Sin trabajo, pendientes de la fecha de juicio de otro caso de presunto abuso sexual que varios de ellos habrían cometido sobre una joven en Pozoblanco (Córdoba), señalados y repudiados por la mayoría de la sociedad y ahora, tras conocer que el Supremo eleva la pena a 15 años y los condena por violación, a un paso de volver a entrar en prisión. De hecho, tras hacerse pública la pena, la Audiencia de Navarra emitió una orden de busca y captura por riesgo de fuga y la Policía ha procedido a detenerlos.
Así se encuentran hoy los cinco miembros de La Manada, a quienes el 21 de junio de 2018, hace justo un año, la Audiencia de Navarra los dejó en libertad previo pago de una fianza de 6.000 euros. Un tiempo en el que han tenido prohibidas las salidas del país, han debido presentarse en los juzgados cada dos días, como han hecho todos ellos este viernes, y no han podido pisar la Comunidad de Madrid, donde reside la víctima.
Dos meses antes de su puesta en libertad, el 26 de abril de 2018, la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra los condenó a nueve años de reclusión penitenciaria mediante una sentencia que no era firme. Cuando se les dejó en la calle estaba a punto de vencer el plazo máximo de dos años de prisión provisional.
Tras conocerse dicha pena, las partes presentaron recursos ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN), órgano que en diciembre de 2018 dejó intacta la condena por abuso sexual con prevalimiento sobre una joven en los Sanfermines de 2016. Ese hecho motivó que permanecieran en libertad a la espera de la decisión del órgano judicial superior.
Ese día ha llegado. Este viernes, una vez conocida la decisión del Tribunal Supremo, los cinco amigos sevillanos volverán a ingresar en prisión. Y esta vez de forma definitiva para cumplir la sentencia, ya sí firme, que imponga el alto tribunal.
Cuando se les puso en la calle, aun sabiendo que su futuro más probable era volver entre rejas, salieron de allí en coches que derrapaban ante las cámaras de los medios de comunicación y festejaron con los suyos su vuelta al barrio de Sevilla en el que crecieron y se hicieron amigos inseparables. Pero por el camino dos de ellos han perdido sus empleos en la Guardia Civil y el Ejército y en ocasiones todos ellos se han visto señalados por la sociedad cuando trataban de llevar una vida normalizada.
Fuera del Ejército y a un paso de salir de la Guardia Civil
El Boletín Oficial de Defensa publicó un anuncio el 11 de julio de 2018 en el que informaba de que ni el militar Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena, miembro de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con base en Morón de la Frontera (Sevilla), ni el guardia civil Antonio Manuel Guerrero quedaban expulsados de sus respectivos cuerpos, aunque tampoco les asignaban nuevo destino.
Pero, finalmente, ambos acabaron perdiendo sus puestos de trabajo. En octubre de 2018, el Ministerio de Defensa informó de que Cabezuelo Entrena era expulsado del Ejército de Tierra. Dos meses después, en diciembre de 2018, era Antonio Manuel Guerrero Escudero a quien se le suspendía de funciones en la Guardia Civil. Una vez haya sentencia firme se procederá a su expulsión.
El robo de las gafas
Ángel Boza es el único miembro de ‘la Manada’ que no está imputado en el ‘caso Pozoblanco’. Sin embargo, durante el año que ha pasado en libertad ha tenido que volver a pisar un juzgado y también la cárcel. El 1 de agosto del año pasado robó unas gafas de sol en un centro comercial de Sevilla. La Policía Local de la ciudad hispalense lo detuvo mientras huía en coche.
Durante la fuga estuvo cerca de atropellar a dos agentes de seguridad del establecimiento que trataron de frenarlo. Al día siguiente, el titular del Juzgado de Instrucción 16 de Sevilla ordenó su ingreso en prisión provisional sin fianza por un delito de robo con agresión. Sin embargo, en noviembre pasado se le dejó en libertad. El juez consideró que Boza había cometido un delito leve de hurto y otro de lesiones leves.
Fútbol, playa, piscinas...
Un par de semanas después de su puesta en libertad, el guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero y su primo, el peluquero Jesús Escudero -otro de los condenados- viajaron desde Sevilla hasta las playas de El Palmar, en Cádiz, junto a sus respectivas parejas y la hija del uniformado.
Cuando fueron a comer al restaurante Casa Isabel muchos clientes pusieron sus miradas sobre ellos y les hicieron fotos con sus teléfonos móviles. Al percatarse, según desveló Antena 3, las parejas abandonaron el local mientras el guardia civil saludaba a todos aquellos que les habían retratado.
Más tranquila fue la visita de José Ángel Prenda, el quinto de los condenados, a otra playa gaditana al mes y medio de quedar en libertad. Se dejó ver con varios familiares en Rota. Durante este último año, Prenda también ha disfrutado de su mayor pasión, el fútbol, y ha acudido a ver partidos del Sevilla FC en su estadio. Siempre se sentaba junto a miembros de los Biris, la pequeña radical a la que pertenece desde hace años.
Más ingrata le fue la visita a José Ángel Prenda acompañado de Jesús Escudero (el peluquero) a la piscina municipal de Palomares del Río (Sevilla) el verano pasado. Algunos usuarios les reconocieron como miembros de ‘la Manada’ y comenzaron a increparles.
Según la versión municipal, para evitar la bronca el operario municipal les abrió la zona anexa del campo de fútbol, donde estuvieron solos hasta el cierre. La corporación municipal había decretado meses antes personas non gratas a los miembros del grupo. Entendían que no podían impedirles la presencia en la localidad pero querían hacerles ver que no eran bien recibidos en el pueblo.
Tras aquella incómoda visita, la exalcaldesa de Palomares, Juana Caballero (IU), dijo: “Desde este equipo de gobierno no vamos a permitir que personas que han sido declaradas 'non gratas' por parte del pleno de este Ayuntamiento vengan a nuestro municipio a utilizar nuestros espacios públicos para provocar alarma social, ni vamos a permitir que un operario municipal utilice las dependencias municipales para uso personal, de sus familiares y/o amigos”.
150.000 de multa por difundir el vídeo
La decisión de la Audiencia Provincial de Navarra de dejar en libertad provisional a los miembros de ‘la Manada’ reactivó la indignación social y la movilización feminista, que protagonizó concentraciones por todo el país. Los grandes partidos criticaron la resolución de los jueces.
Pero durante el último año la Justicia ha continuado su camino y los encausados siguen viendo llegar las consecuencias de sus actos. El pasado dos de mayo la Agencia de Protección de Datos sancionó al exmilitar Cabezuelo Entrena con una multa de 150.000 euros por la grabación y posterior difusión del vídeo de la víctima de Pamplona a través de un grupo de Whatsapp con amigos.
El TS manda hoy de nuevo a prisión a los cinco miembros de ‘la Manada’ y cuatro de ellos -a excepción de Ángel Boza- tendrán que rendir cuentas pendientes en los juzgados. La Fiscalía de Córdoba pide para ellos siete años de prisión por abusar de una joven de 21 años en el interior de un coche en Pozoblanco. Parte de esos hechos, ocurridos un mes antes de los de Pamplona, también fueron grabados.
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