Martes, Salobreña. El reloj ha pasado ya las 9.30 horas y en la terraza del hotel Salobreña Suites está sentada toda la corte de Macarena Olona, entre ellos Jacobo Robatto. Ella a primera hora ha subido a Twitter una foto de las espectaculares vistas que presenta el lugar. Una declaración de intenciones: en Salobreña, pero no en su casa. Un aquí estoy yo sin complejos y hay partido, señalándose el número y reivindicándose como haría un futbolista, después de todo el revuelo que se ha formado con su empadronamiento en la localidad granadina.
Olona sale de la recepción del hotel antes de que el minutero marque las 9.45 horas. Habla con Álvaro Zancajo, su director de comunicación, mientras se dirige hacia una furgoneta negra con los cristales tintados. Su destino es el Ayuntamiento. Va a personarse contra el expediente de invalidación de su empadronamiento emitido por el Gobierno local.
No era su primera acción en el pueblo. El lunes por la tarde ya había ido a la comandancia de la Guardia Civil. Presentó una denuncia contra la regidora socialista María Eugenia Rufino por prevaricación administrativa, delito electoral y de vulneración de derechos fundamentales.
Este martes, Olona paseaba triunfadora. Sobre todo porque el mismo lunes por la tarde, mientras ella acudía a la justicia, la Junta Electoral daba por válida su candidatura. Andaluces Levantaos había intentado tumbarla por su presunto empadronamiento irregular. Olona se llevó el gato al agua y sabe que el revuelo le ha permitido ganar protagonismo en la carrera a San Telmo.
La polémica
Si usted no sabe aún por qué están enfrentadas Rufino y Olona, le hacemos un resumen. La lideresa de VOX es candidata a las elecciones andaluzas. La ley electoral de Andalucía exige que, para ser candidato, hay que estar empadronado en la región. Olona es alicantina y no tenía residencia habitual en territorio sureño, así que se empadronó en Salobreña (Granada), en casa del líder granadino de Vox, Manuel Martín, también accionista mayoritario del complejo hotelero del que salía Olona.
Sin embargo, el Gobierno de Rufino invalidó la pasada semana el empadronamiento de la lideresa de ultraderecha, a pesar de que dos semanas antes había asegurado que todo había sido formulado de manera regular. El expediente fue resuelto de manera rápida por la alcaldesa, tras no haber encontrado la Policía Local a Olona en el domicilio estipulado hasta en dos ocasiones.
El lunes por la tarde, la Junta Electoral daba por válida la candidatura de Olona. "Concurren condiciones legales para ser elegida", pronunciaba el órgano jurídico tras la denuncia presentada por Andaluces Levantaos, partido que también entendía el empadronamiento irregular.
Con todo, este martes por la mañana, Olona iba al Ayuntamiento de Salobreña y daba dos conferencias: una en la puerta del Ayuntamiento y otra en el Mercado municipal. Mientras tanto, Rufino guardaba silencio. En el consistorio de Salobreña preferían no hacer ningún tipo de declaraciones respecto de todo lo ocurrido.
Olona en el Ayuntamiento
Salobreña está copada por el Castillo Árabe. Desde allí, la zona más alta de la ciudad, se puede vislumbrar el Ayuntamiento de la localidad, situado en una plaza amplia y moderna.
Olona se ha empadronado a pocos metros de este lugar, aseguran desde dentro del edificio municipal. Este martes, Olona traspasaba por primera vez (que se sepa) los muros consistoriales y lo hacía para personarse en el expediente de invalidación incoado por el consistorio granadino. En el escrito pedía "la suspensión de la tramitación de dicho procedimiento y la reanudación del mismo una vez se le haya facilitado toda la información".
A la salida, una treintena de personas le esperaba para escucharle. Olona advertía a Rufino: "Intentó utilizar a la gloriosa Policía Local del municipio y le ha salido el tiro por la culata". "No es que tenga cara de imputada, es que tiene cara de condenada".
Olona acababa de retar a la alcaldesa a las puertas del Consistorio. E iba a comenzar una ruta por el pueblo que, aunque no fue masiva, le servía para regodearse de la victoria obtenida.
Al Mercado
El mercado de Salobreña es pequeñito. Una docena de puestos a lo sumo copan dos naves rectangulares unidas por un pasillo poco más estrecho que las mismas. En una de estas naves hay dos bancos contrapuestos. Los autóctonos le llaman a ese sitio el 'congreso del pueblo'.
"Ahí es donde se reúnen las personas mayores del pueblo a charlar. Como tenemos aire acondicionado, muchos vienen y se ponen a tomar el fresquito, a charlar y a arreglar el mundo", dice Paco Pereira desde su panadería.
Lo sabía Olona también, que llegaba al mercado este martes entre tímidos gritos de 'presidenta'. "En esos bancos, cada día, se habla de los problemas reales de la calle. De ahí venimos, ahí estamos", exponía la alicantina en su Twitter. Así que no dudó en subirse y dar una especie de mitin.
"¿Qué decía? Ni idea, desde aquí no la escuchábamos, la verdad", expone uno de los comerciantes. Da igual, tampoco es que el mitin realizado por Olona dijera mucho sobre las propuestas de su partido para llevar a cabo el "cambio real" que prometen en Andalucía.
"Este es el epicentro de nuestras políticas. Este es el banco donde hay que venir para escuchar las necesidades de las personas. Hablan de montajes como el que han liado con mi empadronamiento en Salobreña para evitar que se escuche la voz de la calle que se habla en este banco cada día, por las personas de la calle. Se acabó. Se acabó", apuntaba la alicantina.
Al irse Olona del lugar, los comerciantes preferían no hablar de política. Todos coincidían en lo simpática que se había mostrado la candidata alicantina a San Telmo. Algunos apuntaban que se había hecho una montaña de un grano de arena con lo del empadronamiento, mientras otros le recordaron a Olona que más allá del 19 de junio, día de los comicios andaluces, ellos seguirían allí.
Una alcaldesa tocada
Mientras Olona sacaba pecho en Salobreña, María Eugenia Rufino declinaba hacer todo tipo de declaraciones a través de su jefa de prensa. Para quienes no la conozcan, ella es la alcaldesa de Salobreña. A través de su Twitter se define como "socialista" y "feminista". "Mis hijas son mi tesoro, que comparto con un hombre maravilloso. Enamorada de las buenas personas".
Quienes la conocen aseguran que ella es una persona conocida en el pueblo (antes de alcaldesa fue concejala) y una "buena persona", aunque se pueda no estar de acuerdo en sus ideas políticas. Este pensamiento lo comparte Manuel Martín, concejal de Vox en Salobreña, persona que permitió el empadronamiento de Olona en su casa y máximo accionista del hotel en el que estuvo la líder de ultraderecha.
Las familias de Martín y Rufino tienen amistad. Incluso, ella llegó a exponer en una entrevista a Ideal que fue la madre de él quien le enseñó a hacer unos bizcochos.
Entre los vecinos y comerciantes consultados por EL ESPAÑOL, ni uno sólo se explica por qué la regidora se ha metido en camisa de once varas con este tema. Creen que ha fallado y ha convertido un grano de arroz en una montaña, máxime cuando hace un par de semanas el Consistorio defendió el empadronamiento.
Rufino es afiliada al PSOE desde principios de la década de los 90 del siglo pasado y también de UGT. Estudió Protocolo y Relaciones Institucionales en la Universidad de Granada.