Vicente Paradís tenía 57 cuando hostigó a Iván, de 17, por no acostarse con él. Lo hizo de forma insistente hasta que el menor se suicidó. Así lo ha considerado probado el jurado popular de Castellón que lo ha condenado por homicidio, con la circunstancia agravante de superioridad -porque sabía que era un menor de edad y no cesó en su implacable acoso-.
"Aquí, cuando se hace esto, es para acostarse conmigo", recriminó al joven en uno de los cientos de mensajes que le envió en apenas siete horas. Se trata de una afirmación clave, pues revela lo que desató su ira: la negativa de Iván a mantener relaciones sexuales con él. "Te voy a enseñar a no hacer perder el tiempo", agregó.
El menor de Villarreal había entrado en un chat de contactos, donde mantuvo una conversación con Vicente. Y fue cuando quiso cortarla cuando le sobrevino su ira desmedida de este hombre -con antecedentes penales por un delito de abuso sexual cometido 12 años antes, en 2004-. En el momento lo rechazó, el hombre amenazó al chico con contarle a sus padres la conversación que habían mantenido.
"Pobre de ti, la que te va a caer encima", "eres menor, mejor para mí, por meterte en una página de mayores", "tú te metiste en este problema y lo vas a pagar", "si eres menor, tengo las de ganar", "atente a las consecuencias", "tengo toda la conversación y la voy a publicar con tu número de teléfono", "vas a llorar lágrimas de sangre delante de los jueces y de tus padres", rezaban algunos de los mensajes.
Tales amenazas aterrorizaron al menor, que hasta en once ocasiones advirtió a Vicente de que se suicidaría si las cumplía. "Por favor, no lo hagas", "no lo volveré a hacer", "haré lo que quieras", fueron algunas de sus palabras. Pero ni eso ablandó al procesado. "¿Quieres saltar ahora?", "si te suicidas les dejarás el marrón a tus papás", "voy a por ti", "voy a arruinar a tus padres por tu culpa", "menudo escándalo te voy a liar", "ya te tienen rastreado, un besazo, colega", le escribió.
Iván no pudo soportar la presión. Se tiró por el patio interior del piso donde vivía con sus progenitores. Fue un suicidio sin explicación hasta que, ocho largos meses después, los investigadores accedieron al contenido del volcado de su móvil. Fue entonces cuando dio un giro el caso de 180 grados.
El veredicto
El veredicto del jurado asumió la tesis del abogado de la acusación, Juan Luis Serrano, quien defendía culpar a Vicente Paradís de homicidio por haber provocado el suicidio del chico. Se basaban en la imputación objetiva que el Tribunal Supremo explica de la siguiente manera: "Si la víctima no se hubiera encontrado en la situación creada por el autor, no se hubiera producido el resultado que finalmente tuvo lugar".
La defensa negaba la mayor, la misma conversación. Consideraba que las pruebas, es decir, el móvil, no estuvo custodiado durante estos ocho meses que permaneció en un cajón de la comisaría antes de que se produjera el volcado. En su primera declaración sin embargo, Paradís sí confesaba haber enviado esos mensajes.
También argumentaron que Iván que era un chico que mentía a sus padres y que fumaba porros. Sus padres lo desmintieron. Dijeron que solo era un joven que exploraba su sexualidad, jugaba al fútbol, iba al conservatorio a recibir clases de piano, pertenecía a una peña y salía con sus amigos.
El fiscal lo tenía claro, "el menor no se encuentra entre nosotros por culpa del acusado", ni siquiera "sabía que no tenía ninguna posibilidad de denunciarlo ni de arruinar a sus padres". Con todas estas pruebas y testimonios, un jurado popular compuesto por seis hombres y tres mujeres se reunía desde este miércoles para deliberar, y finalmente consideró a Paradís culpable de homicidio.
Tras el mismo, el fiscal, que solicitaba de forma provisional 12 años de prisión para el acusado, elevó la petición de pena a 14 años al considerar el jurado que, además, existía la agravante de superioridad, por conocer el condenado que acosaba a un menor.
Por su parte, la acusación particular demandó 15 años de cárcel para el procesado, mientras que la defensa pidió que se le impongan las penas mínimas y anunció la intención de recurrir la sentencia.
Tanto el ministerio público como la acusación particular pidieron el inmediato ingreso en prisión del acusado, ya que, según expuso el fiscal, existe posible riesgo de fuga dada la gravedad de las penas que se le van a imponer. La defensa se opuso a dicha petición.