Era 9 de marzo, un día después del día de la mujer, cuando el cielo de El Molar (Madrid) se llenó de humo negro. Provenía de la casa que Fausto compartía con su mujer, Mari Cruz, y su hija Isabel. Cuando los bomberos llegaron se toparon con algo mucho más grave que una casa en llamas: tres cuerpos con heridas mortales de bala. La investigación posterior desveló la cruda realidad. Fausto asesinó a su mujer y a su hija, le prendió fuego a su casa y se suicidó. Quedaba consumado el sexto asesinato machista de 2021, el primero que se cobraba la vida de un niño. Isabel tenía 11 años.
Este 2021 se ha saldado con 42 asesinatos machistas, según los datos del Ministerio de Igualdad. Es la cifra más baja desde el año 2003, desde que se tienen registros. Y lo es, además, por segundo año consecutivo. En 2020 fueron asesinadas 43 mujeres por sus parejas o exparejas. La cifra total desde el 2003 es de 1124. Son 260 asesinatos más de los que cometió la banda terrorista ETA y en un periodo mucho más corto de tiempo.
Las cifras encierran una realidad terrible que sí ha aumentado notablemente este año. Cinco niños menores han muerto a manos de sus padres y, asimismo, una joven de 17 años fue asesinada por su pareja. En total, seis menores de edad han sido víctimas de la violencia machista este 2021. El año pasado solo hubo una víctima menor de 18 años.
La explicación de que algunos padres decidan ensañarse con sus hijos es que los usan como medio para hacer daño a sus parejas o exparejas. “Le hago daño a las niñas para fastidiar a la madre, o al padre, que hay mujeres que lo hacen con los hombres también”, explica la psicóloga María Gomis, especializada en violencia machista. Así es la lógica de las personas maltratadoras.
En total, en España, la violencia machista se ha cobrado las vidas de Elia Roda, Eva Jaular y su hija de 11 meses, Lorena Requena, Cristina Blanch, María Isabel Martínez, Erika Tavares, Mónica Marcos, Zuita Bouchira, María Pilar Berrio, Carmen, Oxana, Luisa Amelia, María, África, Consuelo Martínez, Alicia Rodríguez, Katherine, Rocío Caíz, Anna y Olivia Gimeno, Katia Carolina A.B., Lucía Dotto, Alla Bukanocova, Nicoleta Clara, María Teresa Aladro, Warda Ouchene y su hijo Mohamed, Betty, Pilar, Maria Soledad M. P., Paula M., Jordina M.P. María Cruz, y su hija Isabel, María del Carmen M. V., Alicia P., Conchi G., Flora P. y una mujer de Sabadell sin identificar. Asimismo, actualmente se investigan tres casos como posibles asesinatos machistas y hay 28 niños huérfanos más por esta causa.
El asesinato 'piadoso' de Flora
El primer asesinato machista de 2021 llegó 17 después de que comenzara el año. Ocurrió en Vallecas (Madrid), donde Paco C. G., mató a puñaladas a su mujer, Laura Plaza de la Flor -más conocida como Flora-, y después se intentó quitar la vida de la misma forma.
Aunque figura como un crimen machista más, los motivos de estas muertes fueron muy diferentes a los habituales. Aquí no había celos, ni posesión, ni ninguna de las razones tradicionales que motivan un asesinato machista. Lo que sufría este matrimonio era el hastío vital. “Nadie les hacía ni caso. Llamaban a una ambulancia o al médico y tardaban horas”, explicó entonces una vecina a este periódico. “Esto de violencia machista no tiene nada”, afirmó una segunda vecina. “Esto es desesperación mutua”.
Flora tenía 82 años y Paco, 84. Ella llevaba dos años sin apenas pisar la calle, o sin pisar a secas. La mujer tenía graves problemas de movilidad por una caída y vivía postrada en el sofá. Esto minaba su ánimo poco a poco y le provocaba un gran hartazgo de la vida. Paco iba detrás. Por eso quienes les conocían aseguran que se trató de un crimen piadoso.
Independientemente de las motivaciones que hubiera detrás de la muerte de Flora, este caso figura como el primer asesinato machista de 2021. Le seguirían otros 41.
Las pequeñas Anna y Olivia
Probablemente el caso más mediatico que ha dejado este 2021 es el asesinato de las pequeñas Olivia y Anna Gimeno a manos de su padre, Tomás. Este suceso figura como asesinato machista, pues también se contabilizan como tal los padres que asesinan a sus hijos. Además, tal y como comentaba la psicóloga María Gomis, la motivación de estos crímenes no es otra que hacer daño a la madre.
Aquella tarde del 27 de abril, Tomás acordó con su expareja, Beatriz Zimmermann, pasar la tarde con sus dos hijas. Gimeno acudió a la residencia de Beatriz en Radazul (Tenerife), donde recogió a Anna, de un año de edad. Más tarde, hizo lo propio con Olivia, de seis años, al salir de la guardería.
Posteriormente, dejó a la pequeña en casa de sus padres y a la mayor en clases de tenis. Luego, fue al puerto a probar su lancha para ejecutar más tarde un plan perfectamente planeado.
Cuando ya las niñas estaban en su casa, Tomás las sedó con medicamentos y las asfixió envolviéndolas en toallas. Luego depositó los cuerpos en bolsas de basura y, posteriormente, los puso en el interior de sendas bolsas de deporte. Las cargó en el maletero de su coche, un Audi A3 blanco, y se fue al puerto. Cuando llegó a puerto mandó un mensaje a su expareja en el que advertía que no las volvería a ver. El hombre se embarcó y desapareció.
No fue hasta el 10 de junio cuando el robot del buque de búsqueda Ángeles Alvariño encontró el cuerpo de Olivia dentro de una bolsa de deporte. La autopsia reveló que murió por un edema agudo de pulmón. De Anna y Tomás nunca se volvió a saber más.
El confinamiento
En 2020, el número de asesinatos machistas tocó un mínimo histórico, una tendencia que se repite este año. La explicación que dieron los expertos a este periódico fue el confinamiento domiciliario. “La expresión más brutal es el asesinato y se suele producir cuando el maltratador siente que está perdiendo a la mujer. Este año, con el confinamiento, las víctimas no han podido huir de sus agresores. Y, por ello, a éstos les ha bastado con el maltrato físico o psicológico para mantener sometida y anulada a la mujer. De ahí que no hayan recurrido a matarlas. Por ello, quizá, la cifra ha bajado”, explicó Bárbara Zorrilla, psicóloga experta en violencia de género. Esta misma hipótesis la comparten otros expertos.
Esta puede ser una explicación parcial del descenso de este 2021. Aunque no ha habido confinamiento domiciliario como tal, el estado de alarma y sus restricciones de movilidad han minimizado el tránsito de las personas y ha permitido a los maltratadores tener controladas a sus víctimas. Las pruebas que reafirman esta teoría son los cuatro asesinatos machistas que se vivieron la semana siguiente a que España abandonara el estado de alarma.
Aquellos cuatro asesinatos sucedieron en menos de 24 horas y se cobraron la vida de Betty, Lucía Dotto, Warda Ouchene y su hijo Mohamed. "He matado a Warda y al niño. Si queréis verlo están en la casa", escribió Alí, el asesino de su exmujer e hijo, a un hermano de Warda.
Varios allegados se personaron en el lugar de los hechos, en Palma de Mallorca, entraron en la casa trepando por una ventana y se toparon con la tragedia. Ambos cadáveres presentaban signos de violencia. Warda, además, estaba embarazada de tres meses. Su cuerpo yacía en la cocina ensangrentada por un golpe en la cabeza. Mohamed fue encontrado en el comedor. Ambas víctimas murieron por asfixia. Mohamed tenía ocho años y se convertía en la cuarta víctima de la violencia machista menor de edad en 2021.
Rocío: asesinada y descuartizada
La quinta víctima que no llegaba a la mayoría de edad fue Rocío Caíz Pozo, de 17 años. Fue asesinada por su exnovio, Adrián N., de 23 años y nacionalidad rumana. El asesino confesó haberla matada una semana después de la desaparición de Rocío en Estepa (Sevilla). La joven asesinada nunca denunció a su pareja pero la familia asegura que hubo constantes episodios de malos tratos. Ambos eran padres de un bebé que no llegaba al año.
El propio Adrián relató a la Guardia Civil que mató a Rocío, la descuartizó y se deshizo del cuchillo y del cadáver en varios lugares del municipio, entre ellos, un aparcamiento al que él mismo dirigió a los agentes. El joven había intentado negar su implicación cuando la madre de la víctima le preguntó por ella y la acusó de robarle 300 euros y huir a Badajoz con otro hombre.
Antes de la confesión del crimen, Estepa y las redes sociales se llenaron con el retrato de Rocío en los habituales carteles de SOS Desaparecidos. Tenía todos los ingredientes para ser una historia tan mediática como el asesinato de Laura Luelmo o el de Diana Queer. Sin embargo, pasó tímidamente desapercibido entre los españoles.
Una niña de 11 meses
El último asesinato machista de un menor de edad tuvo lugar en Liaño de Peñafiel (Santander) entre el 17 y el 18 de diciembre, hace poco más de una semana. Las víctimas fueron Eva Jaular y su hija de 11 meses. Fueron asesinadas a puñaladas por José R. C., padre y expareja de las víctimas, que se saltó la orden de alejamiento que pesaba sobre él.
Eva fue descrita por sus conocidos a este periódico como una “chica de 10”. “Eva era super simpática, super alegre. Le encantaban los animales, siempre tenía en casa”, aseguró su amiga María. Su asesino, en cambio, tenía antecedentes por malos tratos a otra mujer y otros delitos. Hacía menos de dos meses que tenía una orden de alejamiento de Eva por golpearla y mostrarle un cuchillo en actitud amenazante.
La última víctima de la violencia machista en 2021 llegó a los pocos días. La víctima fue Elia Roda, de 35 años. En este caso, y como suele ser habitual, no constaban denuncias previas por malos tratos.
La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas en 2017, 47 en 2018, 55 en 2019 y 43 en 2020.