Farah fue expulsada de su colegio el 8 de noviembre de este año. Volverá este lunes, el día 19. ¿El motivo? Llevar cubierta su cabeza con un hiyab, una prenda típica en los países árabes, pero que no está aceptada en todos los centros educativos españoles.
La joven, de 13 años, está matriculada en el Instituto de Educación Secundaria Ies Liceo Caracense de Guadalajara. Es su primer año allí. Las normas del instituto prohíben llevar la cabeza tapada, según una orden de convivencia aceptada por toda la comunidad educativa.
No puedes llevar gorra, no puedes llevar capucha, no puedes llevar una cinta ancha en el pelo. Unas normas básicas de convivencia que tienen que seguir los menores.
El director del colegio, Alejandro Mediavilla, explica a EL ESPAÑOL que a Farah se le ha aplicado el mismo régimen normativo que al resto de los alumnos: "A quien lleva gorra o capucha les decimos que se la quiten. A veces hay que decírselo más de una vez, pero por lo general acatan las normas".
Incluso desde la dirección del centro han sido más permisivos con la joven Farah. "Entendíamos que en su caso era una cuestión cultural y que al tener 13 años ella no decidía si llevarlo o no, que es algo más de los padres", aclara Mediavilla.
De hecho Farah empezó el curso con la cabeza descubierta. No fue hasta un mes después de empezar las clases cuando empezó a cubrírsela. "Le explicamos a los padres las normas del centro, que no podía venir con la cabeza tapada, pero no lo aceptaron", apunta el director.
Cubrirse la cabeza en el Liceo Caracense constituye una falta leve. La acumulación de este tipo de apercibimientos se traduce en una grave, que ha sido el motivo de expulsión durante 10 días. "Se lo hemos explicado a sus padres reiteradas veces, pero no quieren aceptarlo", dice el director.
Cambiar las normas
Las normas del centro se pueden cambiar al inicio del curso. Cualquier miembro de la comunidad educativa puede llevar sus propuestas al Consejo Escolar. Una vez allí se debaten, se transmiten al resto del instituto, se votan y se modifican o no.
Ante la insistencia de los padres de mandar a su hija con el hiyab a clase, el pasado 28 de octubre ese órgano se reunió para ver si se cambiaba la norma que prohibe acudir con la cabeza tapada al instituto. Finalmente se aprobó por unanimidad mantener dicha prohibición.
"Nunca han querido hacer este proceso. Bien porque lleva tiempo, bien porque pensaban que no se iba a aprobar". Según el escrito de sanción del centro, al que ha tenido acceso este periódico, Farah no ha podido acudir a su centro de estudios desde el 8 al 19 de este mes, ambos inclusive. Es decir, que la suspensión acaba este viernes. Aunque la circular, firmada por el director, señala que no ha perdido el derecho a la evaluación continua.
En la nota entregada a los padres de Farah, el Liceo destaca la existencia de "agravantes" en base al artículo 20 del Decreto 3/2008 –de Convivencia Escolar en Castilla-La Mancha- y de las normas del centro, como son "la premeditación, la reincidencia y la publicidad".
“Les hemos dicho que a lo mejor deberían buscar otro centro para su hija, uno donde no tenga problemas en llevar el hiyab porque las normas lo permitan, pero están empecinados en que tiene que ser este y de la manera que ellos quieren”, explica Mediavilla en conversación telefónica.
Apoyo feminista
En estos momentos, y según la Plataforma Femista de Guadalajara, los padres de la chiquilla están consultando con abogados para abordar la situación. Esta organización ha defendido el derecho de Farah a acudir a clase con el hiyab. En un comunicado las componentes han calificado la decisión de “racista” y le han mostrado su apoyo.
Según la organización, desde que Farah empezase a llevar hiyab a su instituto “la dejaron abandonada en el patio durante varios días y después la separaron de sus compañeras y compañeros, aislándola en un “aula de convivencia” que ni siquiera tiene ventanas, donde solo los profesores aparecen un momento para proporcionarle la tarea o los exámenes”.
La Plataforma Feminista ve en la decisión del centro el “típico ejemplo de racismo contra una mujer de religión islámica” y afirman que son medidas que “se han hecho más frecuentes” en España “con motivo de los atentados terroristas de Nueva York, Madrid y Londres y de las invasiones de Afganistán e Iraq”.
Además apuntan que “la actitud racista del Liceo Caracense y de la Consejería de Educación está privando a Farah de su derecho a recibir una formación escolar y a ver respetada su identidad personal y religiosa, causando un gran daño a ella, a su familia y a toda la comunidad”.
Este periódico ha intentado ponerse en contacto a través de la Plataforma con la familia de la menor para recabar su versión, pero no ha sido posible. El lunes volverá a clase, aunque no está claro si lo hará con hiyab o no.