“Imagínate que estás de guardia durante la madrugada, tras 20 horas seguidas trabajando, y llega al hospital donde trabajas una persona que ha sufrido, por ejemplo, un accidente de tráfico. Esta persona necesita una cirugía urgente de vida o muerte y tú, como médico, la haces de la mejor manera posible. El punto es que llevas casi 24 horas trabajando y tus habilidades, reflejos y agilidad mental se reducen por cansancio. En otras palabras, no tienes la misma capacidad para operar tras cuatro horas trabajando que tras 20. Ejemplos como este es lo que está pasando”.
Así ha sido el contundente ejemplo que ha puesto el doctor Luis Aguilar, urólogo de un hospital de referencia de la Comunidad de Madrid, cuando EL ESPAÑOL ha abordado con él el tema de las guardias obligatorias de 24 horas seguidas que tienen que soportar todos los médicos de España. Una circunstancia que está reflejada por ley, que no sólo puede provocar una pérdida en la calidad del servicio que pueden proporcionar los médicos a sus pacientes, sino que les puede acabar provocando a los propios facultativos cuadros de estrés, ansiedad o insomnio.
“Soy ginecóloga y considero que exponer a un médico a una guardia de 24 horas es peligroso para los pacientes porque, tras 15 horas sin descansar, comer o siquiera beber agua, la capacidad de reacción ante una urgencia se reduce notablemente”, añade Rocío Belda, médico en el Hospital de Sagunto —Comunidad Valenciana— y fundadora de la Asociación de Médicos Unidos por sus Derechos (MUD). De hecho, la facultativa explica que los médicos son humanos y que pueden incurrir en una mala praxis médica producto del cansancio. “Y ahí nadie defiende al médico y la administración, que es la que nos obliga a estar trabajando tantas horas, te deja sola”, lamenta la profesional sanitaria.
El problema de fondo, denuncian los médicos de España, es que “el sueldo de un médico depende en gran medida de las guardias, por lo que nos vemos obligados a continuar haciéndolas hasta casi el final de nuestra carrera”, en palabras de Samuel García, médico internista en el Hospital de Gorliz, situado en la provincia de Vizcaya, en el País Vasco. Este facultativo, de hecho, critica que cada hora de guardia se paga de manera “inferior” a la hora de jornada ordinaria. Esto se traduce en que la hora de guardia “con la tremenda responsabilidad que lleva a sus espaldas” se paga en torno a los 20 ó 25 euros brutos.
En otros puntos de España, como Madrid o Valencia, el monto que se abona a los médicos por cada hora de guardia puede ser menor. “Algo indignante porque no sé si tiene en cuenta la nocturnidad, que es un trabajo de alta cualificación o la peligrosidad que puede llevar nuestra profesión”, opina el doctor Aguilar. De hecho, este urólogo reconoce que “algunos compañeros son reticentes a la hora de defender la reducción de las guardias de 24 horas porque temen que salgamos perjudicados a nivel económico. Ten en cuenta que la mitad de nuestro sueldo depende de estas guardias”. Así, muchos médicos reconocen esta situación como un “chantaje” de la administración porque llega a ser un o lo tomas o lo dejas. Pero la seguridad del paciente importa menos.
El estrés y la fuga de cerebros
Un problema añadido de estas eternas guardias de 24 horas que los médicos deben cumplir en algunos casos, “cada tres días y hasta los 55 años de edad”, es el desgaste psicológico al que están sometidos los facultativos en España. “Cuando un trabajador tiene que estar en su puesto durante tanto tiempo seguido y bajo una gran presión puede llevarle a sufrir ansiedad, estrés o, incluso, tristeza”, explica este medio la psicóloga Ana Fabón, quien regenta su propio centro sanitario en Madrid.
“La sobrecarga laboral no sólo repercute en la pérdida de eficiencia de los médicos, en este caso, sino que les puede provocar escepticismo o repulsa a su propia profesión”, añade la psicóloga. Esto se puede traducir en que “muchos compañeros abandonan el país o la profesión”, cuenta el internista Samuel García. En cifras, la doctora Belda indica que “hasta 3.000 médicos al año se van de España a causa de acumular cansancio, desesperación o fatiga física. La gente acaba quemada”. “Por si fuera poco, las horas de guardia que cumplimos los médicos no computan en la jubilación”, sentencia.
Por ejemplo, sólo en este último mes, la médico ha recibido más de 10 ofertas laborales de otros países de la Unión Europa o del Reino Unido que le ofrecen sueldos de hasta “cinco veces más”. “Pero no me voy porque mi padre está con una salud delicada y mi pareja y mi vida están aquí”, explica. Pero no ocurre siempre esto. En muchos casos, los médicos españoles deciden irse a otros países europeos, lo cual genera otro problema: la fuga de cerebros. Y es que el sistema educativo y universitario público de España invierte grandes sumas anuales en la formación de estos profesionales para que luego acaben yéndose del país en busca de un porvenir mejor.
“Tengo amigos que se han ido fuera a ejercer como médicos y en los países a los que se van las guardias, por ley, son de máximo 8, 10 ó 12 horas”, desvela el doctor Aguilar. Pese a ello, esto no ocurre con todo el sector sanitario. Otros trabajadores fundamentales para la sanidad, como enfermeros, auxiliares o celadores no tienen que cumplir con guardias de 24 horas, sino con guardias de 8 a 12 horas.
Mejores condiciones, mejor atención
Uno de los mayores peligros de las largas guardias de los médicos, como se ha apuntado, es la pérdida de eficacia en la atención a los pacientes. Ya no sólo en un caso extremo, como lo puede ser practicar una operación a vida a muerte tras 20 horas seguidas de trabajo, sino también en el día a día. “También, el agotamiento laboral y físico provoca en la persona mayor irritabilidad, lo cual puede generar que el trato del médico a un paciente sea peor”, explica la psicóloga.
Por ello, los facultativos de España, conscientes del peligro para sus pacientes y del peligro para su propia salud, llevan tiempo reivindicando una serie de mejoras en el sistema sanitario español. “Nosotros, como profesionales, seguiremos trabajando y arrimando el hombro día a día, porque lo que está en juego es la salud de las personas, pero hay muchas cosas que deberían cambiarse”, indica la doctora Belda, fundadora de la MUD.
“Queremos que este sistema cambie. Lo ideal sería hacer turnos de guardia de 8, 10 ó 12 horas, como el resto de nuestros compañeros sanitarios. Para ello, se debería subir el salario base e, incluso, el monto a percibir por cada hora de guardia teniendo en cuenta la nocturnidad, la peligrosidad del trabajo y nuestra alta cualificación. De este modo, podríamos tener un sueldo digno”, dice a este diario el doctor Luis Aguilar.
La doctora Rocío Belda está de acuerdo con esta demanda, pero va un paso más allá, pues considera que cada médico de la sanidad pública “cubre a una población muy amplia”. “Ya no sólo pedimos más sueldos, sino más compañeros para dividir la faena. La probabilidad de cometer un error si tengo que ver en 30 minutos a 15 personas es más alta que si sólo he de ver a tres, porque la atención que le puedo brindar a mi paciente sería más focalizada”, agrega la profesional.
“Desde Médicos Unidos por sus Derechos proponemos el Estatuto del Médico, unas reglas diferentes que traduzcan esas diferencias diametrales en la forma en la que desempeñamos nuestro trabajo, respecto al resto de profesiones de la salud, siempre desde el respeto y considerándonos todos igual de necesarios para la salud de las personas, si bien con duraciones de jornada, condiciones y retribuciones dispares”, concluye el doctor Samuel García. La salud de los pacientes y de los propios facultativos está en juego.
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