A José Eugenio Arias-Camisón, dueño del Asador Guadalmina ubicado en el centro comercial del mismo nombre en Marbella, lo conocimos hace unos cuantos años al declararse insumiso con la Ley Antitabaco de Zapatero allá por el 2011. Por aquel entonces, el apodado como hostelero antirrojos tuvo que desembolsar 145.000 euros para abonar la multa correspondiente. Con el paso de los años, su popularidad ha ido creciendo por sus intervenciones mediáticas asegurando que no encuentra trabajadores y criticando al Gobierno.
Su local, lleno de banderas de España y con mensajes llamando a la dimisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez, es una parada buscada por los simpatizantes de la extrema derecha aunque ahora Arias-Camisón amenace con echar el cierre y mudarse a Madrid. Así lo ha dejado caer en sus últimas declaraciones, felicitando a Isabel Díaz Ayuso por "su valentía al enfrentarse a este gobierno traidor, separatista, comunista y terrorista" por la cuestión referente a las medidas de ahorro energético.
Después de estos halagos a la popular, el último protagonismo mediático del Asador de Guadalmina no ha llegado directamente de mano de su propietario sino de un cartel que se ha hecho viral en las redes sociales. Un pedazo de papel pegado con letra impresa y pegado en el cristal del negocio ―no se sabe si está ahora mismo allí o estuvo colgado en el pasado― en el que anuncian la búsqueda de camareros, ayudantes de cocina y parrilleros desde hace un año.
"Inmigrantes cobrando pensión"
"Pagamos por encima del convenio y no aparece nadie", afirman, para luego reflexionar sobre una serie de cuestiones que consideran la causa de su problema: "Tenemos a más de tres millones de parados cobrando el subsidio (10.000 en Marbella y 5.000 en Estepona, y 203.000 personas cobrando el Ingreso Mínimo Vital. Y un número indeterminado de inmigrantes ilegales cobrando una pensión y teniendo asistencia sanitaria". Concluye con un "vergüenza nacional".
Teniendo en cuenta que casi el 95% de los beneficiarios de las pensiones no contributivas en nuestro país son españoles y que menos de un 5%, unas 18.500 personas, son extranjeros de fuera de la Unión Europea según los datos del Imserso, podemos concluir que este análisis es más un comentario xenófobo y racista que un dato veraz. Pero, el tema no se ha quedado aquí y pronto los tuiteros han relacionado su oferta de empleo con una reseña del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT):
Fue ya en 2019 cuando el SAT denunció que el Asador Guadalmina había usado Facebook para decir que no podían hacer sus arroces porque no tenían trabajadores, echando una vez más la culpa a los subsidios de desempleo. Sin embargo, el sindicato relató una serie de condiciones laborales que no juegan muy a favor de que encuentre empleados con altas a la Seguridad Social solo en un 30% del tiempo, jornada laboral de 12 horas durante 6 días a la semana y un salario de 900 euros que "la mitad la paga en negro".
"Cuando un empresario engaña a la Seguridad Social y no aporta lo que debe a la misma, al fin y al cabo nos afecta a todos porque no se pueden pagar las pensiones, las bajas por maternidad, los subsidios o la sanidad, derechos todos estos conquistados por la clase obrera. Necesitamos una legislación laboral que, si existe esclavitud y fraude a la Seguridad Social, envíe al empresario a la cárcel", escribían desde el SAT. Ahora, tres años después, tampoco se han librado de críticas como estas:
Eso sí, hay que decir que Arias-Camisón si ha llegado al punto de consenso nacional de estos días:
Quizás no esté todo perdido.