Ser futbolista en Rosario es como ser torero en Sevilla. La manera más gozosa de erigirse en un héroe local. Y Messi es ya un dios laico, elevado a sumo sacerdote tras conducir a la albiceleste a su tercera Copa del Mundo en Qatar. No sólo por el cariño de un pueblo que por fin lo venera a la altura del Diego. También porque, en las postrimerías de su carrera, saldada su cuenta con la Argentina, al diez le espera un retiro dorado.
Es el resultado de una gestión financiera acorde a los futbolistas modernos. Personajes con el salario de poblaciones enteras, pero con biografías más aburridas, más grises, más profesionales, que sus antecesores. Moteadas por famosillos olvidables de webcam y experiencias suntuosas y efímeras. Funcionarios del balón con vidas ordenadas. La infancia de Messi y la pasión porteña por el fútbol, sin embargo, aliñan una biografía forjada en la superación y el talento. En el Messi de Guillem Balagué, sus interesantes memorias futbolísticas, se narran todos los detalles. Una antítesis al Yo soy el Diego de la gente de Maradona.
Porque Messi no es sólo el futbolista mejor pagado del mundo, también el deportista. El hombre de los siete balones de oro, según la revista Forbes, se ha endosado en 2022 unos 130 millones de dólares. Alrededor de 40 más que el boxeador Canelo Álvarez o el tenista Roger Federer. Aproximadamente 35 millones más que Neymar y 15 más que Cristiano Ronaldo. Más que Giannis Antetokounmpo (80,9), Kevin Durant (92,1), Stephen Curry (92,8) y Lebron James (116). Las estrellas de la NBA que copan un top ten que completa el jugador de fútbol americano Tom Brady (83,9).
[Messi culmina su consagración como gran leyenda del fútbol al ganar el Mundial de Qatar]
¿Sus negocios más allá de la cancha? Una cadena de hoteles de lujo, un vasto imperio inmobiliario, el reciente desembarco en Silicon Valley de la mano de un cerebrito armenio, una marca de ropa diseñada por la hermana de Tommy Hilfiger, contratos publicitarios multimillonarios con toda suerte de empresas mutinacionales o hasta su propia línea de vino. Todo suma, todo agranda los más de 1.150 millones de dólares ingresados a lo largo de su carrera, según los cálculos de la citada revista norteamericana.
Rascacielos y mansiones
Si la visión gótica de las catedrales se fundamentaba en alcanzar la altura suficiente como para rozar a Dios, el astro argentino compró uno de los más altos rascacielos argentinos para predominar en su Rosario natal. La Torre Aquilina, un edificio de 127 metros y cuarenta plantas con vistas al río Paraná, a menos de un kilómetro del Monumento a la Bandera. Construido entre el 2005 y 2009, fue durante algún tiempo el edificio argentino más alto más allá de Buenos Aires.
Se trata, quizás, de la joya de la corona del extenso imperio inmobiliario que posee la leyenda del Fútbol Club Barcelona. Un emporio constituido por mansiones, pisos, hoteles y construcciones emblemáticas a ambos lados del charco. Desde el edificio Rostower en Barcelona al complejo residencial Azahares del Paraná, una urbanización para la clase alta rosarina valorada en casi 30 millones de euros.
Pero no sólo en España y Argentina, el astro argentino también tiene seis propiedades en Italia. Destaca entre ellas una impresionante mansión junto al río Ceresio, en el paraíso natural de Como Lombardía, una residencia fantástica si hubiera fichado por alguno de los clubes milaneses. Una vivienda a la altura de la residencia que habitó entre 2009 y 2021, cuando cambió Barcelona por París, y que sigue manteniendo. Una casa en la urbanización Bellamar de Castelldefels que compró por 4 millones de euros y que remodeló por otros 6.
Aunque es La Fortaleza lo más parecido al valor sentimental que un torero guarda hacia su finca. Una mansión a las afueras de Rosario que el delantero compró por 3 millones y medio de euros. Casi con la leyenda de un Manderley local, afirma la prensa argentina que, más allá de todo tipo de dependencias imaginables, cuenta con entre 20 y 25 habitaciones.
¿Y en Miami? Por supuesto. Messi tiene un apartamento de lujo en la Porsche Tower la capital de la Florida y otro en Sunny Isles, al norte de Miami Beach. ¿Y en Ibiza? ¿Alquila pisito en agosto? No, se compró una casa de 11 millones de euros el año pasado.
MiM Hotels, desde 2017
Messi se asoció en 2017 con el Majestic Hotel Group para fundar su propia cadena hotelera. MiM Hotels (Majestic & Messi) representa la más importante línea de negocio del astro argentino, que el próximo febrero cortará la cinta de su sexto hotel, el MiM Andorra, cuyo restaurante estará bajo la batuta del reputado cocinero Nandu Jubany.
Una afición, la hotelería, que comparte con estrellas de Hollywood como Robert de Niro o Francis Ford Coppola; pero también con deportistas como Rafa Nadal o Cristiano Ronaldo. El MiM Sitges, en la costa catalana, fue el primero: un hotel boutique de cuatro estrellas con spa a 50 metros de la playa. Tiene 77 habitaciones y suites y se alza sobre un edificio ecosostenible. Por ello fue el primer hotel en recibir la certificación LEED Platinum que concede el US Green Building Council.
Tan sólo un año después, el argentino abrió el segundo en Ibiza: el MiM Ibiza - Es Vivé. Cerrado temporalmente, se espera su reapertura para el próximo 3 de abril. Tiene 53 habitaciones, un coqueto bar nocturno y terraza panorámica con DJ. Al igual que el MiM Mallorca, también inaugurado en 2018, es exclusivo para adultos.
[El otro duelo entre Messi y Mbappé: así son sus lujosos y polémicos jets privados]
MiM Baqueira, ubicado en el Valle de Arán, fue el cuarto. Enclavado en plenos Pirineos, está orientado para el turismo de invierno y enfocado a la temporada de esquí, situado a los pies de las pistas del Baqueira Beret. Tiene 140 habitaciones y cuatro estrellas. ¿El quinto? El MiM Sotogrande, también con enfoque deportivo: en el corazón del puerto deportivo de la localidad gaditana, el campo de golf de Valderrama queda a tiro de piedra.
El socio armenio en Silicon Valley
Hace menos de tres meses que Messi desembarcó en Silicon Valley. La zona sur de la Bahía de San Francisco donde se cocina la vanguardia tecnológica mundial. Lo hizo a través de un fondo de inversiones para negocios tecnológicos llamado Play Time SportsTech HoldCo LLC. ¿El objetivo principal? Fomentar startups que introduzcan avances tecnológicos en el mundo del fútbol y los medios de comunicación.
Razmig Hovaghimian, un empresario americano de origen armenio, es su cicerone en California. "Desde que conocí a Leo y a la familia Messi en 2017, estaba claro que su visión de futuro es atrevida", celebró el acuerdo de colaboración el empresario, co-fundador de Matchday.com, un simulador futbolístico donde el fondo ha realizado la primera inversión.
Hovaghimian, licenciado en Económicas por la Universidad de Berkeley y con un MBA en Standford, socio de Graph Ventures y co-fundador de Rakuten, patrocinador del Barcelona; tiene el perfil del brillante estudiante americano metido en la vanguardia empresarial. La silueta del Mark Zuckerberg de La red social.
"Quieren seguir teniendo un impacto duradero dentro y fuera de los campos", estimó sobre los Messi. Se trata, además, de un loco de los deportes con el que Messi guarda una buena amistad desde hace cinco años. Michael Márquez, socio fundador del banco de inversión Code Avisors, también participa en Play Time como asesor especial.
The Messi Store y los zapatos de Antonella
No podía faltar en todo este entramado la marca de ropa: The Messi Store, nacida en septiembre de 2019 bajo la dirección creativa de Ginny Hilfiger y que cuenta con María Sol Messi, hermana del jugador del PSG, como brand manager. Dirigida principalmente para el público masculino, también cuenta con una femenina y otra para niños. ¿Su principal reclamo? Los trazos de Messi estampados sobre la tela. ¿El precio de las camisetas, sudaderas y chaquetas? Entre los 60 y 200 euros.
"Nuestro objetivo es mantenernos fieles a Leo. Superar los límites de lo que significa ser un icono y atleta de fútbol de fama mundial que inspira, dentro y fuera del campo, con un sentido de la moda genial y clásico", dijo en la presentación Ginny Hilfiger, hermana del mítico Tommy, sobre la misión de la empresa.
Aunque The Messi Store no significa la primera incursión del matrimonio Messi en la industria textil: la primera fue una zapatería de lujo fallida. La que montaron al alimón Antonella Roccuzzo, mujer de Leo, y Sofía Balbi, esposa de Luis Suárez, delantero uruguayo con el que compartió vestuario en Barcelona. Los zapatos argentinos de Sarkany no cuajaron entre la burguesía catalana. La tienda abrió sus puertas en 2017 en plena Diagonal pero tardó apenas dos años en echar la persiana.
Las caras aficiones del argentino
Messi podría lanzarle su qué mirás, bobo a cualquiera que se quede pasmado en un semáforo con su Ferrari 335 S Spyder Scaglietti. Un clásico de 1957 que compró en 2016 por 32 millones de euros en una subasta, elevado su precio por haber competido en carreras emblemáticas como las 24 horas de Le Mans o la Mille Miglia. Completa la anécdota que Cristiano Ronaldo también pujara por el coche.
Es la guinda de un parque automovilístico donde también constan un Audi R8 Spyder, un Porsche Panamera, un Ferrari F430 Spider, un Lexus LX 570, un Maserati GranTurismo MC Stradale, dos Range Rover, un Audi Q7 o un Cadillac Escalade, entre otros. También tiene Messi un lujoso jet privado, valorado en más de 15 millones de euros, con el que regatea las nubes.