La noche infantil más mágica del año llega con los Reyes Magos. Cada cinco de enero, millones de niños españoles, mexicanos, peruanos o uruguayos se afanan en limpiar bien sus zapatos.
Y la mañana del seis de enero, los más pequeños de la casa son los seres más felices del planeta. Durante esa noche mágica Tres Reyes Magos, llegados de Oriente, se cuelan en sus hogares para llenar los zapatos de regalos. El mismo largo y misterioso viaje que los tres ilustres personajes emprendieron, guiados por una estrella, para llegar hasta el lugar del nacimiento de Jesús y regalarle oro, incienso y mirra.
Los Reyes Magos
Quizá, Melchor Gaspar y Baltasar no fueron tres y, posiblemente, tampoco fueron reyes. La Biblia no dice cuántos eran y diversas fuentes hablan de un grupo más amplio de viajeros. En Roma, en la Catacumba de Domitila, datada en la segunda mitad del siglo IV, aparecen cuatro personajes y en la catacumba de Priscila, más antigua, se representa a Tres Magos. Sin embargo, ninguno lleva corona sino que están ataviados como nobles persas. El hecho de que fueran magos parece confirmado como sinónimo de sabios, investigadores del cielo y las estrellas.
Pero, lo importante es que llevaron regalos al recién nacido Jesús. Oro como corresponde a un rey, incienso, el perfume con el que se honraba a las divinidades, y mirra para ungir el cuerpo del hombre tras la muerte. El viaje de estos personajes se recrea cada año durante la celebración de la Epifanía.
La Cabalgata de Alcoy
Es la cabalgata más antigua de España. Se celebró, por primera vez, hace 135 años y desde el siglo XIX se han ido añadiendo actividades y eventos que se inician días antes de la Cabalgata. El domingo, o festivo, anterior al cinco de enero el desfile de “les pastoretes” llega hasta la Plaza del Ayuntamiento. Carros, grupos de danzas y niños vestidos de pastores recorren la Calle de Sant Nicolau hasta acercarse al establo, ubicado en la plaza de España, donde el niño Jesús recibe sus primeros regalos.
Uno de los balcones de la Plaza de España luce un gran telegrama anunciando la inminente llegada de los ilustres visitantes a la ciudad. Y durante la tarde del día cuatro de enero se proclama la llegada del Embajador Real a través de un pregón. Hombres y mujeres vestidos con trajes tradicionales ascienden a la Font Redona para recibir al enviado que confirma la llegada de sus majestades con la lectura de un bando. En ese momento se inicia la fiesta, las danzas típicas y un desfile en el que el Embajador y sus burritas recolectan, en sus peculiares alforjas, las cartas de los niños.
Los Tres Reyes Magos están acampados en el Preventorio de Alcoy. Situado en plena montaña, en la entrada del Parque Natural de Sierra de Mariola, existe un majestuoso edificio protegido por pinos, chopos y plataneros. El lugar ideal para descansar antes de la gran Cabalgata y en el que los pajes leen las peticiones de los más pequeños y preparan los paquetes. Durante la mañana del cinco de enero el campamento recibe las visitas de los niños. Por la tarde, Melchor, Gaspar, Baltasar y su numeroso séquito de más de tres mil personas, hacen su aparición en la Gran Cabalgata recorriendo las calles del casco antiguo de Alcoy.
El hechizo continúa con la música, el alumbrado navideño y la incesante actividad de los miembros de la Cabalgata. Los pajes adquieren tanto protagonismo como los tres ilustres personajes principales. Els Negres, los pajes, utilizan largas escaleras rojas para subir a los balcones y entregar regalos a los niños que viven en los primeros pisos. Las sonrisas emocionadas se multiplican.
Los más pequeños no tardarán en correr a casa para limpiar bien sus zapatos y esperar, nerviosos e impacientes, la mágica visita nocturna de los Reyes Magos. Esta fiesta “infantil” de la Epifanía cruzó el Océano y se instaló en Hispanoamérica con cabalgatas y Roscón de Reyes. Allí, los niños también limpian sus zapatos esperando ser merecedores de regalos.
En México, los más pequeños colocan junto a sus zapatos un poco de paja, para dar de comer a los animales de los “Santos Reyes”. La tarde anterior, las familias se reúnen para tomar “la rosca de reyes” con chocolate caliente y saber a quién le toca la figurita del Niños Jesús, escondida en el dulce. El agraciado está obligado a celebrar una fiesta el dos de febrero, día de la Candelaria.
La fiesta de los Tres Reyes Santos es muy especial en México. En Tizimín, Yucatán, se encuentra el segundo santuario más importante del mundo dedicado a la Epifanía, el primero está en la localidad alemana de Colonia. La iglesia principal de Tizimín protege las imágenes talladas en madera de cedro de Melchor, Gaspar y Baltasar. Tres hermosas figuras decoradas con colores y hoja de oro. Un tesoro datado en el siglo XVI y venerado por locales, visitantes y turistas.
En Lima, Perú
Francisco Pizarro bautizó a la capital peruana con el nombre de Ciudad de los Reyes, por la cercanía de la festividad. Ahora, cada seis de enero, los Tres Reyes Magos cabalgan escoltados por una gran comitiva policial, montada a caballo, por el centro de Lima. “La Bajada de los Reyes” concentra a miles de niños y mayores en la histórica Plaza de Armas. El sitio fundacional de la ciudad recibe a sus majestades en el Palacio de la Municipalidad o en la Catedral, donde les espera el nacimiento con el niño Jesús.
El hermoso templo, de estilo renacentista, conserva los restos del propio Pizarro, localizados en la cripta de forma casual. Las dos torres neoclásicas del santuario vigilan la llegada de los ilustres personajes, mientras la plaza se llena de algarabía infantil y música.
Uruguay también sigue la tradición española. Los niños escriben su carta a los Reyes Magos antes del seis de enero. Y, desde el cinco de enero hasta la madrugada del día siguiente, Montevideo celebra una feria tradicional al aire libre, la “vía blanca”, la última oportunidad para conseguir regalos. Numerosos puestos ofrecen todo tipo de juguetes, pero también artículos para jóvenes y adultos o artesanía. Todo lo necesario para que los Reyes Magos mantengan la buena costumbre de regalar. Durante la noche mágica, niños y mayores colocan sus zapatos en fila, cerca del árbol de Navidad. La mañana del seis de enero despierta con la ilusión de no ver los zapatos sino los regalos que los ocultan.
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