19 de abril de 1989. Thisha Meili, una joven que entonces tenía 28 años, salió a correr por Central Park, pues era habitual que esta corredora practicase deporte en el pulmón principal de Nueva York. Pero aquella noche todo cambió. La joven fue atacada y su agresor no sólo la golpeó con brutalidad, sino que la violó. Moribunda, fue hallada inconsciente y en estado grave y la Policía neoyorquina se puso rápidamente manos a la obra para buscar a los responsables del crimen. Se saldó con cinco falsos culpables que fueron los chivos expiatorios de un complicadísimo caso. Lo que pocos conocen es la historia de Steven López, el sexto falso culpable, que este lunes ha sido exonerado.
Pero volvamos al principio. A la noche del crimen. Todo comenzó con la búsqueda de la Policía al violador o violadores de Thisha Meili. Desde un principio, ésta se antojaba difícil porque aquella noche unos 30 jóvenes afroamericanos recorrieron el parque rompiendo la tranquilidad del resto de usuarios. Los intimidaron, golpearon e, incluso, hubo casos acreditados de robo. Y es que a finales de la década los 80 la violencia en Nueva York era demasiado frecuente y el crimen asolaba la calma de la ciudad. En ese contexto, la Policía detuvo a 15 jóvenes, entre los que se encontraban Kevin Richardson y Raymond Santana, dos de los cinco falsos culpables de la violación ocurrida en Central Park.
Los otros tres, Korey Wise, Antron McCray y Yusef Saalam serían detenidos después de que la Policía neoyorquina construyera un polémico y dudoso listado con los nombres de los jóvenes que estuvieron aquella noche por el parque. Fue escrito con tal desidia que, por ejemplo, Wise aparecía entre los nombres pese no haber pisado Central Park. Su único delito: ser afroamericano y conocer a algunas de las personas que estuvieron en el parque, como era el caso de un amigo suyo.
El caso sacudió y conmocionó a la sociedad norteamericana. La violación a Thisha Meili, una joven blanca, no podía quedar impune. Pese a que había indicios claros de que ninguno de los cinco acusados cometió la violación –por ejemplo, el ADN de su semen no coincidía con el hallado en la víctima–, finalmente, la justicia de Nueva York mandó a prisión a los cinco adolescentes, cuyas edades estaban comprendidas entre los 14 y los 16 años. Pero todo se sostuvo en una mentira y en las falsas declaraciones que los propios chicos hicieron a la Policía bajo un sometimiento y presión psicológica que, a la postre, se ha demostrado irregular.
Pagaron el pato por ser de origen afroamericano y latino y entre todos cumplieron 45 años de cárcel hasta que, en 2002 –13 años después de la violación–, Matías Reyes, que estaba en prisión por otro delito de agresión sexual, confesó. Confesó que él había violado a Thisha Meili aquella fatídica noche de 1989. Acreditó que los Cinco de Central Park, como se les conoce, eran inocentes y que les habían robado sin pruebas años de vida –los que estuvieron en prisión–. Lo que poca gente sabe –y cayó en el olvido– es la historia de Steven López, el sexto falso acusado, que cumplió condena durante más de tres años y este lunes ha sido también exonerado por el juzgado de Manhattan. Es decir, 20 años después del resto de las exoneraciones.
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El caso de Steven López
Y es que el caso de Steven López guarda parecidos y diferencias con los de los Cinco de Central Park. La principal similitud es que Steven López (48 años) es también de origen afroamericano y aquella noche de 1989, con 15 años, se encontraba en el lugar equivocado. Por ello, por estar en Central Park, fue detenido. Pero la diferencia es que no sólo se le acusaba de la violación a la banquera Thisha Meili, sino que le encasquetaron otros cargos por haber cometido un presunto delito de robo y agresión a otro corredor, en este caso, un hombre.
Como los Cinco de Central Park, Steven López fue trasladado a la comisaría de Policía neoyorquina, donde el cuerpo armado sometió a los adolescentes a declarar durante horas. Concretamente, según apunta The New York Times, López estuvo en una celda durante 20 horas antes de ser interrogado. Cuando declaró, lo hizo delante de sus padres, que no hablaban inglés, y sin traductores. Tras dos horas y media de interrogatorio, uno de los investigadores redactó una polémica declaración que firmaron tanto el adolescente como su padre.
En ella, la Policía, usando una presión psicológica brutal, logró vincular a Steven López con el robo y la agresión al corredor. Pero no le arrancó ni una palabra que le pudiera incriminar en el caso de la violación a Thisha Meili. Una presión que los Cinco de Central Park no pudieron aguantar –muchos de ellos declararon solos–. Y por estos falsos testimonios, sonsacados con manipulación policial, Kevin Richardson, Raymond Santana, Korey Wise, Antron McCray y Yusef Saalam, fueron condenados por una violación que nunca cometieron. Por tantos años en la cárcel, la ciudad de Nueva York ha tenido que indemnizarles con 41 millones de dólares.
Pero a Steven López, por esa declaración firmada –aunque también falsa– y por un acuerdo con la fiscalía, se le quitaría el cargo de la agresión sexual. Fue la divergencia que separaría el destino de los Cinco de Central Park con el suyo. Fue lo que le mandaría a la cárcel sólo tres años de manera injusta, unos 10 años menos que los demás falsos culpables.
Presiones, condenas y exoneraciones
Se decidió que a los seis adolescentes acusados en el juicio, en este sentido, se les juzgaría en tres procesos separados. El primero, en el que se encausó a Raymond Santana, Antron McCray y Yusef Saalam, se sentenció el 18 de agosto de 1990. El segundo, en el que estaban acusados Kevin Richardson y Korey Wise, finalizó el 11 de diciembre del mismo año. Todos serían declarados culpables de violación. Falsos culpables, como lo ha demostrado el paso del tiempo.
Esto fue celebrado por una sociedad estadounidense, en la que el racismo estructural policial, judicial y de los medios, influyeron en la errónea decisión del jurado. De hecho, en aquella, Donald Trump, promotor inmobiliario, pagó páginas completas de los principales periódicos en las que demandaba la vuelta de la pena de muerte en el Estado de Nueva York, tachando a los falsos culpables de “bestias” o “manada de lobos”.
Pero un mes antes del tercer proceso, el que sentaba en el banquillo de los acusados a Steven López, los fiscales ofrecieron al acusado la posibilidad de firmar un acuerdo en el que se declarara culpable del robo, en primer grado, al corredor a cambio de retirar sus cargos en el caso de la violación a Thisha Meili. Por ello, se le condenó solamente a cumplir una pena de prisión de uno a cuatro años. Cumplió tres años y no apeló nunca su condena.
Hasta el pasado febrero de 2021, cuando Steven López se presentó en la oficina de Alvin L. Bragg, el fiscal del distrito de Manhattan, para pedir la revisión de su condena. Este lunes y tras meses de revisión, se le ha concedido la exoneración y se ha ordenado la eliminación en su registro personal el cargo del robo al corredor pese haber cumplido ya su condena. De momento, y a diferencia de los Cinco de Central Park, aún no ha sido indemnizado. Aún quedan coletazos por resolverse de los casos ocurridos en aquella noche de 1989.