El 15 de julio de 2013, los vecinos del barrio El Saladillo, en Algeciras (Cádiz), se sobresaltaron al escuchar unos disparos en mitad de la calle. Ni mucho menos era la primera vez que se producía un tiroteo allí. Este lugar, una especie de favela con sus intrincadas callejuelas y sus chicos sin trabajo, que se manchan las manos descargando el hachís que llega de Marruecos, es un lugar convulso. Pero aquel caluroso día de hace ahora seis años hubo un muerto, Achraf A., y no se detuvo a nadie, con lo que en el barrio lloraron unos, los seres queridos de la víctima, y rieron otros, los gatilleros.
Casi un año después, un policía corrupto amigo de narcos, Antonio Gutiérrez Pizarro, provocó, en cierta medida, que el caso del tiroteo quedase archivado. Gutiérrez Pizarro, que sufrió un atentado de ETA en 1983, en la época de los años del plomo de la banda terrorista, se había convertido en un soplón del rey de El Saladillo, Abdellah El Haj, apodado 'el Messi del hachís'.
Gutiérrez Pizarro, al que sus compañeros llamaban 'Plomitos' -por la metralla que le sacaron del cuerpo tras aquel atentado-, acabó siendo descubierto por quienes vestían su mismo uniforme. En una sentencia reciente, el agente, nacido en Algeciras, ha sido condenado a un año y medio de cárcel y a tres de inhabilitación para empleo público. Aunque ya no le importa: no pasará por prisión por tratarse de una pena inferior a dos años (carecía de antecedentes) y porque ya está jubilado.
Pero esta historia ha de volver al pasado. En concreto, al 11 de junio de 2014, justo 11 meses después del tiroteo. Aquel día, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional detuvo al presunto autor de los tiros del verano anterior, Antonio S. H.
No se trataba de un cualquiera en El Saladillo. S. H. era un lugarteniente fiel del 'Messi del hachís', por ese tiempo el mayor capo del narcotráfico en el Estrecho. Hoy, 'Messi' está fugado de la justicia española y se piensa que sigue traficando, aunque ya no es quien llegó a ser en el mundo de la delincuencia. Fuentes policiales explican que, probablemente, se encuentre cobijado en Marruecos, su país natal, de donde partió siendo adolescente para afincarse junto a su familia en Algeciras.
Intermediario entre narcos
Pocas horas después de la detención de su chico, Abdellah El Haj maniobró en favor del detenido. Llamó a su amigo, Antonio Gutiérrez, el policía que de vez en cuando arbitraba los partidos amateurs que 'Messi' disputaba con sus compinches en unos campos de césped artificial junto al estadio del Algeciras.
Lo que no sabía 'Messi' en ese momento es que desde mayo de 2014 tenía el móvil intervenido por otro grupo policial que iba tras los pasos de su banda de traficantes. Era el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) de la Policía Nacional. Al escuchar a Antonio Gutiérrez Pizarro, a los agentes les saltaron todas las alarmas. Se había dejado corromper por el narcotraficante nacido en Tánger.
A las 20.12 horas de la tarde de aquel 11 de junio de 2014, 'Messi' recibió una llamada a su teléfono. Era Antonio Gutiérrez Pizarro, que pese a estar fuera de servicio se había presentado en comisaría para ver el atestado policial y conocer de qué se le acusaba a S. H..
'Messi', receloso, le pidió al agente que le pusiera en contacto con su chico. Quería hablar con él directamente pese a que éste se encontraba en los calabozos de la comisaría.
Cuatro minutos después de aquella primera llamada, Antonio Gutiérrez pidió al compañero que custodiaba los calabozos que le sacase al detenido para reseñarlo, labor que él mismo solía hacer cada día en horario de 7.30 a 13 horas. Pese a que era por la tarde, el otro agente no sospechó nada, ya que era una rutina diaria de Gutiérrez Pizarro.
Tras salir de los calabozos, el detenido y el policía corrupto se introdujeron juntos "en una habitación reservada para hacer las reseñas dactilares" de los delincuentes. A las 20.20 horas, el agente volvió a llamar al 'Messi del hachís' con su propio teléfono.
- Lo tengo aquí, te lo paso- le dijo al narcotraficante.
Gutiérrez Pizarro le entregó su móvil al detenido, que estuvo hablando unos segundos con su jefe. Entre otros detalles, le dijo que durante su detención los efectivos de la UDEV le habían requisado unas llaves. También le pidió que vaciase "el garaje" que la banda de 'Messi' tenía en El Saladillo. Se entiende que dentro guardaban fardos de hachís o alguna embarcación para transportar fardos de droga. Gracias a aquella conversación propiciada por el policía, nunca se supo con certeza.
Corrupto y víctima de ETA
Los agentes de asuntos internos de la Policía Nacional investigaron a Gutiérrez Pizarro, que acabó detenido. Las cámaras de videovigilancia interna de la comisaría mostraban cómo él y Antonio S. H. entraban juntos en aquella sala.
Los estudios realizados al terminal móvil del agente también confirmaron que él se encontraba allí en el momento en que se producen las dos llamadas. Al poco tiempo de ser descubierto, se jubiló.
Muchos de los compañeros de la comisaría de Algeciras no se lo podían creer. Lo tenían por un tipo íntegro. El compañero corrupto había sido víctima de ETA el 23 de junio de 1983. Los terroristas pusieron una bomba lapa en los bajos de un Seat 127 estacionado en la calle. Cuando pasó el furgón policial en el que iban Antonio Gutiérrez Pizarro y otros seis compañeros, ETA hizo explotar aquel vehículo. Murió un agente, otros dos resultaron heridos graves y cuatro leves, entre ellos Antonio Gutiérrez Pizarro.
36 años después, aquel joven policía que ya ha envejecido ha acabado condenado. El pasado 8 de octubre de 2019, la Audiencia Provincial de Cádiz en su sección de Algeciras emitió una sentencia por la que condena a un año y medio de prisión a Antonio Gutiérrez Pizarro por un delito de revelación de secretos y otro de encubrimiento. La pena llegó tras un acuerdo entre las partes, ya que la Fiscalía solicitó en un principio tres años de cárcel.
La sentencia, a la que tiene acceso EL ESPAÑOL, recoge como hechos probados que la "comunicación absolutamente irregular" que mantuvieron el presunto autor de los disparos y 'Messi' sirvió para que destruyeran "las posibles fuentes de prueba" que "se hallaban ocultas" en un garaje de El Saladillo.
El fallo también señala que "como consecuencia de la conducta" del policía Antonio Gutiérrez Pizarro "y de las dos llamadas que realizó" a Abdellah El Haj, "se produjo un grave y manifiesto perjuicio a las diligencias policiales y penales incoadas para esclarecer la muerta violenta de Achraf A., las cuales finalmente quedaron sobreseídas".
Este reportero se ha puesto en contacto esta semana con el abogado del policía condenado. El letrado Alejandro Vega explica que su cliente "no va a hacer declaraciones" porque "está abatido y muy bajo de ánimos" tras conocer la sentencia. A 'Plomitos' no lo mató ETA, pero sí lo han retirado los secretos que le contó al antiguo rey de los narcos de Algeciras.
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