La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) denunció el pasado lunes que la cadena de supermercados Lidl está vendiendo patatas nuevas de origen español, cuando la realidad es que provienen de Francia y son de conservación.
"Desde Castilla y León, hemos emitido un comunicado poniendo en antecedentes a la Junta de CyL, al Ministerio de Consumo y a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), para que tomen cartas en el asunto ya que, presuntamente, Lidl está comercializando patatas de Francia y etiquetándolas como provenientes de España. Además, las venden como nuevas cuando son almacenadas y llevan ya tiempo tratadas. Eso es un engaño a los consumidores y ese fraude tienen que investigarlo", explica Aurelio González, secretario general de la UPA de CyL, a EL ESPAÑOL.
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Además, la UPA acusa a ambas cadenas de utilizar presuntamente nombres de variedades de patata que no corresponden con la real: "Intentan vender la variedad de menor calidad a una de mejor, como lo es la agria", sostiene González.
UPA añade que no es la primera vez que denuncian este fraude al Ministerio y a la Junta, pero que se les ha ignorado. "Todavía no hemos obtenido ninguna respuesta", lamenta el secretario. "Nosotros denunciamos y hacemos las pruebas necesarias. Sólo esperamos que, por lo menos, estos supermercados que están incumpliendo la normativa dejen de invertir en ese producto, o que lo vendan bien identificado y diciendo lo que es".
A través de su alianza con la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Castilla y León, esta organización ha exigido a la Dirección General de Consumo de la Junta de Castilla y León, a la AICA y al Ministerio de Consumo que actúen y tomen las medidas oportunas. "De lo contrario, entenderemos que tanto el Gobierno central como el Gobierno regional, haciendo dejación de funciones, amparan a la distribución en contra de los intereses de los agricultores y consumidores", exponen en el comunicado.
Competencia "desleal"
UPA recuerda que es bastante común que en España la patata vieja francesa inunde el mercado español, comercializándola como "patata nueva" o "patata lavada", cuando la de Francia "con los procesos de almacenaje tiene más almidón y se nota en el color negro de las patatas al freírse", explica.
Además, González dice que esta supuesta estafa es fácil de detectar ya que, "en España no hay patatas" y que "no hay producción", por lo que parece que estas cadenas "se están riendo de los cultivadores haciendo creer que se vende patata nueva, cuando no es así". Esto genera una gran repercusión en los cultivadores de patatas españoles al tener que disputar con el precio del mercado francés. "Esto es una competencia desleal que le hace Francia con patatas más baratas para bajar el precio", subraya.
Desde la UPA, reclaman un mercado "transparente" tanto con el cliente como con el cultivador español. "Me parece muy bien que exista un mercado europeo libre, pero que identifiquen el producto correctamente, no que estén desprestigiando nuestro producto", sentencia González. Recomienda también a todos los consumidores que "lean las etiquetas de verdad y sepan lo que están comprando, porque en la publicidad engañan poniendo que es producto nacional".