Son las 13:00 horas y el sol brilla como si estuviésemos en mitad de julio. El hambre aprieta y decidimos acercarnos al Aldi de Majadahonda, un municipio situado al oeste de Madrid. Queremos, nuevamente, experimentar con los platos precocinados o Listos para comer, pues ya lo hemos hecho con los de Mercadona, Lidl o Dia. Ahora, es el momento de probar lo que ofrece la cadena de supermercados alemana que “se encuentra en plena fase de crecimiento”. De hecho, a finales de este agosto, Aldi ya había abierto 316 superficies en España. Aunque la oferta es variada, de hasta 31 platos, desde EL ESPAÑOL compramos los 10 mejores que había disponibles, a nuestro gusto, porque no íbamos a poder con todo.
Pese a ello, somos cuidadosos a la hora de seleccionar cada uno de los platos precocinados para que sean variados y podamos degustar desde carnes —como el pollo asado o la paleta de cerdo asada— hasta platos más livianos y aptos para vegetarianos —como la ensalada fresca de quinoa (190 gramos a 2,69 euros) o el Taboulé Oriental (400 gramos a 1,19 euros)—. En todo caso, en esta decena de platos hemos gastado el módico precio 27,28 euros, siendo la paleta de cerdo asada el plato más caro (4,89 euros).
Una vez en el supermercado, tras higienizar nuestras manos nada más entrar con el gel hidroalcohólico que tienen a disposición de los clientes, comenzamos a recorrer los pasillos, de un suelo blanco, pulcro y brillante, como si lo acabasen de fregar. Y, rápidamente, buscamos dónde pueden estar los platos precocinados de La Cocina de Aldi To Go, la denominación que ha puesto la cadena alemana a esta gama de comidas. Aquí, a diferencia de Mercadona, no hay una sección clara como la de Listo para comer, sino que estos alimentos precocinados se distribuyen por todo el súper.
Pese a ello, la mayoría están en la parte de Preparados. De hecho, hay un gran cartel con letras azules, el color característico de Aldi, que llama la atención del cliente. Y hacia allí nos dirigimos. Aunque tenemos una lista de la compra en la que están escritas las típicas albóndigas alemanas frikadellen, observamos, para nuestra decepción, que están agotadas. Por ello, nos decantamos por el ya mencionado plato de cerdo asado y el tradicional pollo asado (2,99 euros).
Los otros ‘Preparados’
Pero nuestra cata no va sólo de carne. Por ello, aprovechamos nuestra incursión en Aldi y en la misma sección, la de Preparados, escogemos una pasta fresca que tiene bastante buena pinta, ya que pertenece a una gama llamada Special de Aldi. Está hecha con huevo y rellena de setas procini y mozzarella. Y, lo más sorprendente, no es cara. Cuesta 1,99 euros la caja que, tranquilamente, da para dos porciones. Oigan, una cena de pareja se la resuelve, comerán bien por un euro por cabeza.
Bajo el estante de las pastas precocinadas, observamos que hay hasta tres tipos de tortillas de patata. Las típicas: sin cebolla, con ella… Pero nos llama la atención una de ellas, ya que está hecha con “huevos camperos y cebolla caramelizada”. Y, su firma, nuevamente está estampada. Ha sido elaborada por La Cocina de Aldi. También la probaremos, así que nos la llevamos a casa por 2,49 euros.
A su lado, están también las lasañas, uno de los buques insignia de la gastronomía italiana y por los que La Cocina de Aldi también ha hecho una fuerte apuesta. La cogemos, observamos que no esté caducada —por si acaso— y la metemos en el carrito. En caja, abonamos 3,99 euros por ella. Es de los platos más caros pero, si vemos su peso, proporcionalmente es barata, ya que nos llevamos un kilo de lasaña precocinada a casa.
Completamos la cesta en esta sección de Preparados de Aldi con una empanada gallega de atún (400 gramos, a 2,99 euros) y un hummus, que pese a ofertarse varias clases, decidimos escoger el tradicional. Su precio: 0,99 euros por 200 gramos de este alimento de moda hecho con base de garbanzos.
A 50 metros, por el mismo pasillo, en dirección a la entrada, en Frescos cogemos la ya citada ensalada de quinoa y un Wrap Vegetal que nos cuesta 1,99 euros y lleva “tortilla de trigo, tomate con hummus, falafel de boniato, pimiento rojo, yogur, mayonesa, espinacas y salsa de menta”. Acto seguido hacemos cola en caja y nos lo llevamos a casa. Ya son las 13:45 y la hora de comer —y de nuestra particular cata— se acerca.
El horno, a tope
Con las mascarillas puestas, la bolsa repleta con los 10 platos precocinados de Aldi y bajo el sol de los últimos coletazos del verano llegamos a casa, acalorados, y tras refrescarnos lo primero que hacemos es precalentar el horno a 220º durante 10 minutos. Tenemos dos comidas precocinadas que requieren de un buen golpe de calor para que queden listas para servir: el pollo asado y la lasaña. Si uno tiene prisa, también se pueden calentar en el microondas gastando 12 minutos para el pollo y 7, para la lasaña.
Pese a ello, hay tiempo y queremos probarlo bien, por lo que nos decantamos por terminar de hacer los platos en el horno. Sacamos el pollo asado de La Cocina de Aldi de su envoltorio de plástico y lo introducimos en un recipiente apto. Estará listo, según prometen las instrucciones, en 32 minutos. La lasaña, más o menos, tardará lo mismo en gratinarse. Concretamente, media hora.
Mientras tanto, ponemos a cocer agua para la pasta que hemos seleccionado, un girasoli relleno de setas porcini y mozzarella. Cuando ya está hirviendo el agua, introducimos los 250 gramos que vienen en la caja y en cuatro minutos ya se pueden servir la dos raciones que vienen en el envase. Como ven, el horno y los fogones de nuestra cocina, ya están a tope con el fin de rematar los platos. El microondas tampoco se quedará atrás. Tiene trabajo: calentar un minuto la paleta de cerdo asada; 3 minutos la tortilla; y unos segundos la empanada de atún para quitarle el frío de la nevera de Aldi.
Las últimas comidas en servirse elaboradas por el supermercado alemán que se pueden servir al momento. Son las vegetarianas como Taboulé Oriental, una ensalada de sémola con verduras, la ensalada de quinoa y lechuga y el hummus al que realmente dejamos en su propio envase de plástico para poder mojar en él el pan o los colines. Entre todas las elaboraciones y los emplatados nos dan las 15:00 horas de la tarde. Y llegó el momento, ¡a comer!
En la mesa
En la mesa de mi casa estamos ya sentados cinco comensales. Uno de ellos es mi padre, José Antonio, que es cocinero de profesión por lo que los demás, con paladares más inexpertos, estaremos atentos a sus opiniones sobre los 10 platos de Aldi que hay servidos sobre un blanco mantel. “La paleta de cerdo asada [la cual hemos cortado en rodajas] está rica de sabor, pero algo seca, le falta salsa. Otro punto que tiene a favor es que no está salada”, explica, sorprendido. Parece que este alimento es apto, también, para aquellas personas hipertensas, que deben comer la comida baja en sal.
Pese a ello, los cinco comensales coincidimos en la negativa valoración de la tortilla “con huevos camperos y cebolla caramelizada”. “Está excesivamente cuajada y es muy densa de comer”, se queja unos de los allí presentes. La Cocina de Aldi no ha dado en el clavo a la hora de elaborar esta tortilla premium. “Sólo se podría comer con alguna salsa”, opina el cocinero.
Los comensales le damos una valoración diferente a la lasaña, que ha tenido una buena acogida aunque coincidimos en que “tiene mucho tomate”. Está sabrosa, pero ojo, el nutricionista Ángel Nogueira avisa de que “este tipo de alimentos suelen tener mucho azúcar para mitigar la acidez del sabor del tomate. Por ello, a las lasañas precocinadas les suelen poner azúcar de más para que queden sabrosas. Y, como en todo, el exceso de azúcares puede generar resistencia a la insulina a largo plazo. Es decir, no es bueno abusar de estos alimentos precocionados”.
Un pollo jugoso, pero graso
Con el pollo asado pasa algo similar, pues está jugoso y sabroso. “Me sorprende el pollo de Aldi, porque los precocinados, en general, suelen ser muy secos”, opina el cocinero que también destaca “el exceso de grasa”. Éste suele estar relacionado con el exceso de aceites con los que son elaborados y con la abundancia de sal. De ahí que el nutricionista Nogueira también avise de que “el exceso de sodio [sal] que tienen en general los alimentos precocinados puede ser nocivo para las personas hipertensas”.
En cuanto a los alimentos aptos para todos los públicos, como las personas vegetarianas, según la opinión de los comensales reunidos “están ricos”, pero, por ejemplo, la ensalada de quinoa “necesita algo de aliño”. Pero sorprende, gratamente, el sabor del Taboulé Oriental. “Si una persona come muchos precocionados, es de vital importancia que los acompañe con ensaladas, ya que si no lo hace puede empezar a carecer de vitaminas y tener falta de energía”, cuenta el nutricionista. Es por ello que ha sido un acierto coger tres platos de 10 basados en verduras.
“Hay que comer de todo, pero de vez en cuando podemos permitirnos comer platos precocinados, porque para eso están. Pero dentro de estos, hay que comprar los que lleven menos ingredientes y añadidos artificiales”, opina Nogueira. De hecho, reitera en que usted, como consumidor, observe bien “la etiqueta” para evitar los alimentos con exceso de ingredientes artificiales. Haremos caso de sus recomendaciones pero, por el momento, hemos quedado saciados con la comida de Aldi To Go, la gama de “platos y productos preparados” del supermercado alemán.