Bajas laborales por dismenorreas, o lo que es lo mismo, por padecer menstruaciones dolorosas. Eso es lo que plantea el Ministerio de Igualdad en el borrador de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Se aprobará el próximo martes y, de entrada, ha dividido al Gobierno y generado un debate en torno a la posible discriminación laboral de la mujer con respecto a esas bajas laborales.
Ya el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá ha advertido que ese punto, en el seno del Gobierno se encuentran todavía "en discusión" y que todavía están "en proceso de trabajo interno". La titular de la cartera de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha ido más allá: "El Gobierno no tomará ninguna medida que estigmatice a las mujeres". También en contra se ha pronunciado también la vicesecretaria de UGT, Cristina Antoñanzas. "No sé si nos hace un flaco favor a las mujeres", ha valorado.
El anuncio, por supuesto, también ha generado discusión en el seno de la Asociación Estatal de Afectadas por la Endometriosis (ADAEC). Quizá sean sus asociadas las que más saben de lo que duele una regla todos y cada uno de los meses. Un dolor que lleva aparejado una dolencia de gravedad y verdaderamente discapacitante.
Lo planteado por la ministra de Igualdad, Irene Montero, "es un arma de doble filo. Porque cuando hay una dismenorrea discapacitante, que no esencial, por ejemplo en la adolescencia, seguramente sea porque hay una enfermedad detrás", indica Ana Ferrer, la secretaria de la entidad a nivel nacional.
El problema viene porque, según Ferrer, "el dolor de regla no es lo habitual. Esa cifra de que la padecen el 73% de las mujeres no es exacta: se refiere a que el 73% de las mujeres ha padecido alguna vez alguna menstruación dolorosa a lo largo de su vida". Y en el caso de la endometriosis, "todas y cada una de las reglas son jodidas".
Según el borrador del proyecto de ley, se establecen bajas laborales de tres días, bajo supervisión médica, con posibilidad de que se amplíen a cinco, para las mujeres que tengan reglas incapacitantes, con síntomas como dolor intenso, calambres, cólicos, náuseas, mareos o vómitos. La mujer, para optar a ella, debe tener un certificado médico que dictamine, al menos durante un año, que padece estos síntomas.
Por ello, la ADAEC considera que esas bajas laborales "nos tememos que van a darlas mientras diagnostican, o no, el problema que haya detrás", como por ejemplo, una endometriosis, que es una enfermedad crónica, además.
El matiz, para la asociación, es importante: el tiempo de diagnóstico medio para la endometriosis es de nueve años, en un periplo que empieza, precisamente, en Atención Primaria y culmina en Ginecología. "El problema es que con esta iniciativa, se puedan ocultar diagnósticos", asevera Ferrer.
"En España ya nos conocemos"
"La idea está bien, parece que es una ventaja, pero a nosotras nos ha entrado miedo y no estamos de acuerdo", sostiene. "En España ya nos conocemos: nos vamos a quedar con la baja para no ir a trabajar, y ya está, y eso sin entrar en el tema de las contrataciones...", indica. Es decir, "en Atención Primaria" y sin acudir al origen del problema. "Con el trabajo que nos cuesta que nos diagnostiquen" una dolencia que precisamente "adolece de diagnóstico precoz", reflexiona.
Ferrer distingue entre una dismenorrea puntual, "común en la adolescencia" que luego acaba desapareciendo, y aquellas que puede padecer "una señora de 35 años y con tres hijos, porque esa mujer no tiene una dismenorrea esencial: tiene algo más grave" que debe ser diagnosticado. En su mayoría, endometriosis, miomas o quistes. "No queremos que esto tapone los diagnósticos, que pueden agravarse, en el caso de la endometriosis, hasta el punto de afectar el colon o los riñones".
La medida, por tanto, puede ser un disfraz. "Cuando se tienen 14 años no lo hay, pero con esto sí: te mandan cuatro Enantyum y te quedas en casa. Y no es así. Y ese es el peligro. Esta ley no está bien: a las mujeres nos va a hacer más daño que a beneficiar".
Sin diálogo
Ferrer critica, asimismo, que para su redacción "no han contactado con nosotras, ni con otras asociaciones, como la de cáncer de ovario o de ovario poliquístico". Se trata de tres entidades cuyas afectadas "tienen en un 80% su baja médica propia" una vez cuentan con un diagnóstico que comienza con una menstruación dolorosa todos los meses. A su juicio, el Ministerio de Igualdad puede tener buena voluntad "pero han hablado con médicos, y ellos no sufren esto".
Por su parte, Corazón Hernández, doctora y secretaria de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), advierte que el Gobierno, no ha consultado "explícitamente", tampoco con ellos a la hora de abordar este punto del borrador.
"Es verdad que hemos estado en un grupo de trabajo, donde también había otros especialistas, no sólo profesionales de la medicina, pero no hemos participado de forma directa en la ley de Reproducción Humana ni en la baja laboral por dolor discapacitante a causa de menstruación".
Unas bajas que, hoy, requieren de "un diagnóstico" para poder acceder a ellas, es decir, que ya existen. "Conceder una baja o no, no puede condicionar el diagnóstico clínico. De hecho, para dar una baja, lo que se debería hacer primero es obtener un diagnóstico correcto de la enfermedad".
- Otra de las cuestiones es que parece que hay cierta polémica con el proyecto de ley porque se aborda como si la menstruación fuese una enfermedad.
- Evidentemente, no es una enfermedad, es una parte del ciclo de la mujer. Hay cosas que se pueden agudizar con la menstruación, pero no es una enfermedad.