La Policía ha detenido en Alicante al hombre que agredió el pasado domingo 17 a un inspector de policía en un autobús de Zaragoza. Los agentes habían rastreado a este hombre, un marroquí que está en España de forma irregular, por varias provincias hasta localizarle en el Levante.
La agresión tuvo lugar en un autobús de la capital maña cuando el inspector le pidió amablemente al agresor que se subiera la mascarilla. El policía se identificó como tal, pero el hombre marroquí reaccionó de forma violenta, retándole a que se bajara con él del autobús “si tenía cojones”. El agredido no entró en su juego y mantuvo una actitud calmada, respetuosa y pacífica. El hombre, al ver que no había respuesta por parte del policía, se abalanzó sobre él, propinándole puñetazos y patadas.
A raíz de esta agresión, el inspector sufrió varios golpes en la cabeza y una herida en el ojo que le estaba causando problemas. Podría ser un desprendimiento de retina, según informan fuentes policiales a este periódico.
Los golpes del hombre terminaron gracias a la intervención de otros pasajeros. El agresor terminó bajándose del autobús y huyendo del lugar. El agredido fue llevado a un hospital de la capital aragonesa. El agresor no tiene antecedentes más allá de haber entrado en España de forma ilegal.
Ese mismo fin de semana, Zaragoza vivió otra agresión a un policía fuera de servicio. El subinspector José Luis R. recibió numerosos golpes por parte de un viandante al que pidió amablemente que se subiera a la acera y le dejara libre el hueco para aparcar en la calle.
“Yo adelanté el coche para pegarlo al culo del anterior. En ese momento, me golpeó el espejo retrovisor y me dio una patada en la parte trasera. Me dio muchísima rabia. Me bajé del coche y le recriminé esa acción. ¿Por qué haces eso? Si quieres seguir la fiesta, síguela por tu cuenta. Empezó a ponerse alterado y me lanzó un puñetazo. No me dio porque lo paré".
“Entonces yo saqué la placa y me identifiqué como policía. A raíz de eso, en vez de calmarse los ánimos, él se alteró más. Me golpeó la mano y me tiró la placa al suelo y yo al agacharme quedé indefenso. Me empujó y caí patas arriba. Al girarme para levantarme quedé a cuatro patas. Ahí fue cuando aprovechó y me soltó una patada en toda la cara”, contó el policía en conversación con EL ESPAÑOL la pasada semana.
El agresor fue detenido poco después y ahora se encuentra en libertad con cargos. José Luis, por su parte, ha tenido que pasar por el quirófano este mismo lunes por las fracturas sufridas en la cara. “Tengo rotos el pómulo y los dos huesos de arriba de la nariz”.
La escalada de violencia contra los policías en Zaragoza sigue en aumento. Este mismo fin de semana, cinco agentes (entre Policía Nacional y Local) han sufrido agresiones por parte de civiles.