Patricia vio que había aprobado la oposición y sintió, sobre todo, "alivio". Esta salmantina nacida en Valencia —se mudó a Castilla y León con seis años— no lo esperaba, aunque siempre encaró el envite con actitud positiva. Con apenas 24 años había logrado sacarse la plaza de notaria y se convertía así en la más joven de España. El júbilo y el orgullo en la familia no era para menos. "Me decían lo orgullosos que estaban, pero no hacía falta porque se les veía en la cara", dice Patricia Rodríguez.
Ella es una rara avis en el mundo de la notaría. Junto a ella, Fernando Martínez, otro compañero de su promoción, conseguía acceder al puesto con tan solo 24 años. Es algo complicado no sólo por la oposición, sino también por todos los años de estudios previos sin torcer el paso. Además, claro, hay que tener decisión para abogar por esta vía nada más terminar la carrera y finalizar la misma en el tiempo y la forma en la que mandan los cánones.
Patricia tuvo tino en sus elecciones desde el principio. Tal y como ella misma apunta a EL ESPAÑOL, "hice la carrera de derecho por las salidas, como una decisión puramente racional". Sin embargo, llegó al último curso de la carrera sin saber "lo que quería hacer. Sólo sabía que quería opositar, porque me gusta estudiar y quería estabilidad, y también sabía que me encantaba el derecho civil".
A partir de ahí, comenzó a buscar opciones que le viniesen como anillo al dedo. "Decidí investigar oposiciones que trataran el derecho civil y encontré notarías", comenta.
Luego, la fortuna se cruzó en su camino para aclararle un poco más el camino. "Tuve la suerte de que una amiga de mi madre es notaria y pude ir con ella una mañana a ver cómo era la profesión. Salí de allí con la sensación de que aquello era lo mío, y sigo teniendo la misma sensación cada vez que piso una notaría", esgrime.
Comenzó a estudiar las oposiciones el 4 de octubre de 2019. Recuerda que el cuarto examen lo aprobó el 7 de julio de 2022. "Cuando aprobé el primer examen llevaba dos años estudiando", comenta la salmantina.
Durante esos dos años, recalca que el proceso ha sido "muy duro". "Estudiaba al día una media de 10 a 12 horas y solo tenía un día de descanso a la semana".
Ahí no quedó la cosa. "Para preparar el segundo examen, el día de descanso pasó a ser media tarde, porque no tenía horas suficientes en el día para todo lo que tenía que estudiar", dice Patricia.
La joven tuvo que sacrificar, como es obvio, multitud de horas con amigos. "Lo más difícil fue renunciar a la vida social y a la mayoría de mis hobbies, como la música", comenta.
Eso no quita que estos dos años hayan tenido momentos mejores que otros. "Aunque había días horribles también los he tenido muy buenos. La satisfacción de conseguir estudiar en el día un número de temas que parecía imposible, el camino de vuelta a casa con la alegría de haber hecho un buen cante... Hacía que valieran la pena los días malos".
Ella no pertenece a ninguna familia de notarios, como ocurre en otras ocasiones. Su padre es abogado, pero la primera notaria de la familia es ella. Cuando tomó la decisión de opositar, su hermana y sus padres la apoyaron. "Mis padres estaban contentos porque por fin había decidido lo que quería hacer, pero también me advirtieron de que era una de las oposiciones más duras de España y querían que lo tuviera claro antes de intentarlo. Pero siempre me han apoyado muchísimo junto con mi hermana y han estado conmigo en casa fase al pie del cañón".
—Estas oposiciones tardan una media de cuatro o cinco años en aprobarse. ¿Hay algún truco para acortar los plazos?
—No creo que haya ningún truco. Tampoco es necesario ser el más inteligente ni el que más memoria tenga, sino que creo que lo más importante es ser constante y tomarse la oposición muy en serio desde el primer día. Yo personalmente no me levantaba de la silla si no había terminado lo que tenía planeado estudiar en el día. Además, no me engañaba a mí misma, y si sabía que podía dar más de mí y llevar más temas, llevaba más. También creo que es importante hacer la oposición porque te guste de verdad, ya que eso hace que el estudio de cada día no se convierta en un suplicio, aunque lógicamente sea duro.
—¿Esperaba acceder con tanta rapidez?
—No lo esperaba, pero era muy positiva. Siempre tenía una voz en la cabeza que decía "venga, un último empujón, que lo consigues".
—¿Qué se siente cuando se consigue algo que cuesta tanto trabajo?
—Cuando vi que había aprobado sobre todo sentí alivio porque terminase ya el examen, que fue un proceso muy largo, y saber que no tendría que volver a enfrentarme a eso. Luego vino la alegría de poder llamar a mi familia, mis amigos y mi preparadora y poder escuchar sus gritos de alegría. Eso fue lo mejor de ese día.
Cómo aprobar en dos años
Patricia aboga por "mantenerse positivo" ante la oposición. Como recomendación a los nuevos y a los que ya lo han intentado en varias ocasiones, también añade: "No pierdes nada si te repites que vas a aprobar, pero es fácil que suspendas si te repites que no lo vas a conseguir".
Aun así, estos trucos no son infalibles. Patricia destaca que no está diciendo que sea coser y cantar. "Sé que no es fácil, pero hay algunos trucos que yo utilizaba para conseguir mantenerme motivada".
Otra cosa que le motivaban eran las dificultades personales. "Al final todos las afrontamos durante la oposición y las usaba para motivarme a estudiar, utilizando los temas para evadirme de los problemas".
El siguiente truco era ir partido a partido, "estudiar sin pensar en el examen. Es decir, la organización hay que hacerla para llegar al examen, pero durante el día solo me centraba en lo que tenía que cumplir ese dia. Porque si piensas que de aquí a un mes tienes que llevar 200 temas en la cabeza es mas fácil pensar que es imposible y bloquearte".
El truco definitivo fue lanzarse a la piscina. "Finalmente, creo que es importante no perder convocatorias. Estadísticamente no era probable que fuera a aprobar en dos años, pero me tomé la convocatoria seriamente y fui con todas. No hay que darse por vencido antes de empezar", destaca la actual notaria más joven de España.
En apenas unos días comenzará su aventura profesional. Tomará posesión e. Le espera Espinosa de los Monteros (Burgos), "un pueblo muy bonito en el que la gente es muy amable". Ahora mismo, "siento el peso de la responsabilidad que tengo que asumir, pero también las ganas de hacer las cosas bien y con ilusión", comenta Patricia. "Espero estar allí muchos años trabajando".