El juzgado de instrucción número 46 de Madrid ha imputado a dos personas y a la Clínica CEME por el caso de Silvia Idalia Romero, la mujer que se debate entre la vida y la muerte en la UCI del hospital de La Paz en Madrid. Concretamente, la denuncia les señala como autores de un presunto delito de lesiones por imprudencia.
Silvia se operó el 29 de abril de una reducción de pecho con liposucción y transferencia a glúteos en el Clínica VOT de Madrid, uno de los centros donde CEME realiza las operaciones. Al día siguiente de la intervención Silvia recibió el alta pese a que sufría fuertes dolores y había pasado una noche muy dura. El gotero por el que se le tendrían que haber suministrado los antibióticos y analgésicos estaba obstruido.
Pese a esto, la paciente fue enviada a casa con total normalidad. Durante los seis días siguientes, Silvia contactó en múltiples ocasiones con la clínica y les contó que sufría fuertes dolores, fiebre, mareos, vómitos y desmayos. La clínica insistió en que eso entraba dentro de la normalidad.
El miércoles 4 de mayo, sumida en terribles dolores, Silvia y su pareja, Daniel, acudieron al hospital de día lugar donde CEME gestiona las urgencias. Una vez allí, los médicos aseguraron que no había motivo para preocuparse y que los dolores, vómitos, mareos y fiebre entraban dentro de la normalidad. “En la primera visita no le hicieron ninguna prueba ni nada”. La clínica, por su parte, niega este punto y asegura que fueron los propios doctores quienes citaron a Silvia en Urgencias.
El jueves 5, llegó la segunda visita, donde le realizaron unos análisis que presuntamente no arrojaron ningún dato fuera de lo normal, más allá de la hemoglobina algo baja. De nuevo, de vuelta a casa. Fue ya en la tercera cuando le hicieron un electrocardiograma y vieron que algo no funcionaba como debía. Lo siguiente fue pedir una ambulancia del Samur que trasladó a Silvia muy grave hasta La Paz.
Actualmente, Silvia está ingresada bajo un coma inducido y con pronóstico crítico. Los médicos calificaron su hipotética supervivencia de “milagro”. “Ella sigue super grave. Dentro de la gravedad se mantiene estable, pero sigue estando en la UCI. Tiene un fallo multiorgánico y sus órganos vitales están conectados a máquinas", explicó la familia a este periódico la semana pasada.
"Ella está intubada y la están sometiendo a una serie de cirugías de limpieza. están cortando tejido necrótico y purulento. La parte de la operación, es decir, abdomen, flancos y glúteos estaba totalmente podrido y lo han tenido que ir cortando poco a poco. Son operaciones muy delicadas". A día de hoy, la situación no ha cambiado. “El pronostico de Silvia es grave y reservado. Ojalá llegue pronto ese día en que se pueda asegurar que está fuera de peligro”.