Un jurado popular ha considerado culpable al preso experto en artes marciales -campeón entre otras disciplinas en kickboxing- que mató a su compañero de celda en la cárcel de Soto del Real (Madrid) en 2018. Se le atribuye un delito de asesinato con alevosía pero con el atenuante de trastorno psiquiátrico.
Así lo han confirmado a Efe fuentes jurídicas, que detallan que el tribunal dictará sentencia próximamente tras este veredicto. El juicio se celebró el 29 de junio en la Audiencia Provincial.
La Fiscalía pide para Jesús M.R. una pena de 12 años y 5 meses de cárcel por un delito de homicidio -que luego el jurado ha elevado a asesinato- y además le reclama una indemnización de 465.500 euros para los familiares de la víctima.
También solicita que se le condene a 10 años de libertad vigilada con tratamiento médico por los problemas de conducta del acusado que, no obstante el fiscal considera no son óbice para que fuera consciente de su acción.
Los hechos se remontan al 25 de diciembre de 2018 cuando el acusado ingresó de forma preventiva en la prisión madrileña donde compartió la celda número 18 dentro del Módulo 1 con la víctima.
Al día siguiente de su entrada en la cárcel, alrededor de las 20.30 horas y tras cerrarse las celdas, se inició una breve discusión en la cual la víctima lanzó un puñetazo que impactó al acusado en la frente, según el relato fiscal.
Este se abalanzó sobre el fallecido y con "claro ánimo" de acabar con la vida del otro recluso comenzó a darle puñetazos y patadas en la cabeza y al cuerpo sin que la víctima tuviera siquiera opción a reaccionar, llegando a caer al suelo, donde el acusado siguió lanzando golpes a la cara y al tórax hasta causarle la muerte.
La Fiscalía destaca en sus conclusiones provisionales la superioridad física, la diferencia de edad y la contundencia y precisión de los golpes lanzados por el acusado que es experto en técnicas de combate ya que había poseído la licencia federativa de Kickboxing y Muaythay al menos durante 2016 y 2017.
El escrito de acusación subraya que Romero fue diagnosticado con trastorno mixto de personalidad y que este tipo de patologías conllevan "una marcada impulsividad" y una "baja tolerancia a las contrariedades".