Carlos Sánchez, como tantos miles de interinos en España, esperaba con ilusión las nuevas medidas del Ministerio de Hacienda para regularizar a los profesores en fraude de ley. Pero las nuevas medidas que plantea el departamento dirigido por María Jesús Montero dejan más incertidumbres que certezas para los interinos. “Es un avance, pero es insuficiente. Por ahora son casi, casi palabras en el aire. Falta verlo por escrito y ver el desarrollo de cada sector”, opina este tutor de primaria en un colegio público de La Coruña. Lleva 18 años de interino.
La semana pasada, este periódico desveló el borrador que decreta —en el marco del proyecto de ley de estabilización del empleo público— que los interinos puedan acceder a una plaza fija a través de un concurso de méritos. Las medidas que prepara el Gobierno establecen que el interino deberá llevar, al menos, cinco años en un puesto de manera ininterrumpida. Y ahí es donde se ha armado la de San Quintín.
Los interinos, por norma general, encadenan año tras año contratos temporales en distintas plazas. Esta norma, tal y como está redactada actualmente, deja fuera a los sanitarios y los docentes, es decir, al grueso del personal interino de España. Es el caso de Carlos que, aunque lleva 18 años ejerciendo como profesor, no podría acceder al concurso de méritos por encadenar contratos temporales.
“No pueden excluir a los afectados de esa circunstancia, que somos docentes y sanitarios. Somos la mayoría del personal en fraude. Me parecería ridículo que nos excluyeran por eso [por la temporalidad]. A mí me asignan una plaza un año y al año siguiente a otra”, protesta el docente. En honor a la verdad, una de las enmiendas presentadas por los partidos que negocian este borrador (PSOE, ERC, Unidas Podemos y PNV) quitan la palabra “ininterrumpida” de la ecuación. Aún hay esperanza porque nada es en firme.
Pero el borrador, actualmente, hace aguas por varios frentes. La razón de ser de esta medida está en sacar del fraude de ley a los trabajadores interinos por orden de la Unión Europea. Sin embargo, Europa marca que el concurso de méritos debe celebrarse a los tres años, no a los cinco. Asimismo, queda por definir el margen de maniobra que tendrán las comunidades autónomas en este asunto (Sanidad y Educación, bien es sabido, son competencias autonómicas). Y, como colofón, no hay detalles de cómo será ese concurso de méritos para acceder a la ansiada plaza. En definitiva, docentes y sanitarios están que echan humo.
Fuentes del ministerio de Hacienda y Función Pública han asegurado a este periódico que la norma se aplicará a todos los trabajadores públicos interinos sin excepción. Es decir, que los sanitarios y los docentes no se quedarán fuera. Sin embargo, admiten que en el caso de los de sanidad y enseñanza la medida se aplicará un año más tarde con su propia normativa, que es el plazo que se establece para adaptarla en el texto que han negociado los partidos. En definitiva, todo sigue en el aire y los interinos siguen sin saber qué va a pasar con ellos.
A la vista de lo que se conoce, los interinos tienen muchas objeciones: “Que cambien el punto de vista. Que piensen en personas y no en plazas. Porque las personas somos víctimas de este fraude de ley. Dentro de eso, que el concurso prime la experiencia por encima de cualquier otra cosa. Que sea un proceso sin incertidumbre para ordenarnos”, considera Carlos. “Y después, que cuiden mucho el tema de que sea potestativo por ámbitos de competencia. Eso puede ser muy peligroso. Aquí tenemos autonomías y ayuntamientos de todos los colores políticos”.
"El pan de mis hijos"
Gema Gutiérrez está todavía más preocupada. “No solamente están jugando ahora con nosotros. Llevan así desde que entramos a trabajar”, opina esta profesora de inglés en un colegio de Fontiveros (Ávila). “No hay derecho a que nos tengan como estamos. Yo tengo una familia. Están jugando con el pan de mis hijos”.
Gema recorre todos los días 25 kilómetros para dar clase a sus alumnos. El año que viene, pueden ser 10, o 50, o 100… Es la incertidumbre de ejercer la docencia en pueblos de Castilla sin plaza fija. “Yo solamente he estado dos años en una misma plaza. Pero eso, además, no figura en ningún lado. Porque yo estuve con un contrato de un año y, al año siguiente, mi plaza ya tenía un número distinto. Estamos afectadísimos”.
“Que tengan en cuenta las situaciones personales. Que tengan en cuenta el esfuerzo que estamos haciendo. Y que tengan en cuenta a quien ha aprobado una oposición. Hay gente que ha aprobado hasta dos o tres”, exige esta docente.
Para Ralph López, este debate tiene mucho menos recorrido del que se está planteando. Para él, hay que hacer las cosas con la ley en la mano. “Cuando vi el borrador, antes de profundizar demasiado en la lectura, me sacó una sonrisa. Luego empiezas a leer más, entre líneas, y nada. Por ejemplo, lo de los cinco años, ¿de dónde se lo han sacado? Si se trata de acatar una normativa europea, serían tres años”, explica este profesor de música en un colegio de Puenteareas (Pontevedra).
“Hay que cumplir la ley. Se está transformando en un tema de opinión: ‘Es que yo opino tal, yo opino cual’. Oye, tú puedes opinar lo que quieras, pero la ley es la ley”. Y el hecho innegable es que muchos interinos están en fraude de ley. “¿Cuántos son ininterrumpidos? -prosigue Ralph- Sanidad y educación somos muchísimos trabajadores temporales. Se están sacando de golpe y porrazo a muchísima gente. Yo llevo 12 años y no entraría en ese supuesto concurso de méritos, que habría que ver cómo es. No pone por ningún lado cómo va a ser… Son muchas cosas. Parecía muy esperanzador pero yo lo veo ahora con mucha cautela. Nos hicieron un guiño, pero es muy tímido”.
Este docente, asimismo, carga duramente contra los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) por volverles la espalda. “No sé qué tipo de interés puede haber ahí, pero no nos hacen ni caso. Yo me he desafiliado de uno de ellos”. Esa misma opinión la comparte Nilo Arias, profesor de las escuelas de arte de Santiago de Compostela. “Falta diálogo social y los sindicatos mayoritarios no nos representan. Esta ley la veo muy precipitada”.
Nilo tiene 51 años y es el único profesor entrevistado que no ejerce en un centro al uso. Pero, igual que los arriba citados, es interino y no tiene plaza fija pese a llevar casi 20 años ejerciendo. “Nos quedamos fuera de juego. Soy el número uno de la lista pero da igual, porque no llevo tanto tiempo [cinco años ininterrumpidos]”. Asimismo, le preocupa cómo pueda plantearse el concurso de méritos: “Todo corte implica siempre algún tipo de injusticia, es imposible contentar a todo el mundo. Pero creo que la experiencia debería ser más valorada, no solamente estos cinco años”.
Para este docente, las cosas se han hecho rápido y mal, e insiste en una idea que todos los entrevistados han recalcado. “Una cosa tan seria y con tantas excepciones y casos particulares no se puede trabajar con una brocha tan gorda. Los interinos somos personas, no plazas. Detrás de ese número hay una persona con una vida”.
“Un Gobierno que se presume tan progresista, que contempla tanto las minorías y demás… ¿Qué pretende hacer con unas personas que han mostrado su valía y que se pueden ver en el paro? Puede haber muchas personas en esa situación”. Es difícil de saber. Tal y como están las cosas, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) calcula que 330.000 interinos no podrán optar a una plaza.
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