Año 2040. Es el elegido por el Gobierno para prohibir la venta de vehículos de combustión gasolina y diésel. Puede que por esta razón los vaticinios fijen en esta fecha sus pronósticos sobre el coche eléctrico, el gran señalado la solución al cambio climático en el entorno de la movilidad. Dependiendo de a qué informe nos atengamos, se especula con que entre un 50 % y un 90 % del parque automovilístico será eléctrico. Junto con esta idea, otra resuena con fuerza: la mayoría de ellos serán SUV.
¿Qué es esta moda del SUV? Se trata del acrónimo proveniente del inglés 'Sport Utility Vehicle', o lo que es lo mismo, 'vehículo deportivo compacto'. En la práctica, son vehículos mixtos que ya inundan las calles de todas las ciudades. Son aquellos vehículos grandes, de aspecto robusto como un todoterreno, pero sin serlo; son vehículos manejables, aptos para conducirlos tanto en ciudad como en entornos difíciles, con consumos casi propios de un vehículo urbano. Concebidos para un uso familiar pero con un ligero espíritu aventurero.
Por poner algunos ejemplos visibles, 5 de los diez vehículos más vendidos de julio son SUV (Dacia Sandero, Seat Arona, Nissan Qashqai, Citroen C3 y Hyundai Tucson). Y en lo que va de año, solo el Hyundai sale de este mismo ránking.
"La percepción es que el comprador tiene una sensación de seguridad con los SUV que no tiene con el resto gracias a su robustez. Posee una muy buena reputación. Los fabricantes han dado con la tecla que responde a la mayoría de necesidades de los conductores", explican desde Faconauto (Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción). "El que hasta 2015 compraba un utilitario, compacto o todoterreno, ahora compra un SUV", añaden.
Para hablar de esta invasión, solo hace falta echar un vistazo a los datos de matriculaciones. Mientras que en los siete primeros meses de 2018 las ventas de vehículos han bajado un 6,5 % y encadenan 11 meses de caída libre, solo un segmento (además de los deportivos, que suponen una cuota de mercado del 0,2 %) se salva de la catástrofe. Pueden imaginarse cuál.
Por tamaños, los SUV pequeños han crecido un 11,9 %, con 143.198 unidades vendidas y una cuota del 17,7 % del total, según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles (ANFAC); los medianos, por su parte, un 2,3 %, con un total de 183.108 vehículos matriculados en 2019 y una cuota algo superior, del 22,6 %; los grandes, menos solicitados, un 5,7 %, con una cuota del 4,5 % gracias a sus 34.573 ventas. Incluso crecen los premium, de los que menos abundan, en un 6,3 % y una cuota de mercado del 0,7 %, con 5.436 coches vendidos.
En total, abarcan casi la mitad (45,5 %) de las ventas en lo que va de año. Ningún otro segmento se le asemeja. La tendencia, conocida por los fabricantes, no ha pasado desapercibida.
El futuro no contaminante
Si bien las ventas de diésel y gasolina no paran de caer, los coches eléctricos (VE) viven en España su momento más dulce. Comparado con julio del año pasado, en España se han matriculado 911 unidades, un 72 % más que en el mismo mes de 2018. Y en el acumulado del año, las ventas ascienden hasta las 7.572 unidades vendidas, doblando la cifra del año pasado en estas fechas (101 %), tal y como muestran los datos de ANFAC.
Guste o no, el eléctrico es el futuro y parte del presente. Las razones son más que conocidas. Por un lado, desde que se firmaron los Acuerdos de París en 2016, todos los países adscritos al documento están tratando, a su manera, de fomentar el coche eléctrico. España no podía ser menos. Más allá del anuncio de prohibición de la venta de vehículos de combustión y su posterior circulación, para los años 2040 y 2050, administraciones, organizaciones y empresas privadas 'incentivan' la compra de no contaminantes con ayudas económicas e instalación de puntos de carga, además de ventajas fiscales.
Por otro, está más que constatado el ahorro que suponen (a pesar del desembolso inicial) frente a sus competidores contaminantes, sobre todo en cuanto a combustible y mantenimiento.
Pero, sobre todo, la razón principal que motiva a los conductores a adquirir un coche eléctrico es la tranquilidad que supone conducir un vehículo que no emite gases contaminantes (aunque gran parte de la electricidad de la cual se alimentan procede de energías no renovables).
En España, por el momento, hay matriculados unos 60.000 coches eléctricos de los casi 30 millones de vehículos que hay en circulación. Siguen siendo pocos, pero los ritmos de crecimiento y los pronósticos señalan que dentro de pocos años la tendencia se invertirá, y serán los eléctricos los que gobiernen las carreteras.
Accenture, la consultora multinacional de servicios tecnológicos, pronostica en su estudio Utilities: Lead the Charge in eMobility que en España se vendrán 200.000 vehículos eléctricos para el año 2025 y 2 millones para el año 2040. Según la consultora, la transición en España hacia el vehículo eléctrico será progresiva, soportable y sin problemas para el sistema eléctrico. En otros países, como en Suecia o en Bélgica, sus ventas rozarán el 80 %, mientras que en Noruega, el 100 %.
Otros estudios, sin embargo, creen que el coche eléctrico no se quedará en esas cifras, sino que irá más allá; Bloomberg, compañía estadounidense que ofrece software financiero, datos y noticias, considera en su estudio Electric Vehicle Outlook 2019 que el 57 % de las ventas totales de vehículos para 2040 serán de coches eléctricos.
La consultora KMPG, por su parte, calcula que para ese mismo año la mayoría de coches que se fabriquen serán eléctricos. Concretamente, un 57 % según sus cálculos, mostrados en su estudio Global Automotive Executive Survey.
Sin embargo, el estudio que más esperanza arroja a los fabricantes de eléctricos y que más decepciona a los manufactureros de vehículos tradicionales habla de que en 2040 el 90 % de vehículos en circulación serán eléctricos. Eso sí, solo en países ricos.
El estudio Riding the Energy Transition, elaborado por investigadores del Fondo Monetario Internacional y de la Universidad de Georgetown, basa sus hipótesis en otros cambios bruscos que ha habido a lo largo de la historia, como cuando desaparecieron las calesas a principios de siglo XX o como cuando los carruajes de caballos dieron paso a los automóviles hace un siglo.
Si es eléctrico, que sea SUV
Los turismos tradicionales caen en picado, a excepción de los SUV, y la tendencia mundial es que, poco a poco, vayamos abandonando el barco de los contaminantes a favor de los no contaminantes. Entonces, ¿por qué no combinar estos dos conceptos?
A día de hoy, son pocas las opciones que ofrece el mercado en cuanto a SUV eléctricos. Menos de una decena. De hecho, viendo los datos de venta en España, entre los cinco más vendidos en 2019 se cuela el Hyundai Kona, SUV y eléctrico. No obstante, las marcas ya han tomado nota de ello.
Además del Kona, probablemente el que más fama tenga sea el Jaguar i-Pace. Fue escogido como Coche del año en Europa 2018, siendo el primer eléctrico en conseguir este premio. El Audi e-tron, ya en venta, y el Mercedes EQC, cuyas entregas comenzarán al finalizar el verano, están condenados a rivalizar entre sí -como han hecho siempre-. El DS 3 Crossback e-tense desembarcará en septiembre. El Kia Niro, a pesar de ser más económico, no ha despuntado en ventas. Y lo mismo le ocurre al Tesla Model X, aunque está pensado para un público más exclusivo.
Estos son los SUV eléctricos actuales y los que vendrán próximamente:
Quitando estos pocos ejemplos, no existen a día de hoy más SUV eléctricos. Pero esto pronto cambiará. De aquí al año 2022 se lanzarán 65 nuevos modelos, siendo el segmento en el que mayor empeño pongan los fabricantes.
Otro estudio de Bloomberg, emitido en mayo de 2018, se centra directamente en los SUV movidos por energía eléctrica que circulan tanto en Estados Unidos como en China. El medio pronostica que en la ya citada fecha (2019) los SUV eléctricos supondrán el 49,3 % de vehículos en circulación en EEUU, mientras que en China estarán un punto por encima (50,8 %).
Todo este crecimiento se desarrollará en un contexto bien distinto al actual. Las autonomías de las baterías serán mucho mayores (ya existen algunas con capacidad para recorrer más de 1.000 kilómetros, aunque no están a la venta). La falta de puntos de carga dejará de ser un inconveniente (en España se prevé que se triplique la oferta actual, de unos 5.000, en el año 2024). Y, por supuesto, los precios serán mucho más asequibles. Bloomberg, otra vez, cree que para 2022 un coche eléctrico costará lo mismo que uno de combustión de características similares.
Este agosto, Reinhard Fischer, directivo del Grupo Volkswagen, aseguraba en declaraciones a Automotive News Europe que esta equiparación llegará "pronto", aunque sin especificar cuándo. "Creemos firmemente que el punto de inflexión será la equidad de precios de los coches eléctricos con los actuales coches de combustibles diésel y gasolina", dijo el responsable.