El método de Alberto, el mejor profesor de España de FP que "da clase en la calle" y visita la cárcel
Desde el curso pasado, Alberto Castellano imparte clase a los alumnos de los ciclos superiores de Promoción de Igualdad de Género y de Integración Social del IES Virgen de la Esperanza de La Línea, en Cádiz.
16 noviembre, 2022 02:37Nació en Cuenca, pero su vocación y pasión por la enseñanza le hizo abandonar su ciudad natal y mudarse a Andalucía tras la obtención de una plaza como docente en Huelva. Allí permaneció durante un curso completo y después se trasladó a Cádiz, donde lleva impartiendo clases cinco años. Primero lo hizo en Algeciras y, ahora, desde el pasado curso, en La Línea de la Concepción, concretamente en el IES Virgen de la Esperanza, donde compagina su labor como profesor con su cargo como miembro de una de las Jefaturas de Estudios adjunta al centro.
Tal y como cuenta a EL ESPAÑOL, siempre tuvo clara su pasión por la docencia. “Soy educador social, pero me apasiona el mundo de la enseñanza. De hecho, desde pequeño yo ya jugaba a ser maestro”, confiesa. Sin embargo, lo que el pequeño Alberto no se imaginaría nunca es que algún día se convertiría en el 'Mejor Docente de FP' de España. Con sorpresa y mucha emoción recibía este martes la noticia a primera hora de la mañana, justo después de que la plataforma educativa Educa diera a conocer los nombres de los docentes ganadores de la sexta edición de los Premios Educa Abanca.
Alberto forma parte de los docentes de la especialidad de Intervención Sociocomunitaria, concretamente del cuerpo de Secundaria, aunque da clase en FP. En el IES Virgen de la Esperanza imparte clases del Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género y del de Integración Social. Para él, el premio se debe a una “suma de todo”, aunque es consciente de todas las labores que realizó con sus alumnos durante el pasado curso a través de su metodología de trabajo. Una metodología que asegura se basa en trasladar el aula a la calle y hacer partícipe a la sociedad de las experiencias y vivencias de sus alumnos en el centro. “Yo he dado clases en la calle porque me parece importante romper con la monotonía. Parece que esto es una torre de marfil, y no. La gente tiene que ver lo que hacemos en las aulas”, confiesa.
Por ello, fueron muchas – y muy variadas – las actividades que realizó con sus alumnos durante el curso 2021-2022. Tal y como afirma, la tarea que él enviaba no se basaba en el método tradicional de mandar un escrito al profesor y que este lo corrigiera, sino que se enfocaba en la realización de intervenciones y acciones con personas externas al centro. “Intentamos transferir a la sociedad lo que la sociedad nos da. Al fin y al cabo, la enseñanza es gratuita y es importante que, ya que tenemos un compromiso con la sociedad que asume estos gastos, transfiramos lo que nosotros aprendemos”, explica.
Además de dar clases en la calle, los alumnos de Alberto realizaron diversos talleres. Eso sí, muy diferentes e innovadores respecto a cómo suelen ser tradicionalmente. Uno de ellos, de los más destacados, tuvo lugar durante dos meses en el Centro Penitenciario Botafuegos de Algeciras. Pero esa no fue la única actividad que llamó la atención de sus alumnos. También convocaron un Congreso con diferentes entidades sociales y mujeres del Campo de Gibraltar y representaron una obra de teatro muy peculiar. “Mujeres octogenarias viajaron desde Tarragona hasta La Línea, estuvieron unos días con los alumnos y representaron una obra de teatro donde se veían los modelos de la educación tradicional y la moderna. Además, hicieron un círculo donde los niños y los mayores pusieron en común sus sentimientos. Fue un diálogo muy bonito”.
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Toda una sorpresa
Su forma — no muy habitual — de impartir clase ha llevado a Alberto a hacerse con el galardón. Sin embargo, todo ello es fruto del deseo de sus alumnos de convertirle en el mejor. “Lo bonito y emocionante es que no te puede nominar nadie que no sea el propio alumnado. Ellos lo hicieron sin decirme nada, yo no tenía ni idea. Se fueron, acabó el curso, algunos de ellos era su último curso, y a mi no me dijeron nada”, cuenta.
Fue un día en pleno mes de julio cuando Alberto recibió un correo de la organización anunciándole que había sido nominado para los premios. A pesar de querer compartir la emoción con su entorno, no pudo hacerlo hasta que no se hizo pública la noticia a finales de mes. “Ese día pregunté a los alumnos y ya me lo confirmaron. Fue una sorpresa. Mi primer verdadero premio fue ese, el reconocimiento de mi alumnado”, cuenta.
Tal y como asegura, el proceso hasta convertirse en el ‘Mejor Docente de FP’ de España ha sido largo. “Cuando se acepta la nominación, existe un comité de baremación de unos méritos que se tienen que aportar y que puntúan y que, casi todos ellos, menos la publicación de libros si se tiene, son del curso anterior. Entonces yo ahí aporté todo lo que tenía. Me apasiona este mundo y hago todo lo que puedo y más. Tenía mucho que aportar y ahí veía que tenía posibilidades, aunque había otros compañeros que podrían tener más experiencia que yo”, explica.
Para él, el premio es todo un reconocimiento a la Educación en general y a la figura de los maestros y de los docentes. “Este premio lleva mi nombre y apellidos, no sé si por casualidad o causalidad, pero mis compañeros que entran a las aulas y superan los hándicaps y hacen de la Educación un compromiso también se lo merecen”.
En el aula, le gusta utilizar la pedagogía de la ternura. De hecho, confiesa que cada tarde cuando entra en clase les dice a sus alumnos lo mucho que les quiere. “Yo transmito esos valores y sentimientos al alumnado. Para mí, los protagonistas son ellos. No tendría sentido que yo vaya al aula y no estén los alumnos, en cambio si yo falto un día no pasa nada, viene otro compañero y me sustituye. Les hago sentir que son los verdaderos protagonistas de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se empoderan, aprenden y hay una horizontalidad en la que yo les oriento y les guío para que a ellos y ellas les motive y les apetezca”.
— ¿Y qué problemas considera que tiene hoy en día la Educación?
— Yo creo que la Educación tendría que estar blindada a través de un Pacto de Estado. Que no solamente los políticos tengan acceso a legislar, sino que la comunidad educativa representada en los estamentos esté ahí, porque son los conocedores del día a día, de los obstáculos y las dificultades. Hay que apostar más por la Educación Pública de calidad y dotarla de los recursos necesarios. Las aulas están saturadas, son muchos niños y niñas en las aulas y es imposible educar con calidad. Creo que la Educación, como dijo Nelson Mandela, es el arma más poderosa que puede cambiar el mundo. Nos los tenemos que creer y yo abogo a aquellas personas que forman las administraciones públicas y la política que cuiden y mimen el mejor recurso de la Educación. La sociedad es lo que la educación trabaje con ellos y con ellas.
Un reconocimiento a la educación pública y de calidad, fundamentada en impartir valores sociales y en la igualdad.
— Emiliano García-Page (@garciapage) November 15, 2022
Muy orgullosos de Alberto Castellano (#Cuenca), nombrado Mejor Docente de #FP de España en los Premios Educa Abanca. pic.twitter.com/z7hwedA3Ne
Sobre el abandono escolar en edades tempranas, tiene clara su visión. Aunque asegura ser consciente de que hay que contextualizar por qué ocurre, cree que debe haber un replanteamiento de por qué falla el sistema. “Igual se le sigue dando demasiada importancia a asignaturas que son instrumentales. Yo no digo que no las haya, pero a veces cosas tan bonitas como educar en valores o actividades artísticas no se les da tanta importancia y son las que hoy en día motivan a seguir en los centros educativos”.
Del mismo modo, se muestra muy crítico con el cambio constante de normativa y con la politización que se hace de la Educación. “Ahora mismo estamos en un proceso implantando una nueva normativa y los contenidos y los libros cambian. Ahora en dos días entra otro gobierno y solo por contradecir al anterior vuelve a cambiar todo”, añade.
— ¿Y entonces cuál es la solución?
— Ojo, yo no hago una política partidista, pero sí que digo en voz alta que los políticos, independientemente de su ideología, respeten la Educación. Y que con la Educación no se debe hacer política partidista, sino que se debe hacer un Pacto de Estado para que no se pueda marear. La Educación tiene que ser de todos y todas y sobre todo, que se respete.
En cuanto a la importancia de la FP y el aumento de su valor en los últimos años, Alberto asegura que desde la legislación se debería hacer una apuesta mayor por el fomento de dichos estudios. “En países como Alemania o Finlandia, la FP lidera y es puntera. Nosotros estamos empezando a repuntar, pero Europa nos está diciendo que apostemos por ella y creo que es importante. Se necesitan personas que estén formadas en especialidades formativas para insertarse al mercado laboral. La Universidad está muy bien, pero igual ya está saturada y hay demasiada gente con titulaciones universitarias. La Formación Profesional es una vía de escape que debe de estar al auge”.
Para concluir, repite de nuevo que desconoce si el premio se debe a una cuestión de causalidad o de casualidad, pero quiere recalcar algo y es que se lo dedica a todos sus compañeros que trabajan cada día en las aulas. Una forma de reconocimiento de la dignificación de la profesión que, tal y como señala, le genera más responsabilidad para seguir trabajando. “Esto es una inyección de adrenalina motivadora para hacerlo mejor”, sentencia.