Los espectadores le conocieron como El follonero del programa de Buenafuente, pero poco a poco Jordi Évole comenzó a volar solo con Salvados, donde llegó a entrevistar a personalidades políticas, de actualidad e, incluso, al papa Francisco, logrando grandes datos de audiencia. En 2019 decidió dejar el programa que tantos éxitos le había dado para cederle el testigo a Gonzo y con su productora, Producciones del Barrio (fundada en 2015), emprender un nuevo camino con Lo de Évole, entrevistando a multitud de personajes, destacando los programas con Pau Donés o Leo Messi.
Esta temporada charlará con protagonistas de sobra conocidos por el gran público como Julia Otero, Rosa López, Penélope Cruz, Maribel Verdú, Miriam Díaz Aroca, Ariadna Gil y Fernando Trueba (que se reúnen para recordar el Oscar de la película Belle Époque); y otros que no lo son tanto, pero no por ello dejarán de sorprender a los espectadores, destacando en la entrega de este domingo el rapero Morad, o en los siguientes programas a María del Carmen Rodríguez, el nombre real de Megan Maxwell, exitosa escritora de novela erótica; y a Gervasio Deferr, que tras conseguir dos oros olímpicos, cayó en el abismo de las adicciones, sobre todo, la del alcohol.
Pero si hay algo que siempre ha caracterizado a Évole es su relación constante con las últimas noticias, y el periodista ha analizado para EL ESPAÑOL algunos de los temas más candentes que copan los medios de comunicación en la actualidad: la crisis en el PP, el ascenso de Vox en Castilla y León, Eurovisión o la temporada delBarcelona.
Pregunta: ¿Qué opina de todo lo que está sucediendo en el Partido Popular?
Respuesta: Más allá del espectáculo que se da, entretenido y casi de primer nivel de ficción, no creo que sea muy buena noticia para la política de este país que el principal partido de la oposición, un partido de Gobierno como es el Partido Popular, esté pasando por esto. A la larga no va a ser bueno para nadie.
P: ¿Le pasará factura de cara a unas elecciones perdiendo votantes?
R: Muchas veces tenemos puesta una lupa enorme en la política y entiendo que, con un caso así, se ponga porque es muy llamativo y pocas veces hemos visto unas declaraciones cruzadas tan descaradas y con nombres y apellidos, pero creo que en cualquier organización que tuviese la lupa como la tienen los partidos políticos se podrían encontrar este tipo de puñaladas. Forma parte de lo humano.
P: ¿Qué te ha parecido el ascenso de Vox en las elecciones de Castilla y León?
R: Es una tendencia mundial que los populismos ultras suban en las elecciones. Vivimos un momento de mucha incertidumbre para la gente. Discursos tan fáciles como los que hace la extrema derecha en España son comprados por una parte de la ciudadanía. No obstante, lo que hay que hacer es aprender a combatir esos discursos, saber por qué se ha ido el voto a esas tendencias y que hay alternativa. Intentar que la ilusión o indignación de alguna gente no solo se canalice a través de un partido de extrema derecha.
La música, una pasión desconocida
Pocos saben que Évole tiene desde hace poco tiempo una banda donde se quita el gusanillo de la música. “Siempre me ha gustado mucho cantar, me lo he pasado muy bien haciéndolo, aunque sea mal”, reconoce. El catalán participará a finales de febrero en el talent musical de Antena 3 Tu cara me suena como invitado especial: “Se me presentó la oportunidad y la disfruté. Además, pude ir con mi banda así que, encantado de la vida”.
P: ¿Ha vuelto la ilusión a los espectadores por ver Eurovisión?
R: Lo que ha sido muy chulo ha sido la ilusión colectiva que ha habido con el Benidorm Fest, creo que desde Televisión Española se inventen un show como ese, basado en lo que hacen los italianos con el Festival de San Remo, que tenga la repercusión que ha tenido... Vimos en él una diversidad musical, de lenguas, cultural… dimos una imagen de país diverso, que mezcla la tradición con la modernidad. Me pareció muy representativo de lo que somos.
Yo iba con Rigoberta y creo que con ella habríamos tenido más posibilidades en Eurovisión, pero no deja de ser un concurso, un juego. Creo que volverá a tener mucho interés por parte de los espectadores cuando llegue la final del Festival en mayo.
P: ¿Cree que Chanel tiene posibilidades de ganar o de hacer un buen papel?
R: No tengo ni idea, tampoco nos flipemos porque no le vamos a cargar ahora responsabilidad a Chanel si llevamos más de 40 años sin ganar el Festival de Eurovisión, lo más normal es no ganarlo. Tenemos que pasarlo bien, que ya es mucho.
P: En uno de los programas de esta temporada entrevistas a Rosa López, que también tuvo muchísima presión cuando representó a España en Eurovisión.
R: Detrás de Rosa hay una mujer que lo pasó mal y quizá no fuimos conscientes del estrés al que la estábamos sometiendo. La conocía porque la redacción de Salvados estaba junto a la de Tu cara me suena y siempre me pareció una persona que no había contado todo lo que había vivido, y aún no lo ha contado… Es un ejemplo de hasta qué punto somos egoístas con nuestros ídolos para satisfacer nuestros deseos.
Creo que es un error que cometemos con jóvenes talentos a los que sometemos a una presión brutal y no todo el mundo la aguanta de la misma manera, deberíamos tener esas cosas cada vez más en cuenta. Hay chicos y chicas en el mundo del fútbol o de la música sometidos a muchísima presión cuando se convierten en representantes de todo un país. Yo intentaría relativizar eso porque me imagino la presión que debes de tener cuando te ves en ese lugar, y no se la deseo a nadie.
El Barça, la reina Letizia…
El fútbol es otra de las grandes pasiones del periodista, aunque esta temporada está sufriendo más de la cuenta con su equipo, el Barcelona, la llegada de Xavi Hernández al banquillo azulgrana ha reavivado la ilusión en los aficionados culés: “Entiendo que Xavi de mucha rabia al madridismo porque está claro que, gracias al estilo impuesto por él y por el Barça en el 2010, España ganó un Mundial”, reconoce Évole.
“Ahora parece que toca criticar a Xavi, pero siempre voy a estar con él porque me parece que lo que está haciendo en el Barcelona es muy complicado. Ahora toca temporada de transición y tranquilidad”.
P: Siendo un espacio de entrevistas como es Lo de Évole, siempre hay algún personaje con el que todo periodista desearía charlar y tener en su programa: ¿es la reina Letizia el Santo Grial?
R: Por supuesto, sería una buenísima entrevista si ella tuviera ganas de hablar, ha tenido una visión de lo que son los entresijos del poder del Estado que poca gente puede tener ese privilegio. Si ella quisiese contarlo, sería maravilloso.
P: ¿Cómo lleva la cataplejía en su vida diaria? ¿Le afecta en el trabajo?
R: Es una enfermedad que llevo bastante bien, tomo la medicación y solo son unos segundos que te quedas haciendo un ‘reiniciar’, y ya está. Grabando no me ha pasado, pero sí en lugares donde estoy muy relajado y cómodo, como en El Hormiguero, que tengo mucha confianza con Pablo Motos, con Juan y con Damián [las hormigas Trancas y Barrancas]. Estoy como en familia y es fácil que me pase.
P: También le pasó en El intermedio: ¿quién se asustó más, Motos o Wyoming?
R: Pablo estaba sobre aviso y cuando ve que me está pasando, él para y no sigue haciendo chistes, pero Wyoming no tenía ni idea, y lo que hizo fue seguir contándolos, que cuando improvisa es un tipo extraordinario, y me dio. Esa fue la diferencia.
P: ¿Cómo surgió crear su propia productora?
R: Era un paso muy natural. Es algo que han hecho muchos comunicadores, que en un momento dado han decidido gestionarse por ellos mismos. Producciones del Barrio lo que tiene es que es una productora pequeñita, independiente, trabajamos para Atresmedia y otras plataformas. Ahora mismo tenemos Salvados, Lo de Évole y, próximamente, el nuevo programa de Mamen Mendizábal, es un orgullo enorme.
P: ¿Le gustaría que tu hijo fuera periodista?
R: No especialmente. Me gustaría que fuese lo que él quisiese y que lo disfrutase. Que se lo pasase trabajando igual de bien que me lo estoy pasando yo.
La actualidad no es su prioridad
El catalán ha cambiado su estilo, ya que Salvados era un programa muy pegado a lo que sucedía en la sociedad día a día, mientras que Lo de Évole, no lo es tanto porque “estaba agotado haciendo actualidad y cada vez huyo más del calor informativo. Trabajo en una cadena en la que hay gente que eso lo hace a diario y lo hace muy bien. A veces pescamos todos en el mismo río los mismos peces y podemos aburrir a la audiencia”, reconoce.
P: En esta temporada hay mucha más presencia femenina que en la anterior.
R: Intentar compensar lo de la temporada pasada es imposible, fue un error descomunal mío. En diez ediciones solo tuvimos a una mujer. Ahora hemos hecho lo que había que hacer, no por discriminación positiva, sino porque nos interesaban sus historias (Megan Maxwell, Julia Otero, Rosa López, Penélope Cruz, Maribel Verdú o Ariadna Gil). Lo del año pasado no estuvo bien… y punto.
P: Por votación popular, el primer programa será el del rapero Morad.
R: En la redacción todos somos blanquitos, españoles y la mayoría bautizados, aunque no practicantes, no hay nadie de origen latino o árabe. Y conocer a Morad te da la idea de que ya no vivimos en esa España. Este es un país mucho más plural, más diverso... y eso es una riqueza. Morad ejemplifica el éxito de la primera generación magrebí nacida en España, que lo ha tenido muy difícil, pero, en cambio, lo ha petado en sitios en los que los boomers no miramos mucho.
Él surgió de la marginalidad, su madre perdió la custodia y eso le hizo acabar en distintos centros de menores. A los 16 años, salió y comenzó a delinquir para sobrevivir, pero ahora ha conseguido ser un fenómeno musical a nivel mundial. Nosotros no fuimos un medio de comunicación que acudió a su barrio a cubrir una noticia y nos largamos. El equipo estuvo durante tres semanas mimetizándose con la gente de allí para hacer el programa.
P: ¿Qué puede avanzar de las otras entregas del programa?
R: En el de Megan Maxwell contamos con señoras hablando de sexo con total desinhibición. Yo he tenido muchos tabúes y un punto de vergüenza, pero he aprendido mucho durante las grabaciones de esa entrega. Cuando reunimos a las actrices y el director de Belle Époque [Maribel Verdú, Miriam Díaz Aroca, Ariadna Gil y Fernando Trueba], Penélope Cruz dijo cosas muy interesantes porque fue una película que marcó a una generación de actrices que rondaban los 22 años en la que España estaba en un escaparate. Es una película que despierta un poco el mundo en el que me gustaría crecer.
P: ¿Hay tensión por lograr las audiencias de programas como el del papa Francisco o el de Aznar?
R: Esos programas se venden solos. Estamos en un momento de enorme fragmentación de las audiencias y no sé dónde está el éxito ahora mismo. Y como no lo sé, prefiero mirar en lugares arriesgados y comprometidos para hacer Lo de Évole, pero igual este domingo nos pegamos un ostión.