Carlos Moreno lo ha vuelto a hacer. Si el pasado mes de junio saltó a la palestra por vender 10.000 sandías a un euro –justo en el momento en que los precios de esa fruta estival estaban por las nubes–, ahora vuelve a ser noticia por ofrecer el menú del día más barato de España. El hostelero ya vendía por 7 euros en El Bocata el más barato de la Comunidad de Madrid. Ahora ha dado una vuelta de tuerca al negocio y, retorciendo las cifras en esta época de crisis, ha empezado a comerciar un nuevo menú del día por 3,50 euros. Tras 10 días desde que empezó su aventura, él y su bar ya han vendido 2.500 menús.
Estos son menos completos que los de 7 euros, pero por 3,50 euros no se puede pedir mucho más. El nuevo menú del día consta de tres primeros y tres segundos a elegir. Además, está incluida una botella de agua de 50 centilitros, dos piezas de fruta como postre a escoger y un trozo de pan. Como el que impulsó en 1964 Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo en la década de los 60, con el fin de atraer turistas extranjeros en los últimos años de la dictadura de Franco. Pero no imaginaba que en 2022 –inflación mediante tras seis décadas– un hostelero podría vender un menú por poco menos de 600 pesetas.
“La verdad que ha sido impresionante. El primer día que los pusimos a la venta, el 20 de septiembre, vendimos 100 menús con la única publicidad de anunciarlo en nuestra cuenta de Facebook”, se sincera orgulloso a EL ESPAÑOL Carlos Moreno (Fuenlabrada, 1964). Este hostelero, que lleva poco menos de una década en el sector, ha recibido a este medio en su bar, situado en el número 16 de la avenida Cerro del Rubal (Parla, Madrid), y ha desvelado a este diario los secretos de su ambicioso proyecto.
–¿Cómo consigue vender sus menús del día a un precio tan bajo?
–El secreto reside en comprar grandes cantidades a los precios más competitivos y sin intermediarios. Por ejemplo, esta mañana he comprado tomates a un euro el kilo, cuando el precio de mercado estaba en 1,80 euros. Para ello, nos estamos juntando muchas personas de bares, restaurantes y tiendas que están con dificultades. Y lo que hacemos es comprar los productos a quienes los producen. Por ejemplo, un agricultor cordobés que conocemos vende todos sus kilos de naranjas. Pues se los compramos todos directamente a él, al precio que ponga, y él gana y nosotros ganamos porque no hay intermediarios. Luego repartimos esos kilos entre las personas de este proyecto. Ya tenemos un grupo de WhatsApp y cuando seamos 50 o 60 iremos a por más. Todos ganamos. Esperamos que el proyecto termine de arrancar en 2023.
Pidiendo el menú
Es la 1 de la tarde y de momento no hay hambre. Lo que sí hay es una larga cola desde la entrada del restaurante El Bocata hasta una máquina en la que se realiza el pedido. Como si se tratara la máquina de un McDonald's. Todo en pantalla. Todo automatizado. La explicación que tiene es que el menú del día de 3,50 euros sólo se puede comprar de 11 a 1 de la tarde y tiene que ser para llevar. Los clientes de Carlos ya lo saben.
“De momento, lo hacemos así para que no se nos junte con el menú del día que ofrecemos en el restaurante a la hora de comer”, aclara Carlos Moreno. “Pero aspiramos a seguir creciendo y que también lo podamos servir en el comedor. Ahora mismo somos ocho personas en El Bocata, pero me gustaría, en unos meses, poder llegar a las 12. Cuando eso ocurra y nos habituemos a la gran demanda de menús del día, haremos cambios”, añade el hostelero.
Y es que cuenta que desde que inició a vender el menú del día a 3,50 –sólo servido de martes a viernes– el frenesí ha sido brutal y no esperaban “una respuesta en la demanda tan grande”. Este redactor, como un cliente más, pide su menú a continuación. De primero, hay judías estofadas, acelgas con jamón y pasta carbonara. De segundo, filete, pollo al ajillo y bacalao. De postre, o un pequeño melón –muy decente para una persona– o un mango. El agua, de la buena, la mineral natural de Aquarel. Y un trozo de pan, para no desvirtuar el menú del día de toda la vida.
Aunque quería comer la pasta carbonara, este redactor se tuvo que conformar con las acelgas con jamón para el primero. Era el último pedido y ya estaba agotada la carbonara. No pasa nada. De segundo, un pollo al ajillo. Le proporcionan el ticket y a esperar que le llamen, pues aquí es todo de autoservicio. Nada de camareros. “Es otra forma de ahorrar en gastos para poder ofrecer a los clientes unos buenos precios. Ves. A la gente no le importa levantarse a por un poco de aceite o vinagre”, comenta Carlos mientras observa a un comensal acudir a por el aceite para aderezar su comida.
[Probamos el menú del día de Carlos, el más barato de Madrid: ofrece 48 platos y cuesta 7 euros]
Cinco minutos después, la comida está lista. Se sirve en un envase de plástico con tres compartimentos. En el mediano yacen las acelgas con jamón y, en el grande, el pollo al ajillo con patatas fritas. Era el momento de probarlo. Había transcurrido un tiempo y el hambre empezaba a apretar. ¡A comer!
Lo probamos…
Comenzamos, evidentemente, por el primero. La ración de acelgas con jamón está bien para una persona y un aspecto positivo es que no han escatimado con el jamón, el ingrediente más caro del plato. Por el contrario, el sabor a ajo es algo predominante y el plato no contiene mucha patata. Una de cal y una arena. El pollo al ajillo, no obstante, estaba bastante mejor aunque tenía una pega: las patatas congeladas, pero es algo que valoramos como normal, dado que el menú, recordemos, sólo vale 3,50 euros. Por algún lado hay que recortar.
Pero, ¿cómo es posible que un menú del día de 3,50 euros genere algún beneficio? La clave está, según defiende un cartel de El Bocata, en que los platos, si se ahorra, pueden ser baratos. El cartel asegura que elaborar el primer plato cuesta 40 céntimos –siempre con pasta o cuchara–; hacer el segundo, 70 céntimos –siempre con carne o pescado–; la pieza de fruta vale 17 céntimos; la botella de agua, 9 céntimos, el trozo de pan, 8 céntimos; el envase, 30 céntimos y la bolsa, 4 céntimos.
El total: 1,78 euros de gasto. El beneficio: lo que queda hasta 3,50 euros, 1,72 euros. Casi la mitad. “Aunque eso oscila cada día en función de lo que vendamos. El pescado es un poco más caro que el pollo, por ejemplo. Por ello, hay días con mayor margen de beneficio y días con menor margen”, concluye Carlos Moreno.
Ahora, el hostelero Carlos Moreno, dueño de El Bocata, reconoce a este medio que pese al éxito, quiere alcanzar nuevas metas. “Por ello, estoy hablando con gente para que puedan reconvertir sus bares y restaurantes con nuestro modelo de negocio. Ayudar a que los hosteleros que estén con dificultades, puedan relanzar sus negocios. De ahí que estemos hablando mucha gente por WhatsApp para comprar a lo grande, para que nazcan muchos bares y tiendas bajo nuestro paraguas. Por ejemplo, la semana que viene –por ésta– abrirá El Bocata en San Fernando de Henares (Madrid)”, sentencia el hostelero.