El camino hacia los juzgados de Cartagena cada vez se le pone más cuesta arriba al cirujano cardiovascular que practicó una lipoescultura que supuestamente le costó la vida a Sara Gómez. Este lunes era uno de los días clave de la causa porque el facultativo debía prestar declaración, pero antes de hacerlo, la magistrada María del Mar Gómez le ha advertido de que testificaba por un homicidio por imprudencia y que en la presente instrucción también podría ser investigado por falsedad y estafa.
Todo ello, como consecuencia del contenido de su Instagram donde se presentaba como 'médico de cirugía estética facial, corporal y vascular', 'International Board Certified in Cosmetic Surgery' y 'Body Contouring Expert'. En los días previos a su esperada testifical, una de las dos acusaciones particulares ha presentado un escrito para ampliar la denuncia inicial contra el facultativo, de uno a tres delitos, con lo que eso supondría para la petición de penas de cárcel en la vista oral.
El mencionado documento ha sido aportado al Juzgado de Instrucción número 3 de Cartagena por Evaristo Llanos: abogado de los padres y hermanos de Sara. El letrado lo acompaña con un informe pericial sobre el perfil de Instagram del facultativo, elaborado por un ingeniero técnico en informática que se ha ocupado de extraer el contenido de su cuenta en la citada red social, mediante la herramienta digital eGarante.
El objetivo de este informe es demostrar que Sara fue víctima de un doble engaño cuando contrató la lipoescultura que presuntamente le costó la vida. El primer engaño lo cometió supuestamente la clínica privada de Murcia por recurrir a publicidad engañosa. Y el segundo fue obra presuntamente del facultativo por sus publicaciones en Instagram. De hecho, el escrito del penalista Evaristo Llanos expone a la magistrada que el facultativo "publicitaba" su trabajo con fotos en esa red social:
"El investigado, señor Massó, se publicitaba a través de las redes sociales, hacía constar que había colaborado con los mejores profesionales del mundo y que había conseguido los mejores resultados y la máxima calidad en cada uno de los trabajos realizados operando por todo el mundo. Incluso, con la publicación de fotografías de operaciones de lipoescultura y lipomarcación femeninas personalizadas, afirmando ser su autor, o dándolo a entender, al colocar una fotografía propia junto a la de la mujer operada, o colocando él la fotografía con su firma profesional".
El letrado sostiene que esas imágenes fueron claves para que la víctima mortal diese el paso de contratar sus servicios: "También constan datos como la conversación de WhatsApp entre doña Sara y el investigado, de 9 de noviembre de 2021, en la que doña Sara le dice al investigado que lleva una abdominoplastia previa, contestándole éste que aún así sí se puede operar. Al poco, el 14 de noviembre, el investigado publica una foto en su perfil de Instagram, con el subtítulo: 'Lipoescultura de máxima definición en paciente con abdominoplastia previa. Recupera tu silueta'. Al día siguiente de ver esa fotografía, el 15 de noviembre, doña Sara escribe al investigado para decirle que ya tiene cita concertada con él".
Tal situación lleva al penalista a afirmar en su escrito que la clínica donde Sara contrató una marcación abdominal con transferencia a glúteos, podría haber incurrido en un presunto delito de publicidad engañosa porque también usaba en sus redes sociales fotos de intervenciones estéticas con la firma del doctor Massó -como la que ilustra este reportaje-.
"En concreto, es de resaltar que la propia Clínica Galena, publicitaba los servicios del doctor Massó a través de redes sociales. El día 18 de noviembre de 2021, anunciaba a bombo y platillo una operación de lipoescultura-lipomarcación, publicando una fotografía firmada por el investigado y ensalzando el 'extraordinario trabajo de lipoescultura, de máxima definición, realizada por uno de nuestros cirujanos' [...]", tal y como argumenta Evaristo Llanos.
No ha respondido a las acusaciones
Con este escrito que en la práctica supone una ampliación de la denuncia inicial por homicidio por imprudencia profesional a los supuestos delitos de estafa y falsedad, como era lógico, el cirujano cardiovascular se ha acogido a su derecho a no responder a las preguntas de las acusaciones particulares ni de la Fiscalía.
El facultativo solo ha ofrecido respuestas al letrado que ejerce su defensa, Pablo Martínez, haciendo especial énfasis en su formación y aclarando el contenido de sus redes sociales. "En todo momento pongo en mi Instagram que soy cirujano cardiovascular, nunca he dicho que sea cirujano plástico", tal y como ha defendido el médico en su declaración, según fuentes vinculadas a la causa.
EL ESPAÑOL ha podido saber a través de las citadas fuentes que el médico ha detallado que realizó tres cursos específicos sobre marcación abdominal en Colombia, pero no ha aclarado la cifra exacta de lipoesculturas que realizó antes de meterse en el quirófano con Sara el 2 de diciembre de 2021. De manera que el facultativo no ha aprovechado su declaración para responder al auto de la jueza donde concluye que realizó la primera intervención de estética de su carrera con esta vecina de Alcantarilla.
[La muerte de Sara según la jueza: "Fue la primera lipoescultura realizada por el doctor Massó"]
A lo largo de los cuarenta minutos que ha durado su testifical, el facultativo ha defendido que la marcación abdominal con transferencia a glúteos no está contraindicada para los pacientes que previamente se han sometido a una abdominoplastia, como es el caso de Sara. "Le advertí de los riesgos de la operación", según ha remarcado.
Durante la instrucción judicial las acusaciones particulares han mostrado interés por las cánulas que usó en la intervención. El motivo se debe a que en la causa figura una conversación de WhatsApp entre el facultativo y Sara donde le desaconsejaba la técnica del lipoláser, a pesar de que es menos invasiva. El facultativo le recomendaba sus "cánulas especiales" y este lunes ha explicado que se refería a "cánulas especiales para el abdomen".
El cirujano cardiovascular ha llegado a los juzgados a primera hora de la mañana para evitar encontrarse a la familia de la fallecida. Una vez más, Damián, el padre de Sara, junto a sus hijos, Rubén y Nora, se han concentrado para exhibir fotos de esta bellísima vecina de Alcantarilla, acompañados de mensajes reivindicativos: 'Justicia para Sara', 'Somos la voz de Sara', 'Todos somos Sara'…
La expectación era máxima entre los medios y el facultativo ha salido por la puerta trasera de los juzgados después de defender su actuación en todo el proceso: tanto en las consultas en las que atendió a la agente inmobiliaria en el centro privado de Murcia, como durante su intervención en el quirófano de la Clínica Virgen de la Caridad de Cartegena.
"La operación salió bien", según ha zanjado el facultativo, antes de precisar que durante la intervención Sara no sangraba abundantemente fruto de las incisiones con las cánulas: "No había sangrado activo, era como agua de lavar carne". Incluso ha proseguido afirmando que al salir del quirófano: "Estuve a punto de mandarla a planta cuando estaba más estable en reanimación, pero como no terminaba de estar perfecta la mandé a la UCI".
El 'caso de la lipoescultura mortal' ha generado un gran debate entre la profesión médica, sobre la necesidad de que en las clínicas privadas solo realicen intervenciones los profesionales con la especialidad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Hasta el Gobierno se ha comprometido con los familiares de Sara Gómez a regular el vacío legal que existe, y este lunes, el facultativo ha insistido en aclarar una cuestión: "No entiendo cómo la gente confunde la cirugía plástica con la cirugía estética, en ningún momento le dije a Sara que era cirujano plástico".
De su testifical se desprende que su estrategia de defensa será cargar el fallecimiento de Sara sobre el Hospital Santa Lucía de Cartagena, donde permaneció ingresada 29 días antes de morir en Año Nuevo. "Hablé con un médico del Santa Lucía y le dije que sabía que Sara tenía alguna perforación en víscera hueca [como el intestino]".
"Pido perdón"
Otro dato de interés de su declaración ha sido su defensa de que todas las decisiones que tomó en el quirófano contaron con el visto bueno del otro investigado: el anestesista de la Clínica Virgen de la Caridad. La esperada testifical del facultativo se ha zanjado con unas disculpas a la familia de la fallecida: "Lamento profundamente lo que le ha pasado a Sara, si en algo me he equivocado pido perdón".
El cirujano ha abandonado los juzgados a bordo de un Opel Mokka, de color negro, que ha sido perseguido sin éxito por algunos fotógrafos y cámaras de televisión. Pablo Martínez, su abogado defensor, ha lamentado que "se está haciendo un juicio paralelo" a su cliente. "Una de las causas del fallecimiento de Sara fueron las consecuencias de una peritonitis que no tenía cuando ingresó el 2 de diciembre en el Hospital Santa Lucía".
El abogado ha asegurado que la muerte de Sara "está fuera de la esfera penal" y a preguntas de EL ESPAÑOL ha defendido la inocencia del facultativo con esta reflexión: "Mi cliente traslada a Sara al Hospital Santa Lucía el 2 de diciembre porque no se encontraba estable hemodinámicamente y le pueden realizar más pruebas para averiguar la causa: ¿Qué habría pasado si esas perforaciones se hubiesen detectado en el Santa Lucía y el 3 de diciembre la hubiesen intervenido cuando se encontraba estable?"
El anestesista también ha declarado
Este lunes también estaba citado el anestesista que asistió al cirujano cardiovascular en la Clínica Virgen de la Caridad. "En su declaración ha dicho que la cirugía transcurrió con normalidad y que Sara presentaba episodios de hipotensión que son normales en intervenciones de este tipo", tal y como han detallado fuentes ligadas al caso.
El anestesista sí ha respondido a las preguntas de las acusaciones particulares y de la Fiscalía. Prueba de ello es que ha admitido que la agente inmobiliaria fue derivada al Santa Lucía porque solo respondía en reanimación cuando le suministraban noradrenalina y que el nivel de 4,3 que presentaba de hemoglobina evidenciaba la gravedad de su estado de salud tras someterse a la lipoescultura.
"Cuando se le ha preguntado si sus resultados analíticos eran normales ha explicado que sobre las 13.30 horas, la paciente tuvo una bajada de tensión, se le hizo una analítica donde salió la hemoglobina muy baja y entonces fue cuando le dijo al cirujano que parase la operación y el cirujano le contestó que ya había terminado".
María Bolarín, letrada que ejerce la acusación particular en representación del hijo pequeño de Sara y de su exmardio, Ezequiel, ha criticado que "más que una declaración, lo que ha hecho el cirujano ha sido traerse un monólogo porque se lo llevaba aprendido de arriba abajo".
Bolarín también ha lamentado el contenido de la testifical prestada por las cuatro enfermeras del Virgen de la Caridad: "Era insultantemente contrario a la verdad".