre La Rioja y País Vasco que fue considerado como el mejor rincón de España en 2014.
Por su parte, San Vicente de Sonsierra es otra de las localidades más bonitas de La Rioja. Está a los pies de la Sierra de Toloño y se alza como un laberinto de callejuelas medievales que desembocan en pequeñas plazas. Sin duda, un bonito lugar para visitar, en el que sorprende templos, murallas, torres defensivas y los restos de un castillo.
Y por último, aunque son muchos más los pueblos que podría contener esta lista, conviene mencionar a Casalarreina, donde el protagonista indiscutible es el Convento de Nuestra Señora de la Piedad, de estilo gótico isabelino construido en 1514. Pero también cuenta con más patrimonio, ya que entre sus bonitas calles se van distribuyendo un buen número de palacios y casas blasonadas. No hay que olvidar su fantástica gastronomía, con productos cultivados en sus tierras y con restaurantes muy afamados.
Naturaleza en La Rioja
Antes de terminar este artículo, hay que hacer una especial mención al potencial verde y natural de La Rioja. Así, en lo que a parajes naturales se refiere, resaltan algunos como las pozas de Jubera, el Parque Natural Sierra de la Cebollera, el Valle de Ocón, la Cueva de los Cien Pilares, la Reserva Natural Sotos del Ebro o los Montes Obarenes, entre otros muchos.