Vivimos bajo la amenaza de numerosos tipos de contaminación, pero una de las más molestas, junto con la acústica, es la odorífera -o, dicho de otro problema, de los malos olores-. Este problema afecta a un 25% de la población española, según un informe de la Universidad de Valladolid. Depuradoras de aguas residuales, vertederos, fábricas... generan olores muy desagradables y, en ocasiones, también tóxicos. Si bien estar expuestos a este hedor de forma prolongada no tiene por qué causar una enfermedad, sí que puede provocar vómitos, dolores de cabeza o problemas respiratorios, entre otros síntomas y molestias.
Aunque es el gran olvidado de los sentidos, la nariz humana percibe millones de olores diferentes, muchos más que colores o sonidos. Sin embargo, todavía no existe ninguna máquina capaz de distinguir tantos. El centro tecnológico Eurecat, una entidad privada sin ánimo de lucro, ha desarrollado una alternativa a las narices electrónicas basada en inteligencia artificial y big data para luchar contra la contaminación odorífera. Se trata de una plataforma que involucra a los ciudadanos (los mejores olfateadores) en su detección y eliminación. Su objetivo es trabajar junto con las empresas emisoras del mal olor y los ayuntamientos, que son los que tienen las competencias, para abordar las causas del hedor y acometer las medidas necesarias para mitigarlo.
“Es muy difícil eliminar la contaminación odorífera al 100%. La plataforma NasApp nos permite identificar aquellos focos más molestos en tiempo real. Cuando nos llegan muchas notificaciones de ciudadanos de una misma zona, ofrecemos la herramienta a las empresas y ayuntamientos para que reciban esta información con el fin de identificar cuáles son los focos que generan episodios de malos olores y qué inversiones deben realizar para eliminarlos”, explica Isabel de Lucas, ingeniera ambiental de Eurecat.
Según la experiencia en los diferentes proyectos desarrollados por NasApp, las actividades que emiten peores olores son las relacionadas con la gestión de residuos que se generan en casa a diario, como incineradoras, depuradoras, plantas de compostaje... “Donde hay transformación química son las que más molestan. Y cuanto más próxima esté la actividad de la zona residencial, más posibilidades de que el olor sea más persistente”, comenta la ingeniera.
La herramienta genera mapas
Cualquier ciudadano que está sufriendo contaminación por malos olores puede descargar la aplicación NasApp en su teléfono móvil y reportar incidencias. Con las quejas recibidas (incluidas las ocasionadas en proyectos acometidos por NasApp), el sistema genera mapas de malos olores que están accesibles a través de su web. La plataforma “cuenta con aproximadamente 3.500 informadores de todo el mundo, con el objetivo de crecer. De ellos, 2.400 en España y 800 en Suramérica”, detalla.
El mapa de malos olores de NasApp indica las notificaciones que han recibido de los usuarios de diferentes puntos de España y de otros países con círculos, durante el último año (la herramienta permite elegir otro periodo de tiempo). El número del interior del círculo se refiere a las notificaciones de malos olores reportadas por los usuarios en esa zona y el color a la intensidad del hedor. Si no aparece número, es que solo ha habido un reporte. Al ampliar al máximo el mapa aparecen los iconos de localización de la incidencia y al hacer clic sobre ellos se accede a la información detallada.
Cataluña (2.016), País Vasco (207) y Andalucía (84) son las autonomías del mapa con más reportes de los ciudadanos en el último año, porque es allí donde NasApp ha desarrollado más proyectos. En Cataluña, la mayoría de las incidencias por mal olor provienen de Tarragona (1.784), sobre todo de la región de Reus y de Villanueva y Geltrú. En Barcelona, Granollers es la zona de la que provienen más reportes. En el País Vasco, en la comarca de Musques (Vizcaya), y en Andalucía, en la de Guillena (Sevilla). En Mallorca, en la de Costa de la Calma (Calvià). En total, en España, se han registrado 2.384 notificaciones de los ciudadanos en los últimos 12 meses.
Fuera de nuestro país, Chile es el país con más reportes (580), concretamente en las zonas de Til Til, Rungue y Montenegro, al norte de Santiago de Chile, y de Puchoco y el municipio de Coronel, en la región del Biobío. El tercer país con más reportes es Tailandia (38).
“Tenemos el mapa abierto de todo el mundo, pero las notificaciones se concentran en donde tenemos los clientes. Muchas veces son las propias empresas o administraciones las que nos vienen a buscar para contratar este servicio”. Aun en una fase inicial, la idea es que en el futuro este mapa refleje la realidad de las zonas que peor huelen de España y otros países.
La descarga de la app NasApp en el smartphone es gratuita. La dinámica para reportar un problema se efectúa en cuatro pasos: primero notifica el hedor y luego cataloga la tipología (químico, urbano, industrial...), el subtipo y la intensidad. Esta información llega en tiempo real, pero los datos no se reflejan en el mapa de la web hasta una semana o diez días después.
La participación ciudadana, la pieza clave
La ingeniera destaca el importante papel del ciudadano en la plataforma y de la ciencia ciudadana para el cuidado del medio ambiente: “Son los que mejor pueden ayudar, son la clave de un proyecto, al poder aportar la información en tiempo real. Me he encontrado muchas veces que las empresas hacen inversiones para eliminar los olores que no tienen sentido, por falta de conocimiento”, apunta. Por ejemplo, una empresa que se gasta el dinero en tapar el compostaje, cuando verdaderamente el problema del mal olor se produce cuando realiza descargas de este abono.
Como fundación privada sin ánimo de lucro, “cobramos los costes reales del proyecto, a un precio muy económico, y todo lo que NasApp factura se reinvierte en la plataforma. Por eso hemos podido desarrollar esta tecnología”, puntualiza. De Lucas precisa que los ayuntamientos suelen ser muy receptivos a colaborar y buscar soluciones, porque “son los primeros interesados”.