R. llevaba un tiempo amenazando a su hija con suicidarse si acudía a denunciarle al cuartel de la Guardia Civil. El cabeza de familia tenía la conciencia sucia, tan asquerosamente sucia, que recurría supuestamente a este tipo de chantaje emocional para presionar a la menor de la casa para que su progenitor le diese pena. De esa forma no se destapaba el escándalo sexual. Estas supuestas amenazas eran la puntilla para una adolescente que psicológicamente estaba destrozada porque su padre presuntamente ha abusado sexualmente de ella desde los 13 hasta los 16 años.
“Mi hermana, al final, reventó, y me contó todos los abusos”, tal y como confirma en exclusiva a EL ESPAÑOL uno de los hermanos de la víctima. Una fuente próxima a la investigación que asume la Guardia Civil corrobora que este agricultor y ganadero ya ha sido detenido por un supuesto delito de abusos sexuales a su hija menor de edad y por una presunta agresión sexual a la novia de la citada menor.
Los hechos ocurridos en una localidad de la Comarca de la Vega Alta del Segura son del todo rocambolescos: R. fue arrestado este domingo por la Policía Judicial de Cieza tras haber sido denunciado por sus cuatro hijos, los cuales narraron que había abusado de su propia hija durante tres años y que había agredido sexualmente a su nuera.
“Este viernes me enteré de lo que estaba pasando porque discutí con mi hermana, cuando íbamos de camino al campo para regar el ganado”, detalla este joven mientras admite -apesadumbrado- que no pudo dar crédito al relato que acto seguido le ofreció la adolescente. “Ella en medio de la discusión, me dijo: ‘No sabes lo que estoy aguantando’, y al escucharla me quedé de piedra”.
- Periodista: ¿Usted cómo reaccionó cuando su hermana le contó que su padre abusó sexualmente de ella?
- Hermano de la víctima: Le pregunté: '¿Te ha tocado el papá?' Y ella me dijo: 'Sí'. Me contó que la tenía amenazada: si contaba algo le decía que se iba a suicidar'.
El testimonio que le ofreció su hermana, una adolescente, de 16 años, que cursa estudios en un instituto era demoledor. “A veces abusaba de ella en medio de algún bancal y en otras ocasiones detrás de la piscina que hay en los terrenos donde está el ganado”, resume este chico a EL ESPAÑOL para evitar detalles escabrosos. “Mi padre aprovechaba los ratos que tenía a solas con ella, con la excusa de llevársela a dar un paseo por el campo, a ayudarle con las ovejas y las cabras...”.
Y otra cosa no, pero terrenos agrícolas para perpetrar las supuestas agresiones sexuales, hay una barbaridad en la pedanía de la Vega Alta del Segura donde R. trabajaba como agricultor para una cooperativa de frutales y parrales. El campo es el motor de la economía de este pueblecito de 1.400 vecinos, cuyos paisajes están marcados por estas fechas por la espectacular floración de los almendros. “Mi padre es muy fuerte y ella no podía impedir los abusos”.
R. mide un metro noventa centímetros y pesa 120 kilos. “Es capaz de levantar él sólo un coche por el morro”, ejemplifica este joven para insistir en que su hermana no pudo hacer nada para evitar ser forzada sexualmente. “Le decía que eso era lo normal entre un padre y una hija”. Unas supuestas afirmaciones del todo vomitivas, que este chico no puede creerse que provengan del hombre que le ha enseñado todo lo que sabe sobre agricultura y ganadería para ganarse el pan.
“Mi padre no era un hombre de bares, ni vicios, su rutina era ir del trabajo a la casa”. De hecho, uno de sus pasatiempos era cuidar unas ovejas y unas cabras en unos terrenos donde contaba con un corral, almendros y la citada piscina donde supuestamente se aprovechó de la juventud de su hija. La otra afición de R. era la caza menor: tenía escopetas para hacer batidas en busca de perdices y conejos.
Encaprichado de la nuera
Detrás de esa apariencia de hombre de campo y cabeza de familia respetable de una prole numerosa, se escondía un supuesto depredador sexual. Tal conducta es corroborada por el hijo del detenido y a la sazón hermano de la víctima: “Mi padre también se encaprichó de la novia de mi hermana”.
La nuera de R. era una joven, de 20 años, que reside en un pueblo albaceteño y como no tiene coche, este agricultor hizo de suegro servicial encargándose de traerla a la pedanía con la excusa de que se reencontrase con su hija. Sin embargo, lo que presuntamente buscaba era satisfacer sus deseos libidionosos con la novia de su hija.
“La pareja de mi hermana empezó a grabar a mi padre cada vez que se subía con él en el coche porque la estaba acosando”. Durante los trayectos, bien al ir al pueblo de Albacete o por el término municipal del municipio murciano de la Vega Alta del Segura donde vivía, este agricultor cincuentón le decía de todo: no le importaba que fuese la novia de su hija, ni que fuese homosexual. Ni siquiera se veían refrenados sus más bajos instintos por el hecho de que esa veinteañera tenía un 38% de discapacidad.
“La novia de mi hermana me puso un audio donde él le dice cosas muy fuertes, de tipo sexual. Le preguntaba si le gustaba hacer cosas con hombres...”. Después de que este joven escuchase el pasado viernes esos audios, terminó de aceptar la realidad del atroz lado oscuro que tenía su padre y le contó a sus hermanos lo que estaba pasando en casa. “Este fin de semana me tocó fingir con mi padre”. Todos los hijos de R. tenían claro que iban a denunciar al cabeza de familia, pero no querían que sospechase nada para que la Guardia Civil le pillase por sorpresa.
- Periodista: ¿Por qué motivo ni su hermana ni la novia de ella interpusieron una denuncia?
- Hermano de la víctima: Ellas me dijeron que no le denunciaban porque tenían miedo de lo que podría pasar si contaban lo que estaba ocurriendo, pero la novia de mi hermana grababa a mi padre con el teléfono móvil para tener pruebas.
Una fuente próxima a la investigación de la Guardia Civil corrobora la versión que ofrece este joven: “La víctima tenía novia y parece ser que hace unos tres meses le contó a su pareja lo que le hacía su padre: el detenido acosaba a la novia y a su hija. Las amenazaba a las dos con la idea de que si se chivaban se iba a quitar la vida. Les decía: ‘Como lo contéis me suicido’”.
Esta fuente insiste en que ambas jóvenes estaban literalmente "cagadas de miedo". La presión emocional y el estrés psicológico al que estaba sometida la menor, de 16 años, sufriendo en sus carnes a su padre y sabiendo que también trataba de hacerle lo mismo a su novia, al final propició que la chica le confesara todo a su hermano. "La chica explotó y por suerte se lo contó a su familia”.
Este domingo los cuatro hijos de R. se plantaron en el cuartel de la Benemérita en Cieza y conforme empezaron a revelar los episodios sexuales del cabeza de familia el caso se puso, de inmediato, en manos de la Policía Judicial. Los hijos detallaron que el padre era una persona muy grande, tenía armas y se podía poner agresivo durante el arresto.
La Policía Judicial fue rápida
Los investigadores realizaron una intervención meritoria y rápida, ya que tras recabar los testimonios de las dos jóvenes, así como escuchar el contenido de los audios, durante la tarde de ese mismo domingo se desplazaron a un pueblo de la Comarca de la Vega Alta del Segura para engrilletar a R.
“La chica estaba asustada y mal emocionalmente: su padre supuestamente abusó sexualmente de ella desde los 13 hasta los 16 años y hubo penetración”. Este lunes, el hijo del detenido confirmaba que la familia “está destrozada” por lo sucedido.
Una tía de la menor que sufrió los supuestos abusos no podía evitar romper a llorar al hablar este lunes con EL ESPAÑOL. “Para nosotros esto es una vergüenza”, reflexionaba. Esta familia está hundida, pero los hermanos, la madre y los tíos de la adolescente han respondido con contundencia ante semejante situación y ahora esperan que R. no quedé en libertad una vez sea puesto a disposición judicial.
Los familiares están colaborando en todo lo que pueden con la investigación de la Policía Judicial. Prueba de ello es que el hijo de este agricultor y ganadero, tras la detención de su padre, decidió inspeccionar el ordenador de sobremesa que tenía en su casa para bucear por internet. El material que halló este joven fue del todo esclarecedor sobre los aparentes gustos sexuales de su progenitor: en el historial de búsquedas había vídeos de abuelas manteniendo sexo con sus nietos y padres fornicando con sus hijas.
“Creo que a mi padre le trastornó el ordenador y todos esos vídeos que veía”.