Johannes Brahms compuso 21 Danzas Húngaras, Leonardo da Vinci pintó una Gioconda que sigue encerrando secretos cinco siglos después y Paul Schrader tardó tan solo diez días en escribir el guion de Taxi driver. Sin embargo, nada supera la creatividad de una madre embarazada. "No conoce límites", dice Idoia Macia. Quizá pueda parecer exagerado, pero es la conclusión a la que ha llegado esta mujer después de llevar más de cuatro años organizando 'baby showers' a través de la empresa Cuarenta Semanas.
Aunque se trate de un anglicismo —de esos que harían a Fernando Lázaro-Carreter envenenar sus dardos—, a muchos les sonará a chino: 'baby shower'. La única ducha que recibe el bebé, si hiciéramos caso de su traducción literal, es la de regalos. En realidad, las 'baby shower' son fiestas de bienvenida para los bebés que están a punto de venir al mundo.
Con poca tradición aún en España, la empresa zaragozana Cuarenta Semanas ha sido testigo de que las 'baby shower' han llegado para quedarse. "Cuando empezamos nos las solicitaban una o dos veces al mes; ahora es raro el día en que las mamás no nos preguntan por este servicio en las ecografías", cuenta Idoia Macia a EL ESPAÑOL.
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El boom de las 'baby shower' es una realidad. Así que, padres y madres atrapados por la tiranía de las modas, tomad nota: a los santos y cumpleaños, bautizos y comuniones, Reyes Magos y Papá Noel, ahora se suman las fiestas de nacimiento. Las hay para todos los bolsillos: desde los 20 euros a los 6.000 (o más). Eso sí, habitualmente una 'baby shower' completa es cara (su precio medio oscila los 2.500 euros). No en vano, son una de las nuevas fiestas favoritas de muchos futbolistas y demás personajes públicos.
¿En qué consisten?
"Una 'baby shower' es la primera fiesta, el primer evento que tiene el bebé. Para los padres, consiste en compartir con todo el mundo la ilusión que les hace estar embarazados, decir: 'Hola, el bebé está aquí'", explica Idoia Macia.
Su empresa, Cuarenta Semanas, está afincada en Zaragoza pero trabaja por toda España. Nacieron como un negocio que buscaba dar un servicio completo a las familias desde que se enteran de que van a tener un hijo hasta los dos años de vida del bebé.
En este sentido, uno de sus servicios más innovadores son las ecografías 5D, donde los padres pueden ver a su hijo de apenas 12 semanas como si fuese el bebé del final de 2001: Una odisea del espacio. Estas ecografías de alta calidad son las que sirven de gancho para las 'baby shower', pues esta fiesta, que casi siempre es previa al nacimiento, se suele hacer para conocer el sexo del bebé.
"Nosotros vemos en la ecografía si es niño o niña y ya es como el primer punto para hacer esa fiesta. Entonces nosotros proponemos ideas, que hay mil, y los padres deciden, pero no suelen aguantar muchas semanas sin saberlo", explica Macia.
En cuanto a su origen, las 'baby shower' nacieron en Estados Unidos. De ahí, bajaron hasta Latinoamérica. Finalmente, ahora se han instalado en Europa. "Hemos observado que el público de Latinoamérica lo tiene superinteriorizado y casi todos lo hacen, pero ahora los europeos también quieren tener esa fiesta social", observa Macia.
De acuerdo con la experiencia de esta profesional, "las familias latinoamericanas las hacen sí o sí", pero eso no significa que sean ellas sus clientes mayoritarios: "Si una de cada diez mamás que vienen a nuestro centro es latinoamericana, ella siempre solicita la fiesta o nos comunica que va a hacerla por su cuenta. Las otras nueve mamás europeas no lo demandan tanto, pero cada vez se está dando más".
En Cuarenta Semanas han pasado de hacer un par al mes a recibir solicitudes de información sobre las 'baby shower' a diario y organizar entre cinco y diez al mes. "Todas las semanas tenemos algo para alguien, todos los días alguna mamá nos pregunta o nos pide que le apuntemos en un sobre el sexo del bebé", revela Macia.
Fiesta de 6.000€
Para las 'baby shower' que se centran en desvelar el sexo del bebé (que son el 90% de las que se hacen), la mecánica es sencilla: las parejas van al centro, les hacen la ecografía 5D, y les dejan anotado el sexo del bebé en la ficha de cliente. Luego hay dos opciones: o las organizan las amigas, o bien es la propia pareja la que la encarga.
"Lo primero que les preguntamos es qué tipo de fiesta se imaginan: si en el salón de casa o en un local alquilado, si hay catering o llevan ellos la comida, si quieren decoración especial o solo unos globos, si les apetece fotomatón, fotógrafo, vídeo...", explica Macia. La suma de estos elementos es la que decide el precio final.
"Hay familias que deciden gastarse 300 euros y otras 6.000", dice Macia. Al final, uno se pone a echar cuentas y la cuenta sube como un termómetro sevillano en agosto: "Un local va a costar 200 euros; el catering depende del número de personas, pero a nada que te gastes 10 euros por cabeza... tenemos proveedores accesibles a cualquier bolsillo, pero, si quieres algo de decoración específica, a nada va a costar 2.000 euros".
Idoia Macia describe la 'baby shower' de los 6.000 euros como una gran fiesta social, realizada en una casa familiar y con muchos elementos de decoración encargados a un especialista y que luego se quedó la familia, con bastantes invitados y con catering.
Por otro lado, también ha habido quien simplemente ha querido un globo que tiene confeti rosa o azul según sea niña o niño: eso tiene un precio de 20 euros. Sin embargo, una 'baby shower' es mucho más que eso, algo cercano al evento social que supone un bautizo. De hecho, para algunas familias no católicas la 'baby shower' ha sustituido a aquel.
Lídia y Bernat
La 'baby shower' en honor a Sofía, hija de los catalanes Bernat y Lídia, tuvo lugar gracias a su amiga Gemma, que se la organizó por sorpresa. "Yo tengo dos hijos, pero nunca había ido a ninguna. Me surgió la idea a raíz de verlo en redes sociales y pensé que sería una cosa chula que a mi amiga le gustaría", recuerda Gemma.
Decidida, contactó con Sara, de Emperador Party. Sara es decoradora especializada en fiestas infantiles. Además de colaborar con Cuarenta Semanas, también recibe encargos independientes a su propia empresa. Fue el caso de Gemma. "Lo organizamos muy rápido, en 15 días. La idea era hacer una fiesta de bienvenida del bebé, porque ya sabíamos que iba a ser niña y se llamaría Sofía", explica.
Acababan de pasar las Navidades y Lídia estaba ya de 35 semanas, pero se lo pasaron en grande. "La mami no sabía nada, fue sorpresa. Se trata de una fiesta con juegos y pruebas. El sitio era poco luminoso pero muy bonito —cuenta Sara, diseñadora de la 'baby shower'—. También fue un fotógrafo que hizo un video superchulo".
Una de las preocupaciones de Gemma era que, "si era un estilo muy femenino, resultase un rollo para los hombres", pero nada más lejos de la realidad. La 'baby shower' mixta acaba convirtiéndose en "una guerra de sexos, con equipos de mujeres contra hombres".
Una de las pruebas consistía en adivinar quién es el famoso que se esconde tras la fotografía de un bebé: "Busco fotos de famosos cuando eran bebés, las imprimo, las enseño y ellos tienen que adivinar", explica Sara. "Otra era con chupetes encima de la mesa, y con un palo de madera en la boca ir cazándolos", dice Gemma.
Pero, sin duda, el juego estrella es el de los pañales: "Se lo hago mucho a los futbolistas. Cojo una papelera y un pañal mojado para que pese más, como si el bebé se hubiera hecho pipí. Ellos tienen que chutar y encestarlo en la papelera, y las mamás tirar con la mano", relata Sara.
El equipo de los chicos fue el ganador de la 'baby shower', según confiesa Gemma. Por poco, eso sí. Eran unas 35 personas de entre 30 y 37 años, muchos de los cuales no tenían hijos. En su caso, no llegó a los 2.500 euros (sin contar el restaurante, que va aparte), pero Gemma explica que "si contratas a una organizadora de eventos como Sara, que tiene un gusto exquisito y es muy detallista, con tarta, exposición, luces de neón, juegos... empieza a contar a partir de 1.000 euros".
"Si veis las fotos comprobaréis que son fiestas de 2.500 euros para arriba, por lo que no es difícil de entender que muchas solo pueden organizarlas personajes públicos, no puede hacerlas cualquiera", dice Sara.
En las imágenes de la 'baby shower' con las palabras 'Girl' y 'Boy' hasta se hicieron apuestas sobre si iba a ser niño o niña. Cuando llegó el momento de la revelación, "lo que hicimos fue lanzar serpentinas mientras salía un humo trasero con el color". Todo un espectáculo digno de película de Disney.
Nuevos embarazos
Los tiempos han cambiado. Hace algunas décadas era impensable que se celebrasen eventos con este motivo y estas características en España. Hace tan solo unos años, lo que se hacían eran "photocalls más estáticos, típicos de Polaroid, y el 'pintabarrigas'". Ahora se llevan los "360º, que se meten las familias enteras ahí, y se busca la experiencia", dice Idoia Macia.
Antes, de hecho, la fiesta propia para los bebés era el bautizo. Macia explica que ahora está empezando a haber 'baby showers' cuando el niño ya ha nacido que sustituyen al tradicional bautizo. Antes, si uno quería que fuera sorpresa el sexo de su bebé, se esperaba a verlo salir de la barriga. Ahora, se entera entre confetis y nubes de colores.
Esther es el nombre ficticio de la familiar de un famoso futbolista, motivo por el que prefiere mantener el anonimato. A ella le organizaron una 'baby shower' sorpresa que resultó ser "una experiencia fue muy gratificante, divertida, con una mesa divina con pastel y decoración con el nombre del bebé, luego juegos para que todos participen en torno al sexo, nombre...", recuerda en conversación con este periódico.
Además, Esther "la recomienda al 100%" y cree que esta fiesta "se hará habitual, ya que invitas a todos tus seres queridos a formar parte del comienzo de una nueva vida". Muchas modas comienzan así: cuando una serie de personas famosas comparte sus costumbres con sus seguidores.
Por tanto, esta nueva fiesta nos recuerda dos cosas. Una, que nunca es mala la excusa que lleva a reunirse con los tuyos y pasar un buen rato. Otra, que la creatividad de una madre embarazada podrá ser inabarcable, pero sí que conoce un límite: el que marca el presupuesto. Y es que, en las 'baby shower' —fiesta de película donde las haya— pasa como en el cine: no cuesta lo mismo una escena con 3.000 extras que otra escena con 3 personas en una habitación.