La Delegación del Gobierno en Madrid impondrá una sanción administrativa de 600 euros, lo máximo que permite la ley, a cada uno de los dos organizadores de la marcha neonazi del pasado sábado por el barrio de Chueca, en la que se lanzaron consignas homófobas como "fuera sidosos de Madrid" o "fuera maricas de nuestros barrios".
Así lo ha asegurado este martes en rueda de prensa la delegada del Gobierno, Mercedes González, que ha detallado el informe realizado por la Policía Nacional que ya han remitido a la Fiscalía Provincial de Madrid, que decidirá si se produjo un delito de odio.
La Delegación del Gobierno también ha incoado expediente sancionador de 800 euros a seis de los participantes en la marcha por un delito contra la Ley de Seguridad Ciudadana, ya que portaban, en total, seis bengalas, cinco palos de distintos tamaños y un puño americano.
González también pidió este lunes públicamente perdón al colectivo LGTBI por los insultos y amenazas que le profirieron algunos de los asistentes de la manifestación. Tras asistir a un desayuno informativo, González calificó la marcha por las calles de Chueca de "lamentable". "Como la mayor parte de los madrileños, mi profundo rechazo y repulsa por las imágenes producidas en un barrio tan emblemático. Mi absoluta solidaridad y cariño a un colectivo últimamente muy vilipendiado. Siento en el alma que tengan que vivir en sus calles imágenes absolutamente lamentables", ha subrayado.
La representante del Gobierno en Madrid recordó que la Delegación no autoriza manifestaciones, solo toma conocimiento de una comunicación, aunque sí tiene la potestad para prohibirla de forma motivada. Solo este fin de semana se han celebrado en la región una treintena de concentraciones y manifestaciones.
"Hay un derecho constitucional, que es derecho de manifestación. La asociación de vecinos de Canillejas presentó esa solicitud de manifestación contra la Agenda 2030 del Gobierno. También habían convocado otras manifestaciones anteriores en su distrito, con apenas 50 personas, poca convocatoria, sin ningún tipo de altercados. El sábado tampoco hubo ningún tipo de altercado. Por tanto, la Delegación no autoriza, solo puede prohibir y no tenía en su mano ninguna posibilidad de prohibir esta", ha esgrimido.
Respecto a la petición del partido Izquierda Unida de que dimita por lo ocurrido, González entiende que la gente haga política con un hecho como este pero ha apuntado que ellos saben que la Delegación "no puede prohibir manifestaciones por el simple hecho de que no les guste la convocatoria".
La delegada del Gobierno cree que la situación de Madrid "está tan polarizada y confrontada que todos los responsables políticos en Madrid y a nivel nacional tenemos que ayudar a calmar esto porque esto cada vez está más peligroso".
"Pido a todos, los que ponen tuits o no, que intentemos tener responsabilidad porque esto es una pira que echamos cada vez más leña al fuego y esto es socialmente peligroso. Madrid es una ciudad abierta, acogedora y tenemos que volver a traer la senda de la convivencia en la ciudad y Comunidad de Madrid".