Eduardo Casanova (Madrid, 1991) deja un reguero de titulares a su paso. Tantos que parece componerlos, sabedor de que la polémica se vende bien al peso. Acumula más insultos que carantoñas cuando se asoma al móvil, aunque consigue su propósito: nos hemos enterado de que ha sacado una película. Se llama La Piedad, es su segundo largometraje como director, la protagonista es una -a juicio de gran parte de la crítica- soberbia Ángela Molina y por la crudeza y provocación que inspira ya le llaman director kamikaze.
"Es un acto completamente egoísta: va a vivir un mundo horrible. Y tú lo traes sin preguntarle si quiere vivir", declaró hace pocos días sobre la maternidad. En concreto, sobre la grosera manía de las madres de no preguntar al feto si quiere nacer. Porque Casanova, conocido popularmente por ese buen personaje que fue el Fidel Martínez de Aída, hecho a medida, casi un spin-off de su vida que interpretó durante una década, salta de charco en charco aventando las trincheras. "Es muy motivador para escribir ver personajes tan repugnantes pero a la vez tan interesantes como toda la gente que pertenece a Vox", declaró a El Mundo hace semanas.
Ahora, quizás preocupado por la identificación eterna con uno de esos personajes de los que, por precoces y populares, es difícil desquitarse, busca su hueco como director con maneras estrafalarias. Vestido como un marciano. Algo que hace con una incuestionable originalidad, no así el resultado. "Parece que busca una mezcla de la estética de Almodóvar llevada al extremo con algo que recuerda al estilo coreano de Park Chan-Wook, aunque le sale algo totalmente vacío de contenido. Le gustan mucho los focos, las alfombras rojas, ir a la feria del libro a firmar y todas esas movidas", opina a EL ESPAÑOL un guionista novel.
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Su primera película, producida, entre otros, por Álex de lglesia, tuvo un presupuesto de alrededor de un millón de euros y recaudó en taquilla 81.179€. Casanova tiene un amplio margen de mejora en recaudación, habida cuenta de que aún quedan aficionados al cine: él, reconoció en una entrevista en la Ser esta semana, tan sólo ha visto una película este año, la extraordinaria Mantícora de Carlos Vermut. "No veo cine. Me he dado cuenta de que me divierte más hacer películas que verlas". Al contrario que a Garci, las películas no le han dado una vida de repuesto.
La popularidad de 'Aída'
Eduardo Casanova comenzó a trabajar como actor a los 12 años. Un inicio temprano que pronto cosechó sus frutos: tan sólo dos años después, en 2005, se integró en el elenco de la serie Aída, la exitosa serie que Telecinco emitió durante una década. Fidel Martínez, el hijo gay y repipi de Chema (Pepe Viyuela) le granjeó el cariño del público durante las 10 temporadas que se emitieron de la serie.
Casanova aprovechó aquellos años más allá de su papel semanal. Hizo teatro, cortos y descubrió que es detrás de la cámara donde se siente más cómodo. En 2011, se puso a las órdenes de De la Iglesia, su gran valedor. Fue en La chispa de la vida, un film en el que participaron José Mota y Salma Hayek. Ese mismo año escribió su primer corto. Se llamó Ansiedad y participó en ella Ana Polvorosa, más conocida como la Lore, su pelirroja amiga en la ficción de Telecinco. También participó en Amar en tiempos revueltos (TVE) y Amar es para siempre (Antena 3).
Carmen Machi, la protagonista de la exitosa derivada de 7 vidas, colaboró con él en Pieles (2017). La ópera prima de Casanova, donde ahondó en cómo la apariencia física condiciona y complica la vida. Todo con la estética kitsch y forzadamente original que caracterizan a Casanova.
Fidel (2016), a pesar de la pésima nota que consta en Filmaffinity, escrita y dirigida por él mismo dos años después de terminar la serie, es un divertido experimento de apenas tres minutos con el que, metafóricamente, parece que mató al personaje. Aunque fuera Castro. Sus otros cortos son Amor de madre (2013), Fumando espero (2013), La hora del baño (2014), La misma piel (2015), Eat My Shit (2015), #Klingpolka (2016), Jamás me echarás de ti (2016) y Lo siento mi amor (2018). En 2018, dirigió el vídeo musical de Cuando me miras, canción de C. Tangana, en el que participó Úrsula Corberó.