La normalización de los robos de motos en Cataluña empieza a alcanzar unos niveles preocupantes. “Me acabo de comprar una moto nueva. Con el seguro de robo, claro, por si me vuelve a pasar lo mismo. Me desapareció un día, sin más, justo delante de mi casa. Y, como a mí, les ha ocurrido lo mismo a muchos otros conocidos”. Este es el testimonio de Júlia G., una joven de Ripollet, una población a menos de 8 kilómetros de Barcelona. Como ella, cada vez se registran más víctimas de este tipo de robos que, por desgracia, empiezan a multiplicarse tanto en la capital catalana como en buena parte de su área metropolitana.
Según los datos facilitados por el Ministerio del Interior, en el conjunto del Estado se denunciaron 8.759 sustracciones de motos y ciclomotores el año pasado. O lo que es lo mismo: 23 vehículos al día. En el caso de Cataluña, según informaron los Mossos d’Esquadra a EL ESPAÑOL, la cifra de robos en 2021 fue de 3.059. Es decir: desaparecieron 8 motos cada 24 horas, el dato más elevado de entre todas las comunidades. Barcelona es la ciudad donde se concentran la gran mayoría de las sustracciones. Le siguen Madrid y Sevilla, por este orden. Por contra, Toledo, Soria, Ávila y Teruel son las ciudades que registraron unos índices más bajos.
En la capital catalana había, en 2020, un total de 839.474 motocicletas y ciclomotores, según informa Idescat. Se trata del mayor parque de vehículos a dos ruedas de todas las ciudades españolas. Ese mismo año, 8.095 motos fueron sustraídas en España. En Cataluña, la cifra total fue de 3.072. Los datos son todavía más preocupantes si nos fijamos en los años prepandemia. En 2019 se produjeron un total de 11.082 robos en todo el país. En la comunidad catalana, la cifra de denuncias escaló hasta la friolera de 5.614, que triplica la cifra registrada en la Comunidad de Madrid: 1.740.
“En Barcelona cada vez resulta más complicado utilizar el coche. Es mucho más fácil moverse en moto. Eso sí: corres el riesgo de que te la roben en cualquier momento”, explica Adriana R., víctima de robo hace apenas tres meses. A pesar de la disminución de los robos a consecuencia de la pandemia, cada vez acostumbra a ser más habitual escuchar que a algún amigo o conocido al que le ha desaparecido la moto. De hecho, muchas compañías ofrecen un precio de seguro por robo estándar para toda España y una tarifa especial más elevada si la moto está registrada en Barcelona, lo que ejemplifica todavía más el problema.
A plena luz del día
Una de las técnicas más habituales es la de cargarlas a pulso directamente en una furgoneta o vehículo de grandes dimensiones. “Vienen, las levantan entre dos, la cargan y se la llevan. Todo sucede en pocos segundos, no te das ni cuenta. Muchas veces, incluso, a plena luz del día”, explica Juan H., vecino del barrio del Raval. Es lo que ocurrió en el caso de Julia G. “Cuando fui a comisaría para denunciar el robo me dijeron que lo más probable es que hubieran venido con un camión y se la hubieran llevado, sin más. Según parece, cada vez hay más casos, incluso en los pueblos cercanos a Barcelona como es el caso de Ripollet”, concluye. El modelo: una Honda SH de 125 centímetros cúbicos.
Los estacionamientos privados de motocicletas han proliferado en los últimos años. Y su precio también se ha multiplicado. De hecho, es difícil encontrar uno por menos de 30 o 40 euros al mes en una zona relativamente céntrica. Marta F. tenía uno en alquiler cerca de su casa para guardar su moto. Al volver tarde de una cena, decidió dejarla en la acera, justo delante del portal, para no tener que andar desde el párking hasta su casa en mitad de la noche. “La aparqué en un lugar que parecía seguro, justo delante de casa. Debían ser las tres o cuatro de la madrugada. Al día siguiente, bajé y ya no estaba”, relata. Una semana antes le había ocurrido lo mismo a un compañero suyo. Ambos tenían una Honda SH 125.
El robo de Adriana se produjo en el barrio de Les Corts, muy cerca del Camp Nou. “Me levanté para ir a trabajar y no la encontré. Como tenía prisa, deduje que la habría aparcado en algún otro lugar y no me acordaba. Corrí a buscar el metro y me fui. Al volver, empecé a buscar por los lugares donde estoy acostumbrada a aparcar y no fui capaz de encontrarla. Fue entonces cuando me di cuenta de que realmente no estaba”.
Una vez en comisaría, le recomendaron buscar por los alrededores. Según fuentes policiales, muchas veces las mueven a otro lugar, no muy lejos del original, para asegurarse de que no llevan incorporado un dispositivo de seguimiento. A los dos o tres días, se las llevan definitivamente. “Mi modelo no contaba con sistema de seguimiento. Di vueltas al barrio y alrededores durante dos días y no encontré nada. Cuando volví a la comisaría me dijeron que seguramente ya estaría fuera del país, seguramente en Marruecos”, concluye.
Muchos de los vehículos robados son depositados en talleres clandestinos. A principios de mes los Mossos d’Esquadra desmantelaron uno de ellos en Creixell (Tarragona). Se estima que se encontraron piezas y chasis de casi una veintena de motos denunciadas. Otro de ellos, hace justo año, se destapó en la Sierra de Collserola, en Barcelona. Tras detectarse varias piezas que coincidían con motocicletas sustraídas, se cree que era un descampado que se utilizaba para desmontar los vehículos y vender las partes en el mercado negro.
Aunque la esperanza de encontrarlas es mínima -según fuentes de los cuerpos de seguridad apenas un 10% se recuperan-, existen algunos casos en que los usuarios logran recuperarlas. Es el caso de Julia C., que le desapareció la moto en la calle Lepanto de Barcelona mientras cenaba. “Parecía increíble. Entré en un restaurante para cenar y, cuando salí, ya no estaba”. Al cabo de unos meses, los Mossos d’Esquadra la llamaron para comunicarle que habían encontrado el vehículo en el barrio del Carmelo con un rastreador de matrículas. “Esperaba que estuviera completamente destrozada. La sorpresa fué encontrarla en perfecto estado, incluso con el depósito de gasolina lleno”, cuenta sorprendida. “La estuvieron utilizando como si fuera suya, sin más, durante el tiempo que estuvo desaparecida”.
La Honda SH, la más codiciada
Según el informe emitido por Trackting, una empresa especializada en sistemas de localización de vehículos por GPS, la Honda SH 125 es el modelo que encabeza la lista de motos robadas. Popularmente conocida como ‘Scoopy’, la joya de la corona de la marca nipona es la más codiciada de entre todos los modelos por parte de los delincuentes. Su éxito de ventas -es, también, la más vendida del mercado- y la enorme longevidad de sus motores son el principal reclamo.
Le siguen la Yamaha TMax, que ha incrementado sus ventas exponencialmente en los últimos años, y la Kawasaki Z, uno de los modelos deportivos que ha alcanzado mayor popularidad a día de hoy.