Unas nuevas señales de carretera en la isla de Mallorca indican por primera vez estos días el pasado siniestro de su construcción por mano de obra esclava de la dictadura franquista: "via construïda per presoners republicans", dice, en catalán, cada una de las 60 señales, de color morado y con un icono de un pico, una pala y unas cadenas. El gobierno de Baleares y el Consell de Mallorca las han colocado (la mayoría está ya instalada) para informar o recordar a los viajeros que estas infraestructuras las hicieron en gran parte presos republicanos españoles castigados a trabajos forzados, sobre todo durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. La medida ha generado reacciones de apoyo, críticas y también sabotajes en sus tres primeras semanas de vida.
Unos 8.000 presos baleares y de la península trabajaron en la construcción de 166 kilómetros de carreteras en la isla, además de en búnkeres y nidos de ametralladoras, entre 1936 y 1942, según explicó el Consell de Mallorca en el acto de presentación de las señales de carretera y de seis paneles informativos, celebrada el pasado 14 de diciembre.
Con este "proyecto pionero en España", el gobierno progresista de las islas, formado por el Partido Socialista, Podemos y Més per Mallorca, quiere "homenajear" y "recordar" el sufrimiento de los antiguos presos y sus familiares, dijeron en la inauguración Juan Pedro Yllanes, vicepresidente del Govern y consejero de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática, e Iván Sevillano, consejero de Movilidad e Infraestructuras del Consell de Mallorca. Ambos cargos pertenecen a Podemos.
Cada cinco kilómetros
La iniciativa se centra en los 133 kilómetros (de los 166 totales) de carreteras que son de titularidad autonómica y responsabilidad del Govern y el Consell (los otros 33 pertenecen a otras administraciones). Consiste en la instalación de seis paneles informativos en los municipios de Sóller, Calvià, Alcúdia/Pollença, Manacor, Llucmajor y Campos, y de las mencionadas 60 señales, al inicio y al final de cada carretera construida por presos, y cada cinco kilómetros.
La presidenta de la Associació Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, dice a EL ESPAÑOL que su colectivo fue quien pidió, al menos desde 2018, al gobierno autonómico alguna forma de reconocimiento público en el terreno a los trabajadores forzados en la isla, que vivían en 26 campos de concentración. Ahora aplaude a las autoridades por haber hecho realidad su demanda con estos carteles.
Aunque lamenta la reacción de atacantes desconocidos "de ultraderecha". "Al día siguiente, habían vandalizado algunos". Hay imágenes en las redes sociales de carteles que sabotearon pintándolos con los colores amarillo y rojo de la bandera española o tachándolos con spray negro.
Como se preveía un ataque inmediato tras la inauguración, las autoridades, explica Oliver, ya habían fabricado repuestos y sustituyeron los carteles dañados enseguida. "La Policía debería perseguirlos", dice la presidenta sobre los autores de los daños, aunque matiza que los ataques a placas y monumentos dedicados a víctimas de la dictadura franquista "son cada vez menos" en Mallorca debido al apoyo de las instituciones a estas señales, para que se entienda que son oficiales y no signos particulares.
Vox, en contra
Vox se ha puesto al frente de los minoritarios detractores de la señalización. Su portavoz en el Consell, Pedro Bestard, antiguo concejal del PP, publicó este domingo un vídeo junto a una de las señales -sin vandalizar- para denunciar que es "un derroche" que "abre heridas del pasado" y "divide a la sociedad", y anunciar que preguntará por su coste económico en el próximo pleno, el jueves 12 de enero.
"A escasos meses de las elecciones, esta iniciativa del podemita Iván Sevillano tiene un tufo electoralista que tira para atrás. Vemos que el señor Sevillano está aprendiendo, y mucho, de la reina del márketing y la mentira: la presidenta del Consell de Mallorca, la socialista Catalina Cladera. La izquierda, con el dinero de los mallorquines, se está pagando la campaña electoral", dice Bestard, que añade: "Los consejeros de PSOE, Més y Podemos, con el dinero de los mallorquines y aprovechándose de su cargo, están abriendo heridas del pasado, están dividiendo a la sociedad".
Maria Antònia Oliver, presidenta de la asociación memorialista, reprocha al representante de Vox su lenguaje, y recuerda que en un pleno anterior él dijo que había que "fumigar como cucarachas" a los trabajadores de la oficina de Memoria Democrática del gobierno balear. La mayoría de la población, incide Oliver, reconoce que esta señalización hace justicia a los antiguos presos y a sus familiares. Entre ellos, Gabriel Oliver, hijo de uno de aquellos 8.000 trabajadores forzados cuyo sudor asfaltó 166 kilómetros de las carreteras de Mallorca.