Las emisiones de gases contaminantes son un factor clave en la industria del automóvil. Influyen en el precio de los coches a través de los impuestos y dan o quitan ventajas adicionales (descuentos o incluso gratuidad en el aparcamiento). Incluso pueden hacer que nuestro vehículo se quede inmovilizado en casa en casa en situaciones de alta contaminación o no pueda acceder a determinadas zonas en las ciudades. Es por esto que las estaciones de inspección técnica de vehículos (ITV) son un factor clave para controlar las emisiones de los vehículos a motor. Algo así como una policía ambiental.
Sin embargo, la variedad tecnológica actual en los vehículos con motores térmicos es enorme. Asimismo, los elementos dañinos para la salud que desprenden estos motores son muy variados.
Esto hace que las ITV a veces no puedan cumplir con su función de forma eficiente, ya que las actuales normativas de emisión de humos no detectan muchos de estos citados elementos. Es por ello que las ITV tienen una propuesta sobre la mesa.
Actualmente, las estaciones controlan la opacidad del humo en vehículos diésel y el CO y la Lambda en vehículos gasolina. Esto se conoce como la clásica prueba de humos, uno de los principales motivos para que la inspección salga desfavorable.
La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) ha lanzado una propuesta para incidir en el control de los óxidos de nitrógeno (NOx).
Asimismo, propone analizar también las partículas en unos modelos concretos: los EURO 5 (categorías M1 -turismos de hasta nueve plazas- y N1 -vehículos de carga hasta 3,5 Tm-) y 6 (aproximadamente los posteriores a 2009) y que ya van equipados con sistemas anticontaminación cuyos parámetros se obtienen por medio de la lectura del diagnóstico a bordo (EOBD/WWHOBD).
Aunque las ITV detectan si ha habido manipulaciones de los sistemas anticontaminación mediante el acceso a la diagnosis del vehículo, ni esto ni las actuales pruebas de emisiones controlan esos otros contaminantes cuya peligrosidad hace necesaria su monitorización.
Según ha explicado Guillermo Magaz, director gerente de AECA-ITV, al diario Marca esta propuesta alternativa, que constaría de tres mediciones de 15 segundos: una inicial con el vehículo a ralentí, una segunda a ralentí acelerado (1.500 rpm) y una final de nuevo con el vehículo a ralentí.
"Con este estudio, se propone un procedimiento simple, universal y eficaz con el que comprobar el correcto funcionamiento de los sistemas anticontaminación embarcados en el vehículo durante la vida útil del vehículo y controlar estos contaminantes peligrosos", asegura. Esta petición de las ITV no es nueva, pero ahora cobra más fuerza al presentarse una alternativa concreta.