Una mujer de 66 años y con demencia fue declarada muerta por el centro de residencia especial para pacientes con Alzheimer de Glen Oaks, Iowa (EEUU). Cuando llegó a la funeraria, el personal descubrió que todavía tenía signos vitales. Estuvo dos días intentando sobrevivir, pero por la falta de oxígeno que había en la bolsa de cadáveres, finalmente falleció.
La residencia debe pagar una indemnización de 10.000 dólares a la familia por ocasionar estos daños, ocurridos el 3 de enero. Una trabajadora de la residencia dio por muerta a la anciana, que presentaba trastornos de ansiedad, demencia y depresión.
La paciente, que fue ingresada a finales de 2021, vio empeorada su salud durante el ingreso. En diciembre de 2022, dejó de comer y tenía convulsiones. Según The New York Times, el personal del centro le administró morfina y lorazepam. Ese 3 de enero, la mujer estaba inconsciente, pero el personal le declaró muerta y no se lo contó a los familiares.
En la funeraria, observaron a la mujer intentando resistir con fuerza tras haber estado sin oxígeno en la bolsa de cadáveres. Fue trasladada con urgencia al hospital más cercano con las constantes vitales muy bajas. Después, a causa de su testamento vital en el que se exponía que no podían mantenerla con vida de forma artificial, regresó a la residencia, lo que empeoró aún más su estado. Finalmente murió dos días después por las graves secuelas por la falta de aire.
Ahora, esa misma residencia, tiene un mes para decidir si paga esos 10.000 dólares, o se enfrenta en un juicio para defender la actuación del personal.