Asomarse a la plataforma OnlyFans es encontrar un auténtico rosario de cuerpos voluptuosos que se ofrecen a cambio de dinero. En concreto, más de un 97% de cuerpos femeninos frente a menos de un 3% de cuerpos de varones, según las estadísticas de Hubite, una startup española que muerde del pastel millonario de OnlyFans proporcionándole un motor de búsqueda del que la plataforma inglesa carece.
En total, en el mundo son más de un millón y medio de cuentas de creadores digitales -como OnlyFans llama a los modelos- y 82 millones de fans suscritos, que solo pueden acceder al contenido total de las cuentas previo pago de cantidades estipuladas. Por ejemplo, Gabby es una rubia con más de 600 suscriptores que se anuncia bajo el lema "azúcar, especias y todo bonito", una declaración de intenciones que acompaña de los emojis de una piruleta, unas cadenas, un corazón negro, varias gotas y un melocotón. De ella, en abierto, solo podemos ver dos fotos: en una aparece demandando silencio, su dedo índice posado sobre su boca carnosa; y en la otra se muestra de perfil, muy escorada, casi de espaldas al objetivo. Para ver algo más de su contenido tendríamos, como sucede con el resto de cuentas, que pagar una cantidad determinada, la que cada creador digital establece, y que no suele bajar de los 10 dólares mensuales.
Cuando un usuario de la plataforma paga dicha suscripción, tiene derecho a chatear con la modelo (por el porcentaje abrumador de mujeres en OnlyFans usaremos, a partir de aquí, el femenino) y se le ofrece, además, otro tipo de servicios, que van desde la visualización de contenidos eróticos o pornográficos hasta el sexting. Estos suelen tener un coste añadido, además del precio como tal de la suscripción. Teniendo en cuenta que muchos de estos perfiles cuentan con miles de suscriptores y están, durante todo el día, atendiendo su chat y enviando fotos y vídeos exclusivos, ¿cómo pueden dar este servicio a tantísimas personas, las 24 horas del día?
Es probable que les suene el nombre de Alyson Eckmann. Estadounidense de cuna, durante años fue un rostro conocido en España por participar en programas como Tu cara me suena, Sálvame, Un príncipe para Corinna o Gran Hermano VIP, cuya edición número cinco llegó a ganar en el año 2017. Eckmann también encarnó un personaje episódico en la célebre La que se avecina e hizo radio: concretamente fue la presentadora del programa No te cortes de Los 40 Principales desde 2013 a 2016.
Por esto nos resultó especialmente sorprendente lo que sucedió cuando nos suscribimos a su canal de OnlyFans (la americana tiene en la plataforma una cuenta con la friolera de 157.000 likes acumulados en sus publicaciones) y comenzamos a chatear con ella.
En un momento de nuestra charla, le preguntamos si le gustaría hacer radio algún día y ella nos despachó diciendo que sí, que quizá "un día" la haga. No se refirió en ningún momento a su dilatada y reseñable trayectoria radiofónica. Al preguntarle, en otro punto de la conversación, si conocía Canarias (donde rodó Un príncipe para Corinna), contestó que le "encantaría, pero no, amor". Eso sí, a cambio nos mandó "un pequeño regalo de bienvenida", otra de las fotos bloqueadas que podríamos haber visto si hubiéramos abonado cinco dólares más.
Cuando al fin le preguntamos si realmente estábamos hablando con ella, con Alyson Eckmann, quien quiera que sea que estuviera al otro lado de la pantalla contestó lo siguiente: "Obvio, bebé, qué raro tener a alguien hablando por mí". Y acompañó su mensaje del emoji del mono que se cubre los ojos, por no querer ver más nada ya del mundo.
A nosotros también nos cuesta ver esta realidad, o más bien entenderla, por lo increíble que resulta: igual que la de Alyson, otras miles de cuentas de OnlyFans están siendo controladas por una suerte de proxenetas digitales que sacan tajada de los cuerpos de otras personas. Una vuelta de tuerca al chulo de toda la vida, en versión digital. Porque la definición de prostitución en el diccionario de la RAE dice lo siguiente: "Actividad de quien mantiene relaciones sexuales con otras personas a cambio de dinero". Por tanto, aunque estas relaciones sexuales sean virtuales, quien se aprovecha de los beneficios que estas generan ejerce el proxenetismo.
¿Quién está detrás?
Haciendo una búsqueda por internet damos con varias ofertas de trabajo que llaman nuestra atención. Varias de ellas nos remiten a una empresa llamada KC Incorporation, radicada en Barcelona. El puesto que ofertan es el de online chatter (chateador en línea), y como requisitos para aspirar al mismo demandan: "Ser capaz de chatear con los fans como si fueras la modelo" enviándoles mensajes "atractivos", además de "lograr buenas ventas durante el turno", para lo cual es indispensable "saber vender el material de la modelo". Una de las ofertas del online chatter se circunscribe a Manila, de modo que los trabajadores que la aceptan chatean desde la ciudad filipina haciéndose pasar por modelos de cualquier parte del globo, y engatusando a sus suscriptores para que quemen la tarjeta de crédito. Todo, a cambio de un salario de 200 euros al mes por media jornada de trabajo y 400 por la jornada completa.
La empresa responsable de la precaria oferta tiene página web, y en ella se anuncia de este modo (hemos traducido del inglés, pues la página web está íntegramente escrita en ese idioma): "Ofrecemos estrategias de marketing y promociones para mantener el compromiso y asegurar la proyección de crecimiento de sus cuentas. Nuestro objetivo es estimular drásticamente la demanda de sus productos. Nos especializamos en promociones de artistas, promociones en redes sociales y promociones de personas influyentes. Contamos con un equipo de especialistas en marketing y gerentes de campaña para cada cuenta que manejamos". Para encontrar una alusión más directa a su labor como agentes intermediarios de las modelos de OnlyFans tenemos que rastrear sus redes sociales. En Instagram, por ejemplo, nos encontramos con toda una serie de post que alientan a la mujer a empoderarse a través de la exhibición de sus cuerpos. Uno de ellos muestra los dibujos de una barman, una profesora de lengua, una limpiadora, un juez, un dependiente de una hamburguesería y una chica en sujetador enviando besos a través de su teléfono móvil, simulando estar en plena sesión de sexting. Debajo de cada uno podemos leer la siguiente leyenda: "Un buen trabajo".
Otro de los post de KC Incorporation en Instagram refiere claramente que ofrecen "manejo de bandeja de entrada 24 horas para mantener a los fans de las cuentas". En Twitter son también activos y se publicitan así: "¿Buscas un mánager para OnlyFans? ¡Echa un vistazo ahora a nuestros servicios!" y, mediante un link, remiten a una página (distinta a su web principal) en la que despliegan una oferta de servicios desparramados por medio mundo, y tan dispares como seguros de salud o planes para perder peso.
Para tratar de aclarar todo lo que concierne a esta empresa y cuál es el beneficio que obtienen por ejercer de proxenetas digitales de las modelos de OnlyFans, llamamos a los dos teléfonos que encontramos. Uno de ellos, el móvil, ni siquiera da tono de llamada. La comunicación se corta apenas marcamos. Por Whatsapp tenemos más suerte: nos identificamos como periodistas y nos facilitan una dirección de correo electrónico a la que enviar nuestras preguntas. Lo hacemos, ofreciendo un plazo razonable para que nos contesten pero, superado este, KC Incorporation da la callada por respuesta.
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Ingenieros de 'marketing' digital
"Las agencias se quedan mucha comisión y acaban las fotos a saber dónde. A ver, supongo que habrán de fiar, pero muchas son fakes", nos cuenta Sandrita20, una barcelonesa que vive en Menorca y que ofrece contenido erótico de su cuerpo (y por privado también desnudos y contenido "más sexual") a través de OnlyFans. Ella no ha caído en las redes de los proxenetas digitales, porque tiene quien le ayude con la tarea de atender a sus clientes: su propio novio. "Él me hace las fotos y habla con los fans", afirma. Empezó en la plataforma hace dos años, "cuando por la cuarentena no se podía trabajar" y dice que buscó con ello "una manera de sacar dinero", ya que siempre le ha gustado su cuerpo y ha estado "a gusto mostrándolo". Sandra nos pone tras la pista diciéndonos que hay un montón más de agencias en Instagram que tratan de rentabilizar el cuerpo de las modelos.
Y es cierto: ponemos en el motor de búsqueda las palabras clave y aparecen una sarta de agencias que prometen llevar las cuentas de las modelos de OnlyFans a la excelencia. Por ejemplo, AgenciaOnlyf69 se anuncia así: "Somos ingenieros de marketing digital y hacemos publicidad para que llegues a lo más alto, más suscripciones, más fans, posicionamiento, crecimiento en tus redes". El número de teléfono que muestran es de Colombia. Escribimos y a las pocas horas recibimos un audio de una tal Laura que se anuncia como la ingeniera de marketing encargada de "la apertura, verificación, monetización e integración del mercado de pago" y nos pregunta si ya tenemos cuenta de OnlyFans o se trata de nuestra primera vez. Le decimos que sí, que queremos abrirla por primera vez, y le pedimos ayuda en el proceso. "Vale, no hay problema, la apertura de la cuenta te la hacemos en 50 euros, te abrimos la cuenta y la monetizamos, también del método de pago para que puedas recibir el dinero de tu Only y lo puedas enviar a tus cuentas de banco. Te la entregaríamos lista para trabajar".
Seguimos adelante en nuestra conversación, y la tal Laura nos pide que realicemos el pago inicial por Western Union o Moneygram. Solo entonces se asegura de que seamos mayores de edad. Le confirmamos que sí y le hacemos la pregunta clave, aduciendo que vivimos con nuestros padres y no podremos atender el chat constantemente, así que ¿podrán hablar ellos con los seguidores? En ese momento nuestro interlocutor cambia, pues recibimos otro audio y esta vez la voz es la de un varón: "Te voy a explicar un poquito, tú subes el contenido que tú quieras, explícito o no tan explícito, ahora con el que se está ganando más es con el contenido explícito (…). Si nos das una comisión o un porcentaje, tú solo te encargarías de las fotos, nosotros haríamos todo el tema de publicidad y de implicar a la gente y tú solo te tomarías las fotos". Le preguntamos entonces cuál sería esa comisión, y salen por peteneras: "Dependiendo de cuánto estés ganando lo hablaríamos y llegaríamos a un acuerdo, un acuerdo legal". Por último, nos lanza otra propuesta: "Y podemos bloquear también si quieres para que no te vea nadie de España, que te vean de otro país, y así".
No son los únicos. Como decimos, Instagram está plagado de este tipo de agencias mediadoras. Escribimos a otra, que lleva por nombre Instapromo Colombia y se anuncia en redes como Onlyfans.agencia. Ellos tienen un estilo más agresivo y, al no ver una foto de perfil en el chat desde el que escribimos, nos instan a mandarles una. Nos resistimos preguntando si la necesitan para saber si su interlocutora es guapa. Y, para nuestra sorpresa, responden abiertamente que sí: "Sí, dependiendo de tu perfil es la estrategia que abordaríamos. Hay diferentes formas de obtener seguidores". Le preguntamos cuáles. No hay tu tía: "Primero necesito verte". Ya no vale con pagar por el proxenetismo digital, las chicas que deseen ser representadas tendrán además que encajar en los cánones de belleza de estos nuevos chulos digitales.
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La respuesta de OnlyFans
Pero ¿qué opina la propia plataforma de todo esto? Nos ponemos en contacto con el gigante inglés del sexo digital para preguntarle, en primer lugar, si conoce esta realidad. En un primer momento se muestran accesibles y aceptan que les hagamos unas preguntas al respecto. Después, sin embargo, una persona distinta a la que había aceptado responder nos corta en seco: "OnlyFans no tiene nada que añadir aparte de lo contenido en los términos de servicio", nos escribe, y hace acompañar su negativa de la recomendación de leer el punto siete de dichas cláusulas.
En él dejan claro que cualquier persona que se registre en OnlyFans debe comprometerse a mantener "la confidencialidad y la seguridad de su cuenta/datos inicio de sesión, incluidos sus datos de usuario, contraseñas y cualquier otra información que forme parte de los procedimientos de su seguridad, y que no los revelará a nadie más". Además, remarcan que cada usuario de la plataforma es responsable de toda la actividad de su cuenta incluso si, "en contra de lo estipulado en los términos de servicio, otra persona usa su cuenta". Lo único que la compañía se reserva es el derecho a revisar las cuentas para verificar el cumplimento de estos términos de servicio, pudiendo llegar a suspender las mismas si su propietario hace caso omiso de las normas. Eso sí, aclaran que es simplemente un derecho que se guardan: "Podemos, pero no estamos obligados a moderar o revisar su contenido para verificar el cumplimento de los términos de servicio". La manera perfecta de tejer un vacío legal.
Nos dejan por tanto sin saber si, tal como les preguntábamos, tienen contemplada alguna medida para detener el avance del proxenetismo que, como una mancha grasienta, va expandiéndose sin control en su plataforma.