Mientras los días pasan y el confinamiento se va estirando, hay una cifra entre los datos que va ofreciendo el Ministerio de Sanidad que varía día a día, y no por razones epidemiológicas. Los fallecidos por COVID-19 suben y bajan, aparecen y desaparecen. Las cifras bailan y la rendición de cuentas que ofrecen las instituciones oficiales se deja fuera hasta 10.176 españoles que no engrosan ningún documento oficial y que, tarde o temprano, habrán de aflorar.
Un informe, actualizado a 16 de abril, de la empresa especializada en big data Inverence así lo acredita. Comunidad a comunidad, los fallecidos son muchos más de los que hay en los recuentos. No sólo por la falta de test, sino por la divergencia de los tipos de medición. Por eso, el análisis que detallamos no incluye las cifras de Cataluña tras el cambio de criterio anunciado por el Departamento de Salud de la Generalitat catalana, que ahora añade información de las funerarias.
Pero son cifras que tampoco contabiliza Sanidad, que admite que sus números no son los reales, sino que “hay muchos más”, en palabras del responsable del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas, Fernando Simón. EL ESPAÑOL ya detalló este miércoles que los muertos reales por coronavirus superan ya los 27.000 y podrían llegar a 35.000 al final de la crisis. Es una diferencia de un 53% con respecto a los decesos oficiales. ¿Cuántos son en realidad? ¿Es igual en todas las comunidades?
Comunidad de Madrid
Madrid sigue siendo el principal foco de infección en España. En la comunidad ha habido, de manera oficial, 6.877 fallecidos por COVID. Son muchos más de los que se estimaban -poco más de tres mil ciudadanos, la línea roja del gráfico- y de los que se observaron -en azul-, pero, sobre todo, de los que se registraron como muertos por coronavirus en el registro civil -verde-. Así, hay 3.321 decesos más. De hecho, es la comunidad que lidera el ránking de muertos no reconocidos.
Lo cierto es que el método elegido para llevar a cabo la contabilidad por parte del Ministerio no ha hecho ni pizca de gracia en la Comunidad de Madrid. El vicepresidente, Ignacio Aguado, ha cargado con dureza contra el ministro Illa, a quien ha acusado de querer “edulcorar” lo que está pasando.
El Gobierno regional está mandando datos de fallecidos en residencias de ancianos, por ejemplo, que Sanidad no recoge.
Cataluña
Es el mismo modelo que ha decidido adoptar la Generalitat de Cataluña, que también ha decidido contar con los datos de las funerarias. Pero, de manera oficial, no cuenta, porque el Ministerio de Sanidad no lo admite, al menos hasta que sea igual en todas las comunidades.
Según el Departamento de Salud, desde el inicio de la crisis del coronavirus, 3.855 personas han fallecido por covid-19 en hospitales catalanes. Por su parte, las funerarias suben la cifra hasta 7.097. ¿Por qué? Pues porque, además de los muertos en hospitales, contabilizaron 1.810 fallecimientos en residencias, 62 en centros sociosanitarios y 456 en domicilios. También registraron 914 casos con coronavirus pero cuyo lugar de la muerte no se ha clasificado por falta de información.
Sin embargo, los datos que ofrece este periódico de la mano de Inverence han decidido mantener al margen estas cifras. Como puede apreciarse en el gráfico que se ofrece a continuación, Cataluña tiene un comportamiento peculiar.
Desde el arranque de la epidemia, el número inferido de muertos por Covid-19 es inferior a la serie oficial. Quizás los datos de Cataluña están mal porque llevan un retraso de actualización mucho mayor que el resto de las comunidades o, quizás, Cataluña está midiendo muy bien y lo que se observan son efectos indirectos negativos.
La cuestión es que, de acuerdo con las cifras ofrecidas por la Generalitat, Cataluña no sólo no tiene exceso de fallecidos, sino que, para que todo cuadrara, más bien les faltan muertos. Pero ahora anuncian que tienen 3.242 muertos más que no constan en los registros civiles. La pregunta que queda por hacerse es si ha habido algún tipo de interferencia en los registros civiles.
Castilla-La Mancha
Castilla-La Mancha está sufriendo un fortísimo envite durante la epidemia del coronavirus. Sus infectados y recuperados se cuentan a cientos, pero sus fallecidos lideran cualquier estadística. En lo que va de epidemia, las autoridades sanitarias han certificado 1.796 muertos por COVID-19, pero efectivamente, fenecieron muchos más: hay 2.728 ciudadanos castellano manchegos que no están en la lista. Son la segunda comunidad con más muertos ocultos.
Son decesos atribuibles al coronavirus por una sencilla razón: la gráfica azul de los muertos reales (los llamados fallecidos observados) está muy por encima de la dibujada sumando los fallecimientos previstos, en rojo, más los muertos oficiales que ofrece el Ministerio de Sanidad, en la línea verde. Los datos se reflejan de acuerdo con el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MOMO), gestionado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.
La explicación, probablemente, resida en la edad media de los ciudadanos y también por el cambio de criterio llevado a cabo por el gobierno regional para añadir los resultados de los test rápidos. Lo anunció el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz.
Castilla y León
En la comunidad autónoma se esperaban 1.800 muertos en circunstancias normales. Desde el inicio de la crisis del coronavirus, fallecieron en total 4.698, de las que el ministerio dirigido por Salvador Illa sólo reconoce 1.372. Pero según los últimos datos ofrecidos por Inverece en base al registro civil, hay que sumar 1.737 castellanoleoneses muertos por covid-19 y que no aparecen en los listados.
De esta manera, Castilla y León es la tercera comunidad autónoma en el ránking.
El lío político también ha llegado a esta región. La Junta de Castilla y León lleva el recuento contra el criterio de Sanidad, pero más pegado a la realidad de lo que están viviendo los ciudadanos. Desde hace apenas unos días, el gobierno autonómico también cuenta los fallecidos en residencias de ancianos y quienes pasan la enfermedad en casa.
Andalucía
En el sur las cosas difieren, pero no demasiado. Las cifras que maneja Andalucía, tanto en infectados como en fallecidos, son muy inferiores a las cuatro autonomías anteriormente desglosadas. Pero ni por esas se libra la región del mismo mal: además de los 912 fallecidos oficiales por COVID-19, aún les quedan por aflorar 497 decesos más.
La Junta de Andalucía se ha desmarcado del recuento nacional, porque cuestiona su método. También añade el Gobierno andaluz que tienen pareceres muy diferentes. “El Ministerio nos ha bajado la cifra porque los positivos que nos han salido en los test de las residencias no tenemos que declararlos”, explicó el consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre. Porque ellos sí incluyen en sus cifras, por ejemplo, positivos asintomáticos que no son reconocidos por Sanidad.
Comunidad Valenciana
En la comunidad levantina se esperaban 2.954 muertos en condiciones normales y, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, en el mismo periodo fallecieron más de cuatro mil ciudadanos y únicamente 972 fueron por COVID-19. Tienen aún 380 muertos, en datos de Inverence, que no cuentan.
Lo cierto es que la Conselleria de Sanidad ya admitió el desajuste en las estadísticas oficiales. El motivo, aducía, es que el hecho de que no se realicen de momento ni autopsias ni necropsias a sospechosos hace que no se puedan conocer las cifras reales hasta mínimo dentro de tres meses.
País Vasco
Al País Vasco les falta por contabilizar 332 decesos como coronavirus. Los datos oficiales que recoge el Ministerio únicamente cuentan 956 ciudadanos fallecidos por COVID-19 desde el inicio de la epidemia.
La principal diferencia política reside en que el Gobierno vasco, al igual que sus homólogos en Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana y Cantabria, sólo está computando fallecidos y contagiados a través de pruebas de laboratorio, como los PCR. Si se ha diagnosticado de manera radiológica o clínica, no suma.
Aragón
Aragón registró 543 muertos por coronavirus de acuerdo a las cifras oficiales. Tiene, en cambio, 233 decesos ocultos. En su caso, el gobierno aragonés sí añade en su recuento, por ejemplo, con los fallecidos en sus casas por coronavirus.
Extremadura
En Extremadura sólo se contabilizan, durante toda la crisis, 359 fenecidos por COVID-19. Sin embargo, han de aflorar 184 más.
Fue aquí donde se inició la polémica política sobre el recuento de los fallecidos, con José Antonio Monago, presidente del PP de Extremadura y senador autonómico por designación de la Asamblea, a la cabeza. Aseguró que había “órdenes” de no dar las cifras reales.
Ha llevado la lucha ahora al Senado: ha solicitado en la Cámara Alta información por escrito al Gobierno de España sobre el número de fallecidos "pueblo a pueblo" en Extremadura durante la pandemia por el Covid-19, tanto de este año en curso como de los últimos cinco años para comparar las cifras.
Navarra, Canarias, Baleares y Murcia
En la Comunidad Foral de Navarra se registraron de manera oficial 261 decesos por COVID-19, pero faltan 317, según datos de Inverence. En el mismo sentido, en Canarias se contabilizaron 107 a falta de 49 más. En Baleares fueron 131 y aflorarán 28 más. En la Región de Murcia, hay 28 muertos más de los 111 fallecidos por COVID recogidos por el Ministerio de Sanidad.
Cantabria, Galicia, La Rioja, Ceuta y Melilla
Finalmente, en Cantabria 137 ciudadanos conforman la lista de fallecidos, pero hay 13 más. En Galicia son 66 decesos más que los 310 oficiales. La Rioja no cuenta con 20 muertos más de los 257 que engrosan sus listas. En Ceuta son 19 más y, en Melilla, 6.