“En Cataluña hay una plataforma subvencionada por la Generalitat que espía a los niños si hablan o no hablan catalán en el recreo”. Esto dijo la periodista Anna Grau en el programa Quién educa a quién de Televisión Española el pasado 23 de noviembre. La afirmación de Grau, demostrada por numerosos medios de comunicación, despertó la ira del independentismo más radical. “¿Va borracha?”, tuiteó el presentador de TV3 Jair Domínguez al respecto. Grau, harta del acoso, se prepara para denunciar.
“Hace mucho tiempo que muchos periodistas sufrimos amedrentamientos, vetos, insultos, que nos echen de determinados círculos…”, asegura la periodista a EL ESPAÑOL. “No soy, ni de lejos, la única víctima. En Cataluña las cosas están muy tensas. Se ha conseguido una polarización muy fuerte”.
Tras años de acoso y derribo por parte del ala más dura del independentismo catalán, Anna Grau no puede más. No solo hace un llamamiento a la prensa y a las autoridades para reaccionar ante esta realidad, también pone nombre y apellidos a sus acosadores más notables: Beatriz Talegón, Jair Domínguez y Albano Dante Fachín. Vamos por partes.
Peor que "puta"
Grau ha trabajado en los principales medios de comunicación catalanes: fue delegada del periódico Avui en Madrid, luego corresponsal en Nueva York para Abc y, posteriormente, ha sido colaboradora de RTVE, La Sexta, TV3, la SER, Onda Cero, EsRadio, Telemadrid, Onda Madrid, The Objective y EL ESPAÑOL.
“Yo llegué a Madrid en el año 1998 como delegada de Avui y entonces era colaboradora asidua de TV3 y de Catalunya Radio. Tenía una buena remuneración”, recuerda la periodista. “A partir del año 2003, cuando la cosa se empieza a poner fea con la llegada de Esquerra al poder, pues llega un nacionalismo y un separatismo mucho más agresivo en todos los sentidos”. Ahí empezó la campaña de acoso contra los disidentes.
“Cuando fui corresponsal de Abc en Nueva York aquello ya fue haberme vendido al enemigo”, explica. Desde entonces ha sufrido los insultos de periodistas y políticos. La gota que colmó el vaso para ella, fue que la tildaran de borracha.
“Jair Dominguez sugirió que yo había ido borracha a una tertulia. Decir eso es peor que decir que soy una puta, que también me lo dicen. Porque yo puedo ser una puta y tener razón, pero la opinión de un borracho no tiene credibilidad. Eso es lo que buscan que yo no tenga credibilidad y que no me llamen a más tertulias”. Posteriormente, Domínguez borró el tuit.
El periodista de TV3 es conocido por su ideario fuertemente independentista (rozando el racismo) y por lanzar polémicos mensajes en redes sociales, tan aplaudidos como criticados. En marzo de 2018 escribió estas líneas en su cuenta de Instagram:
Habrá muertos. Habrá muertos y será terrible, porque, en el fondo, no nos agrada la violencia. Pero nos han llevado al límite y ahora por fin hemos descubierto que la república no se construye con lazos y manifiestos, sino con sangre y fuego.
Es por esto que Grau ha pedido el amparo de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y hace también un llamamiento a la dirección de RTVE, del Defensor de la Audiencia de este organismo, la comisión de control parlamentario de RTVE, a todos los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados y al Parlament de Catalunya.
En un amplio y documentado escrito, Grau ha desarrollado su denuncia. Un basta ya ante la situación informativa en Cataluña. Se titula Del oasis al gulag catalán. En un apartado de su escrito, describe detenidamente los hechos que denunció en TVE -que también documentó EL ESPAÑOL- y por los que Domínguez consideró que estaba borracha.
“Me gustaría reproducir aquí cómo la misma Plataforma per la Llengua describe su propia metodología de espionaje de la realidad lingüística en los patios de los colegios”, cuenta en el escrito. “Ellos son los primeros en admitir que han realizado su labor a espaldas de los responsables de los centros, de los padres de los menores 'estudiados', de tal modo que no pueden revelar en qué centros han llevado a cabo estas prácticas… ¿quizá para no exponerse a denuncias? Con lo cual el pretendido ‘rigor’ y toda la ‘fiabilidad científica’ del susodicho estudio deviene incomprobable incluso para aquellos que la han subvencionado con cientos de miles de euros”
A continuación, reproduce un extracto del estudio llevado a cabo por la autoproclamada ONG del catalán: “En los cincuenta centros educativos de la muestra hemos desarrollado una actividad que no tenía nada que ver con la lengua, pero que estaba diseñada para extraer los datos que nos interesaban. Los centros educativos tampoco han sido informados de toda la realidad de la actividad, sino que se les ha pedido su colaboración para una investigación de otro tipo a partir de una actividad lúdica en la hora del recreo. No ha sido posible informar a nadie del propósito de la investigación porque una parte de los sujetos del estudio era el profesorado, de modo que hemos evitado el riesgo de perjudicar la fiabilidad de los datos (cf. La paradoja del observador). Por este motivo, en este informe tampoco revelaremos ni el contenido de la actividad ni los centros que han participado en ella”.
Grau explica que “lejos de calmarse los ánimos ante la transparencia y la contundencia de estos datos, obtenidos de la misma web de la Plataforma per la Llengua, o de tratar de abrir un debate serio a partir de los mismos, la escalada de insultos y señalamientos contra mi persona se ha ampliado con un ataque frontal ya contra el entero debate en TVE, el programa y su presentadora, Mamen Asencio, lanzada desde Octuvre, plataforma digital liderada por Albano Dante Fachín, exlíder de Podem en Catalunya”.
Ganaba tres veces más
La periodista teme que la situación que se vive en Cataluña se exporte al resto de España. “Han conseguido que la gente esté asustada. Yo os digo a los compañeros del resto de España: ¿realmente creeis que en Cataluña no hay ni un solo periodista que no sea independentista? Es como pretender que en Estados Unidos todos fueran de Trump o de Biden. La cosa está repartida, lo que pasa es que los que no lo somos, normalmente no nos atrevemos a abrir la boca, a menos que seamos unos locos de la vida como yo o que estemos en Madrid”.
Grau asegura que el no haberse doblegado ante el independentismo le ha afectado mucho profesionalmente, también en lo que se refiere a su cuenta corriente: “Yo procedo del catalanismo y cuando mis opiniones eran gratas al catalanismo yo ganaba tres o cuatro veces lo que gano ahora”.
“A mí que me llamen puta me puede hacer más o menos ilusión, pero no cuestiona mis opiniones. Pero que alguien diga que yo voy borracha a las tertulias de televisión, ‘desdignifica’ todo mi trabajo”.
Es por todo esto que la periodista se lanza a denunciar esta situación. “Yo tengo una reunión con FAPE la semana que viene. El informe lo voy a llevar a asociaciones europeas, lo estamos traduciendo al inglés y al francés. Esto no es una denuncia política, es una denuncia gremial. No es un choque entre periodistas de una tendencia política y de otra. Es un intento de que solo haya periodistas de una tendencia. Que si no eres de esa tendencia no puedas hablar, ni opinar, ni puedas decir cosas que son verdad”.