No a la guerra, no la reforma laboral, el conflicto saharaui, el referéndum catalán, la Franja de Gaza, telonear a Greta Thumberg en la Marcha del Clima (donde llamó imbécil a José Luis Martínez Almeida)… a la larga lista de reivindicaciones del actor Javier Bardem se le suma esta semana su condena a la invasión rusa de Ucrania.
Sus palabras también le han granjeado críticas: muchos han considerado que lo ha hecho como estrategia para posicionarse mejor en Estados Unidos en plena carrera para los premios Óscar, pues está nominado por su papel en 'Being the Ricardos' junto a Nicole Kidman.
Pero ¿por qué Javier Bardem, único actor español con un premio Óscar, es siempre objeto de críticas por decir lo que piensa? ¿Le ocurre solo en España?
Mientras que el también internacional Antonio Banderas -quien también se ha significado políticamente en alguna que otra ocasión- no es objeto de escarnio público, Bardem se encuentra en el ojo del huracán cada vez que se posiciona. Quizá donde se encuentra su talón de Aquiles es en su falta de coherencia entre lo que dice y lo que hace.
Muy crítico con los gobiernos de Aznar (recordadísimo activista de No a la Guerra por la invasión de Irak) y de Mariano Rajoy, entre las polémicas más recordadas del actor se encuentra sus protestas contra la reforma laboral, aprobada en 2012.
Bardem mostró también su rechazo público contra los ERE, incluso en las alfombras rojas. Junto con su hermano Carlos, encabezó manifestaciones contra la subida del IVA cultural. Pero, mientras tanto, ambos eran copropietarios, junto con su hermana Mónica, de un local de hostelería en Chueca: La Bardemcilla. Acabaría cerrando tras dos años de pérdidas.
Fueron los mismos once empleados del negocio los que denunciaron la incongruencia Bardem: tras protestar por la reforma laboral, les ofrecieron 20 días por año trabajado mientras planteaban un expediente de regulación de empleo.
Las críticas no se hicieron esperar, hasta el punto de que los tres hermanos se vieron obligados a emitir un comunicado en el que, en parte, daban marcha atrás: renunciaban al ERE y sostenían que pagarían 35 días por año trabajado, lo estipulado en la ley derogada por la reforma del Partido Popular.
Finalmente, solo cumplieron lo segundo. El abogado designado por la familia para tramitar el expediente, Julio San Román, explicó que finalmente sí iban a recurrir al ERE, y que ofrecerían una indemnización de “casi el doble de lo que refleja la ley laboral” a cambio de que los empleados no recurrieran el acuerdo.
Putin no
Esta semana, el actor acudía a las puertas de la Embajada de Rusia en España junto con cientos de ciudadanos ucranianos. Lo hizo "a título personal" para protestar por un ataque "absurdo y cruel". "No soy ningún experto, pero creo que todas las expectativas diplomáticas han fallado porque estamos ante un tipo cuyo sentido imperialista está por encima del sentido común".
Bardem calificó a Putin de "imperialista", cuando el presidente ruso, un exagente del KGB del régimen había derribado a los zares, ha contado siempre con la protección de países de órbita comunista.
Sin embargo, el actor guardó silencio cuando Putin se anexionó Crimea en 2014. Entonces el presidente ruso contó con el apoyo internacional de países como Venezuela, Bolivia, China, Cuba, Nicaragua o Corea del Norte. Todos ellos votaron a favor de Rusia en la Asamblea General de la ONU tras anexionarse la península, un territorio que pertenecía a Ucrania desde la desintegración de la URSS.
En Francia y en Estados Unidos
El año 2014 fue especialmente activo en cuanto a sus criticas a conflictos internacionales, algo que propició que, por primera vez, las críticas al actor no le llovieran ya únicamente en España.
Firme defensor de la causa saharaui y del reconocimiento de sus territorios en el Sáhara, durante la presentación en París del documental 'Los hijos de las nubes' volvió a posicionarse... hasta el punto de que contribuyó a generar un conflicto diplomático entre Francia y Marruecos.
Ocurrió durante una rueda de prensa, al citar unas supuestas declaraciones que atribuyó al embajador francés en la ONU. "El embajador francés en la ONU, Gérard Arnaud, a quien vimos en 2011, nos dijo que Marruecos es una amante con la que se duerme todas las noches, de la que no se está particularmente enamorado pero que se debe defender".
La frase motivó una protesta oficial del Gobierno marroquí al francés, al solicitarle que reparase "los daños" por unas declaraciones "hirientes" para Marruecos. El presidente Hollande tuvo que hacer uso de toda su diplomacia para reconducir una situación que supuso el cese unilateral, por parte del Gobierno marroquí, de toda colaboración jurídica entre ambos países.
Ya entonces en Hollywood se habían hecho eco de su activismo político, tras su defensa de la causa saharaui en la sede de las Naciones Unidas en 2011.
En 2014 se vanaglorió de que en Estados Unidos "nunca había escuchado una voz" que le dijera "cuidado, no hagas esto. Más bien lo contrario. Es la diferencia con España". No sería por mucho tiempo.
Ese verano se posicionó junto a Penélope Cruz contra Israel por el conflicto israelí y palestino en la Franja de Gaza, y fue entonces cuando, por primera vez, el actor escuchó una voz que se le puso en contra. El detonante fue la firma de un manifiesto junto con otros actores y actrices y el envío de un comunicado a los medios españoles calificando la situación como genocidio por parte de Israel.
Javier Bardem se despachó a gusto. "Es una guerra de ocupación y de exterminio contra un pueblo sin medios, confinado en un territorio mínimo, sin agua y donde hospitales, ambulancias y niños son blancos y presuntos terroristas. Difícil de entender e imposible de justificar".
El actor continuó valorando como "vergonzosa" la postura occidental "de permitir tal genocidio. No entiendo esta barbarie que los horribles antecedentes del pueblo judío hacen aún más cruelmente incomprensibles. Sólo las alianzas geopolíticas, esa máscara hipócrita de los negocios -por ejemplo, la venta de armas- explican la posición vergonzosa de USA, UE y España".
La carta cayó como una bomba en la meca del cine, donde el poderoso lobby judío puso el grito en el cielo. Uno de ellos fue productor Ryan Kavanaugh, nieto de supervivientes del Holocausto, y director ejecutivo de Relativity Media. Kavanaugh llamó "ignorante y antisemita" a la pareja. Y no fue el único.
Ante la posibilidad de que fueran boicoteados, el matrimonio tuvo que rectificar rápidamente enviando otros dos comunicados. En el de Bardem, explicó que su alegato era contra las fuerzas armadas israelíes y no contra los israelíes. "Mi firma sólo tiene significado como un llamamiento por la paz", se defendió en la nota de prensa enviada por su representante al periódico USA Today.
"Tengo un gran respeto por la gente de Israel y siento una gran compasión por sus pérdidas. Ahora algunos me han puesto la etiqueta de antisemita, igual que a mi esposa, lo que es la antítesis de lo que somos como seres humanos. Detestamos en antisemitismo igual que detestamos las horribles y dolorosas consecuencias de la guerra". Cruz también se vio obligada a rectificar en el mismo rotativo. Aludió que se la había "malinterpretado" y que "no era una experta" en temas de Oriente Próximo.
También en 2014 el actor tuvo su protagonismo en la Gala de los Goya más reivindicativa que se recuerda. Calificó al ministro Wert (PP) de ser "el ministro anticultura" y luego aprovechó para alabar la sanidad pública felicitando "a la marea blanca de la esperanza", y a todos aquellos ciudadanos de Madrid "que con sus protestas en la calle han logrado que la privatización de la sanidad pública no salga adelante".
Sin embargo, Bardem y Cruz habían tenido a sus dos hijos en hospitales privados: el Cedars-Mont Sinaí de Los Ángeles, en 2011, y la Ruber Internacional, de Madrid, en 2013.
Hacienda y el cambio climático
Pese a su defensa de la sanidad pública, el Tribunal Supremo ratificó en 2017 dos sanciones por defraudar a Hacienda, derivadas de la liquidación del IRPF de los ejercicios 2006 y 2007. Lo hizo con la sociedad Pinguin Films, S.L. de la que el actor era socio y administrador único. El TS impuso las sanciones, con un valor total de 151.000 euros -a razón de 98.970 euros por 2006 y de 51.521 euros por 2007-, que el actor recurrió ante el Supremo y acabó perdiendo.
También se posicionó a favor del referéndum de independencia catalán. En 2017, durante una entrevista promocional a Rac1, aseguró que veía "fundamental" seguir el "deseo de una población". "Considero que una sociedad debe decidir su futuro", afirmó.
Dos años después, en Madrid, intervino durante la Marcha del Clima. Era diciembre de 2019 e hizo uso del turno de palabra en un acto en el que luego intervendría Greta Thumberg, la activista contra el cambio climático y el calentamiento global.
Pero quien se calentó fue Bardem, que no dudó en llamar 'estúpido' a Donald Trump y al alcalde de Madrid, a la sazón en anfitrión del evento internacional. "Esto también es personal", inició, para remachar con un "ese estúpido de Almeida que quiere revertir Madrid Central y permitir circular por la capital a los vehículos contaminantes". Sus declaraciones fagocitaron por completo los titulares que realmente buscaba el evento.
José Luis Martínez Almeida no dudó en responderle en sus redes sociales aludiendo a su condena por Hacienda. "El típico listo, eso si muy progre, que piensa que lo de pagar impuestos no va con él".
Horas después, el actor pidió perdón. "El insulto ilegitimiza cualquier discurso y conversación. Por eso pido disculpas por haberme dejado llevar por un impulso en absoluto constructivo que flaco favor hace al verdadero mensaje, único y realmente importante". Se refería al cambio climático y a los coches contaminantes, eje de su crítica contra Almeida.
Luego se sabría que Javier Bardem posee un Ford Lincoln Navigator, un todoterreno de lujo que, a su vez, es uno de los vehículos que más gasolina consume del mercado y, por tanto, es el más contaminante... del mundo.
El vehículo es de enorme tamaño, pesa dos toneladas y media, mide 5,3 metros de largo y tiene siete plazas. Tiene un motor de 5,4 litros de cilindrada y consume 17 litros por cada 100 kilómetros, es decir, es altamente contaminante. En Europa el consumo de un coche estándar es de 1,5 o 2 litros por cilindrada, lo que supondría 19 kg de emisiones de CO2. El motor del Lincoln gasta mucho combustible y por eso circula, sobre todo, en Estados Unidos, donde la gasolina es más barata.
La penúltima: Hernán Cortés
Su penúltima polémica fue en febrero de 2020 en la Berlinale, donde presentaba una película, horas antes de incorporarse al rodaje de 'Cortés y Montezuma' en México. El rodaje, bajo la producción de Spielberg, se suspendió a las dos semanas de iniciarse por su elevado coste y por estallar la pandemia. El oscarizado actor iba a interpretar a Hernán Cortés.
"Me gusta la cita de Octavio Paz que dice: 'Es muy difícil amar a Hernán Cortés, es imposible no admirarle'. Cortés era un animal que destruyó un imperio, pero cómo no admirar a un hombre que provocó una guerra civil con tan solo 600 hombres, un puñado de caballos y tras hundir sus barcos. Olía el miedo, intuía por dónde venían las alianzas...".
La serie "retrata también los abusos del imperio, que masacraba a los otros pueblos, y por eso Cortés pudo encender aquella chispa. A la vez, el español impuso la nacionalidad y la religión, algo que pasa hoy bastante en Europa", explicó el actor.
"El español impuso la nacionalidad y la religión, algo que pasa hoy bastante en Europa", explicó el actor. "Algunos beben en esas mismas aguas, y como nuevos Cortés en el Congreso se parapetan con lo de 'en el nombre de la raza', y declaran a otros enemigos solo por ser diferentes. Qué ganas de imponer. La extrema derecha reproduce el mismo comportamiento de los conquistadores".
La réplica más contundente le vino de Valentí Pozo, el alcalde -socialista- de Medellín, la localidad de Badajoz en la que nació Cortés. El edil aseveró no tener "nada en contra de Javier Bardem, la verdad, pero hay que sacar de la arenga política a Hernán Cortés. La Conquista tuvo cosas negativas y otras positivas. Aquí no estamos dispuestos a que se utilice a Hernán Cortés como arma arrojadiza entre políticos o actores".