La Policía Nacional ha detenido este jueves a la dueña del bar La Oficina 28, que ardió la madrugada del pasado martes en el distrito madrileño de Carabanchel. Una joven de 23 años perdió la vida como consecuencia de la explosión que, a todas luces, ayudó a provocar.
Como resultado de la investigación, los agentes han corroborado la hipótesis de que la dueña del establecimiento pidió colaboración a la fallecida para provocar un incendio en el mismo, con el objeto de cobrar una indemnización por parte de la compañía aseguradora, según informan fuentes policiales de la Jefatura Superior de Madrid a EL ESPAÑOL.
Estos hechos desencadenaron el fallecimiento de la joven, Daniela, cuyo velatorio se celebrará esta tarde en Madrid. Asimismo, resultó herido de gravedad un varón que supuestamente también participó en el siniestro. El joven de 19 años, conocido como Tito, permanece ingresado bajo custodia policial en el hospital de Getafe.
Por todo ello, la Policía Nacional detuvo a Laura O., la dueña del bar en la tarde de este pasado jueves como presunta autora de un delito de homicidio y contra la seguridad colectiva.
"Dijo que lo iba a quemar"
De esta manera se va corroborando la teoría de Héctor, el hermano mayor de la fallecida, que aseguró el miércoles a EL ESPAÑOL lo que los agentes ahora barajan como la teoría más probable. “Le dieron dinero a los tres chavales, entre ellos mi hermana, para que le prendieran fuego al local y así poder cobrar el seguro. ¿Qué pasó? Que no saben manejar combustible y no saben lo peligroso que puede llegar a ser. La peor parte se la llevó Daniela”, declaró Héctor a este periódico, antes de que su hermana muriera a causa de sus quemaduras.
“La dueña iba a cerrar [el bar]. Estaba programado para cerrar ahora en octubre. ¡Incluso nos habían pedido trabajo a nosotros! Somos hosteleros y vamos a abrir ahora un nuevo local. Mi madre les decía que aguantasen. Y ella llegó a decir que estaba apunto de quemarlo para cobrar el seguro”.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de diferentes testimonios, la dueña del negocio responde al nombre de Laura O. Contactada por este periódico el pasado miércoles, la mujer no quiso dar declaraciones. No ha dado señales de vida desde el suceso, ni se la ha visto por el barrio. Asimismo, una amiga cercana que frecuentaba el local, también declinó hablar.
El negocio era conocido en el barrio por su alto nivel de conflictividad. En torno a ese bar se movían drogas y personas conflictivas, según los vecinos consultados. El local cambió de manos hace cerca de nueve meses. La noche del lunes, la de la explosión, el local estaba cerrado.
En torno a la una de la mañana se desencadenó la explosión que hirió mortalmente a Daniela y Tito. Él huyó del lugar de los hechos y fue hallado con graves quemaduras en su domicilio dos horas después. “Me duele mucho que estuviese ahí metida, que se haya relacionado con esta gente y que por una pequeña cantidad de dinero se haya jodido la vida para siempre. Si se recupera va a pasar una temporadita mala”. Finalmente, Daniela no vive para contarlo.