—Oye, ¿has comido? —la voz de mi jefe suena al otro lado de la línea—. Ve a Carrefour, que están haciendo tortillas de patata en directo. Es algo distinto a la cocina habitual que tienen ellos, aquí te las hacen en el momento cuando las pides. En el Carrefour de Lavapiés están.
—Perfecto. Vamos a probarlas, un día más comiendo fuera. A ver si empatan a las mejores de España. Además, con el día de calima que hace, me voy a sentir como si estuviera en la playa de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María, cuando salta el levante.
Nos disponemos a acudir a Lavapiés. En una jornada normal, todo transcurriría de manera tranquila. Pero es Madrid, hora punta, vamos en autobús y, contra todo pronóstico, el vehículo se para en medio de la avenida de Atocha. Le han dado un porrazo por detrás que no ha notado ninguno de los pasajeros, afortunadamente.
El tiempo pasa y se nos va la hora. Voy pensando si llegó a tiempo para que nos hagan la tortilla en directo. Aquello cierra a las 15.30 horas. No sé yo si... En fin, continuamos la marcha.
Una vez en la entrada, las vitrinas con comida llaman mi atención. Sin embargo, aquí no parece estar nadie haciendo ninguna tortilla. Así que tomamos la iniciativa: preguntando se llega a Roma.
—Perdona, ¿las tortillas que te hacen en el momento? —pregunta el reportero.
—Allí las tienes. Están terminando ya, creo. Date prisa —nos comenta una empleada de Carrefour.
Efectivamente. Rondamos la hora de cierre y la cocina está medio recogida. Nos tememos que no vamos a poder comer tortilla hoy, pero la empleada nos atiende muy simpática y nos ofrece la solución:
—En el estante tienes las tortillas que me quedan. Hay una individual sin cebolla (3,95 euros) o dos grandes, una sin y otra con cebolla (5,95 euros). Las otras no te las puedo hacer porque se nos ha terminado la masa —se refiere a las de jamón y chistorra (6,95 euros)—.
Así se hace
Ya está todo el pescado vendido. Vamos a ver qué ingredientes tiene esta tortilla. En realidad, cero sorpresas: huevos frescos, patatas, cebolla (en este caso), sal y aceite de oliva. El truco no está ahí, el truco está claramente en la receta. Aquí nos pone que estamos ante una tortilla jugosa.
Este último dato me hace temerme lo peor. Me gusta la tortilla jugosa, pero no la modernez de la sopa de tortilla, en la que el huevo está completamente sin hacer.
Sólo rezaba para que la jugosidad fuera como la de un compañero de piso que tuve en la carrera, al que siempre le gustó la cocina y me decía que la tortilla debía hacerse de un lado 30 segundos y otros 30 segundos del otro lado. Si eso lo hago yo, acaba en desastre, pero a él, aunque aún no me entre en la cabeza, le salía bien.
No quiero discutir con el estimado lector, pero es así. La tortilla debe estar jugosa y nada más. Mejor más hecha que excesivamente poco pasada por el fuego. Quizás sea la enseñanza de un niño criado con tortillas en la playa que no quería acabar pringado. En este Carrefour encuentran el punto perfecto.
Sin ánimo de polémicas, cogemos la tortilla con cebolla, que, estimado lector, es la correcta si no es usted alérgico o intolerante a la cebolla. Espero que estemos de acuerdo en todo lo expuesto anteriormente.
La prueba
Las tortillas refrigeradas son el producto preparado con "mayor demada por parte de los hogares", según el último Informe del consumo de Alimentación en España, publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Esta vez, la tortilla está hecha in situ y tiene muy buena pinta. Tal y como nos reconoce la cocinera, este producto no lo hace Carrefour. "Lo hacemos desde La Ración", apunta. El restaurante de Madrid ha llegado a una acuerdo con los establecimientos de la marca francesa. Desde Carrefour no han precisado en cuántos establecimientos está vigente el acuerdo. Por el momento, se hace en Lavapiés y en Alcobendas.
La probamos al momento, nada más comprarla. Lo cierto es que si tenemos mucha hambre, la individual se queda corta. Quizás la grande es la que llenaría a una persona adulta.
La pruebo y está bien. Sin más. No es una tortilla espectacular, pero está buena. Quizás el precio sea desorbitado para el sabor, pero lo cierto es que te la hacen en el momento. Y eso hay que pagarlo.
Pero una sola opinión sesgaría demasiado el artículo y sería aburrido. Así que dejé un trozo para llevarla a la redacción, que en Reportajes comemos como tigres. Jaime, Diego y Carlos se unen a la prueba.
El primero de ellos está acostumbrado a hacerse su propia tortilla. "Además, tengo una freidora de aire caliente que deja muy bien las patatas", esgrime. Su prueba es rápida. Un par de trozos son suficientes para decir que le sabe a las que están recalentadas. "Por dos euros me la compraría, por 6 no", sentencia.
El segundo de los participantes en la prueba la ve aceptable. El sabor le recuerda también a las precocinadas que podemos encontrar en los supermercados. "¿Te la han hecho en tu cara?", cuestiona. "No es la masa de las precalentadas, pero de sabor es parecida", apunta.
El último es Carlos. Reacciona positivamente: "Me recuerda a las precocinadas del Mercadona". Coincide con las otras dos valoraciones. "Está buena. De sabor está bien, recuerda a las precocinadas, y de textura sí se nota que es de las recién hechas, es jugosa. El precio a lo mejor se va un poco".
Ya se sabe, para gustos los colores. La nueva tortilla hecha in situ en el Carrefour ofrece por un precio a partir de los 3,95 euros, un desavío para la hora de comer.